Lanzado por el presidente de México, Vicente Fox, el Plan Puebla Panamá (PPP) se propone crear una infraestructura de comunicaciones que integre toda América Central y la mitad sur de México, con el fin de obtener un aprovechamiento productivo de los recursos de la región, privilegiando, en un primer momento, los energéticos: petróleo, gas y electricidad.
El área del PPP es la más estrecha del continente y tiene por lo menos tres canales naturales, en el istmo de Tehuantepec (México), en Nicaragua y en Panamá, que facilitan el comercio interoceánico. Con más de un millón de km2 , tiene 64 millones de habitantes, el 75% de los cuales es menor de 35 años. Hay una fuerte presencia indígena, sobre todo en Guatemala y en México, y un alto índice de pobreza: como contrapartida, la mano de obra es abundante y barata. Es un territorio rico en agua, con muchos lagos y ríos, y una topografía que facilita su uso para la generación de hidroelectricidad. La precipitación pluvial alcanza los 6.000 mm anuales y mantiene la media general de 2.380 mm. Contiene casi todos los ecosistemas conocidos, y por esa razón dispone de 11,9 millones de hectáreas de áreas naturales protegidas. La biodiversidad es bastante rica: entre las especies endémicas se cuentan 170 de mamíferos, 489 de reptiles, 109 de aves, 326 de anfibios y 16.098 de plantas superiores.
El proyecto está subdividido en ocho iniciativas: telecomunicaciones, energía, desarrollo sustentable, transporte, mejora del intercambio comercial, turismo, desarrollo humano y prevención de desastres naturales. Entre estas, las dos primeras fueron las que captaron mayor atención y financiamiento.
Nótese que el Plan agrupó proyectos anteriores de envergadura, como el del Corredor Transístmico Salina Cruz-Coatzacoalcos (conocido –y rechazado– antes como Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec), o el Corredor Biológico Mesoamericano (promovido por el Banco Mundial y con algunos adelantos bilaterales), el plan de conexión energética y un conjunto de iniciativas menores, intentando darles un sentido general que, no obstante, no llegó a consolidarse.
Además de la red integradora y propulsora de las capacidades energéticas de toda la zona, la reconstrucción del Corredor Biológico Mesoamericano y la del Corredor Transístmico en Tehuantepec, que se convertiría en corredor industrial liviano (de industrias de montaje) y en nueva frontera de las migraciones del sur, constituyen los subproyectos más atractivos. El propósito de integrar todo bajo un compromiso compartido por México y por los países centroamericanos (Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá) no parece ser general en la región.
La debilidad operativa de una propuesta poco clara provocó, paradójicamente, un fortalecimiento de los movimientos de repudio que los pueblos de la región habían desarrollado ante los proyectos parciales, actualmente integrados al PPP. A raíz de la iniciativa se comenzó un proceso de articulación, concientización y creación de alternativas por parte de organizaciones campesinas, indígenas, populares y ciudadanas de toda la zona, que se agrupan mayoritariamente en el Forum Mesoamericano de los Pueblos.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), organización indígena del sudeste mexicano, se manifestó abiertamente contra el Plan en 2001, meses después de ser anunciado, y amplios sectores de la población se sumaron al repudio.
La construcción de infraestructura de comunicaciones, una de las líneas básicas del plan, es bloqueada sistemáticamente por las poblaciones locales. La expropiación de tierras para construcción de autopistas encuentra activa resistencia de las comunidades afectadas y el proyecto, aunque siga avanzando en algunas partes, tuvo que ser interrumpido en otras.
En 2005, el Plan Puebla Panamá parecía ser un proyecto fallido, aunque no ocurriese lo mismo con sus proyectos subyacentes, que, cada uno con su propia dinámica, estaban encontrando sus propios caminos. En 2006, en reunión de los jefes de Estado de los países miembros del PPP, fue hecho un balance del proyecto hasta allí y fueron firmados nuevos acuerdos para su reestructuración y fortalecimiento. Colombia ingresó oficialmente como miembro pleno en 2006 y la República Dominicana, en 2009. En 2008, se decidió cambiar del nombre Plan Pueblo Panamá para Proyecto Mesoamérica –Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica–. En su nueva configuración, el Proyecto Mesoamérica es un espacio político que, por medio de la integración y cooperación de sus diez países miembros, busca ampliar y mejorar sus capacidades de infraestructura.
Entre las principales realizaciones, están la inauguración de la red eléctrica del Sistema de Interconexiones Eléctricas de los Países de América Central (Siepac), la inauguración de la Autopista Mesoamericana de informaciones (AMI), y una red de fibra óptica OPGW de alta capacidad extendida, con puntos de conexión en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Los grandes proyectos en andamiento son: La Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas (Rican), un programa de rehabilitación, mantenimiento y construcción de 13 mil kilómetros de corredores viales, el Corredor Atlántico, que conecta la ciudad de Coatzacoalcos, en México a Panamá, el Corredor Turístico del Caribe, que una ciudades como Cancun, en México, a otros destinos turísticos en Belice, en Guatemala y en Honduras, los Corredores Logísticos Interoceánicos, integrando los litorales del Atlántico y del Pacífico y el Corredor Pacífico (CP) uniendo la ciudad de Puebla en México a la Ciudad de Panamá, en Panamá.
El Proyecto Mesoamérica también lanzó la iniciativa Salud Mesoamérica, un fondo de asistencia médica dirigido a la población más pobre de la región, especialmente mujeres y niños. Los proyectos son financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por el Banco Centro Americano de Integración Económica (BCIE), por lo Corporación Andina de Fomento (CAF), por el CFE-Bancomext, entre otras instituciones. El Salud Mesoamérica también recibe donaciones de las fundaciones Carlos Slim, Bill y Melinda Gates y del gobierno de España.
ONGs de los países miembros que acompañan el desarrollo del Proyecto Mesoamérica, dicen que se trata de una iniciativa de las grandes potencias económicas, especialmente de los Estados Unidos, con el fin de explotar los recursos naturales de la región, muchas veces en asociación a las iniciativas neoliberales vinculadas al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Las ONGs realizan campañas de información junto a las comunidades indígenas, estudiantes, ecologistas y defensores de los derechos humanos, discutiendo el impacto de los proyectos.