Belice
Belice

Belice

Nombre oficial

Belice

Localización

América Central. Bañada por el mar Caribe, entre México y Guatemala

Estado y Gobierno¹

Monarquia constitucional que tiene como jefe de Estado a la reina de Inglaterra, con un sistema parlamentario de gobierno.

Idiomas¹

Inglés, español, criollo , maya , alemán, garifuna, otras

Moneda¹

Dólar de Belice

Capital¹

Belmopan 
(17 mil hab. en 2014)

Superficie¹

22.966 km²

Población²

308,5 mil hab. (2010)

Densidad 
demográfica²

13 hab./km² (2010)

Distribución de la población³

Urbana (44,96%), rural (55,04%) (2010)

Composición étnica¹

Mestizos (52,9%), negros (25,9%), mayas (11,3%), garifunas (6,1%), indios del este (3,9%), menonitas (3,6%), blancos (1,2%), asiáticos (1%), otros (1,2%), desconocida (0,3%).  La suma supera el 100% pues algunos de los encuestados indicaron más de un origen étnico (2010)

Religiones¹

Católica romana (40,1%), protestante (31,5%), otras (10,5%), no declarada (0,6%), ninguna (15,5%) (2010)

PBI (a precios constantes de 2010)⁴

US$ 1.500 millones (2013)

PBI per cápita (a precios constantes 
de 2010)

US$ 4.530,5 (2013)

IDH⁵

0,732 (2013)

IDH en el mundo 
y en AL

84° e 16°

Elecciones¹

Gobernador general nombrado por la reina de Inglaterra. El primer ministro es elegido por el Legislativo bicameral, compuesto por la Cámara de Representantes, cuyos 31 miembros son elegidos cada cinco años, y por un Senado de 12 miembros, designados por el gobernador general.

Fuentes:
¹ CIA. World Factbook
² ONU. World Population Prospects: The 2012 Revision Database
³ ONU World Urbanization Prospects, the 2014 Revision
4 CEPALSTAT
5 ONU/PNUD. Human Development Report, 2014

Uno de los países más pequeños del mundo, con un territorio de apenas 22.800 km² y una población de 270.000 habitantes. Belice también es uno de los países más jóvenes ya que recién logró consolidar su independencia a fines del siglo XX, el 21 de septiembre de 1981. Se sitúa en América Central y limita con Guatemala y México. Presenta marcadas singularidades que lo distinguen de sus vecinos. 

La principal diferencia es que se trata del único país centroamericano de colonización británica. Es por ese motivo que el inglés se impuso como lengua oficial y que el país tiene una relación privilegiada con la metrópoli. Si bien alega que esta particular relación se debe a semejanzas culturales y étnicas, en realidad es para evitar alianzas anticolonialistas con los vecinos del Caribe.

Otra particularidad de Belice se relaciona con su composición étnica, resultado de la política externa inglesa. El país sufrió intensos flujos migratorios provenientes de diversos países hispánicos. Llegaron muchos extranjeros, no sólo de Europa y África, sino principalmente de regiones próximas, a causa de sus crisis políticas o económicas. Ya a comienzos del siglo XIX arribaron al país numerosos refugiados que huían de la guerra de castas de Yucatán, sobre todo mestizos mayas y kekchis, los cuales, junto a los garifunas (mestizos de negros con indígenas caribeños provenientes de San Vicente y las Granadinas), duplicaron la población. A fines del mismo siglo se asistió a la llegada de inmigrantes provenientes de la India y China. Durante las décadas de 1980 y 1990, muchas personas emigraron a Belice huyendo de la opresión económica y política de América Central. La cuarta gran corriente migratoria provino de Haití en la década de 1990. Actualmente, Belice es uno de los países étnica y culturalmente más diversificados de América Central. Por tal motivo, además del idioma oficial, la mayor parte de la población habla español.

En el ámbito económico, Belice permaneció como un enclave de explotación forestal hasta mediados del siglo XX. Desde esa época comenzó a seguir, si bien de forma tardía, el ejemplo de otras colonias británicas: implementó el monocultivo de caña de azúcar, que pasó a ser el principal rubro de sus exportaciones, en tanto llegó a representar un 60% del total de las mismas. Como el monocultivo de exportación es muy variable, la depresión del precio del azúcar en 1980 ocasionó una profunda crisis económica.

Los últimos cincuenta años de su historia estuvieron signados por la notable mayor participación de la población en la vida política, tanto durante la campaña anticolonialista como durante las luchas por mejorar las condiciones de vida, lo que puso en evidencia las secuelas de la larga dominación y de la deuda social.

Dominación británica y enclave forestal

En sus comienzos, Belice le perteneció a la Corona española. En 1763, por el Tratado de París, se le permitió a Inglaterra explotar y comerciar su madera, en especial la de cedro y la de palo de Pernambuco (o palo brasil). El tratado representó el primer paso hacia su transformación en colonia inglesa –hecho que se llevó a cabo en el año 1871–, bajo el nombre de Honduras Británicas. Durante las décadas siguientes continuó siendo un enclave forestal. La combinación del control sobre extensas franjas de tierra con trabajo esclavo (principal característica de aquella modalidad de explotación económica) retrasó el desarrollo de una producción típicamente capitalista. Hasta mediados del siglo XIX predominaba la agricultura de subsistencia. El abastecimiento interno era realizado por los nuevos inmigrantes, quienes importaban gran parte de sus productos de México, país del cual, por consiguiente, Belice comenzó a depender. Esa dinámica económica marcó el desarrollo del país, con importantes condicionantes, hasta comienzos de la década de 1930. El primer condicionante fue la formación de un monopolio virtual de la tierra por parte de la empresa Belize State Co. (que operó entre los años 1875 y 1970, y llegó a controlar cerca del 50% del territorio) y de más de una docena de emprendimientos. La constitución de dicho monopolio provocó la decadencia de los colonos latifundistas y la apropiación de la tierra por parte de la metrópoli, aunque aquéllos hubieran obtenido algunas concesiones a lo largo de ese proceso.

El segundo condicionante fue la introducción de la industria de la caña a fines del siglo XIX. A pesar de no desarrollarse plenamente y de tender básicamente al abastecimiento del mercado interno, dicha industria fue introduciendo poco a poco el trabajo asalariado, la agricultura de tipo capitalista mediante la contratación de mestizos, y también estimuló la inmigración de centenas de chinos e hindúes con “contrato de trabajo”.

A comienzos del siglo XX, diversos cambios sustanciales modificaron la estructura socioeconómica beliceña. A la decadencia de la fase maderera le siguió la explotación del caucho, que era controlada indirectamente por empresas norteamericanas a través de latifundios locales, lo cual configuró el inicio de la transición hegemónica que se profundizaría durante el resto del siglo. De esta manera se introdujeron otras industrias, como la de los cítricos y la bananera. Paralelamente se desarrolló el sector comercial, dirigido al mercado interno, con una incipiente incorporación de los mestizos al sector de servicios.

Expansión del Estado e independencia parcial

La crisis de 1929 y el devastador huracán de 1931 marcaron tanto la finalización del ciclo de la explotación forestal como el inicio de las protestas por la independencia, las cuales se intensificaron hacia mediados de los años 70.

En el ámbito sociopolítico, a pesar de la indiscutida hegemonía, el primer síntoma de insatisfacción contra la elite blanca de origen europeo fue la huelga antirracista, que exigía mejores condiciones de vida y fue llevada a cabo en 1919 por los soldados que habían luchado durante la Primera Guerra Mundial. Varias huelgas, entre los años 1934 y 1936, se opusieron al orden vigente. Dichas manifestaciones contribuyeron al crecimiento del movimiento nacionalista, el cual desembocó en la lucha por la autodeterminación, por un mayor control y diversificación de la economía y por la aplicación de otros modelos de desarrollo. El golpe del gobernador británico, que devaluó el tipo de cambio en el año 1949, incumpliendo su promesa y aumentando la miseria, provocó un particular impacto en el fortalecimiento del movimiento por la independencia. Como reacción al escándalo surgió el liderazgo de George Price, un sindicalista proveniente de la elite negra.

La ola de protestas desembocó en la legalización de los sindicatos, lo que representaría el nacimiento del primer partido popular de Belice: el Partido del Pueblo Unido (PUP), fundado en 1950 y surgido de la Unión General de los Trabajadores y miembros de la elite local, liderada por Price. Más tarde, éste se solidarizaría con los gobiernos revolucionarios de Cuba y Nicaragua.

El PUP se comprometió con la lucha anticolonialista, en favor de la introducción del sufragio universal y de la elección de la Asamblea Legislativa. El partido se empeñó, desde sus comienzos, en la propaganda de una identidad centroamericana para los beliceños, en oposición a la política defendida por Inglaterra. El surgimiento de una izquierda organizada propició la conquista del sufragio universal, en 1954, y la introducción del sistema ministerial de gobierno, en 1961, a pesar de la fuerte resistencia de Inglaterra. En abril del mismo año, el PUP ganó ocho de las nueve bancas legislativas, gracias a las reivindicaciones de reforma constitucional y de descolonización.

Finalmente, en 1964, el país alcanzó la “autonomía interna” y George Price fue designado primer ministro. Por su parte, los asuntos internacionales y la defensa continuaron bajo el control de los ingleses. Esto se puede entender por el hecho de que Inglaterra mantenía negociaciones con las instituciones multilaterales, como el FMI y el Banco Mundial. En el gobierno, el PUP aplicaría políticas contradictorias, pues al mismo tiempo que proponía la nacionalización de la empresa inglesa Belize State Co. y la creación de cooperativas, favorecía el ingreso de capitales norteamericanos fundamentando que esto debilitaría la dominación inglesa, lo que sin embargo terminó facilitando la transición hacia una nueva hegemonía.

Los poderosos sindicatos comenzaron a perder fuerza simultáneamente. En 1956 enfrentaron las primeras disidencias, como resultado de la división política del PUP y de la decadencia de la industria maderera con la quiebra de muchas fábricas.

Desde el final de la Segunda Guerra, el Estado había comenzado a intensificar su participación en la economía de Belice, invirtiendo en infraestructura, transportes y comunicaciones, en la ampliación de los servicios sociales y en la diversificación de la economía. La principal actividad económica del país pasó a ser el monocultivo de la caña de azúcar. No obstante, de manera similar a lo que había sucedido con el enclave forestal, aquella importante industria quedó en manos extranjeras pues, en 1963, los ingleses adquirieron las usinas de caña y empezaron a controlar la producción.

Durante la década del 60, el gobierno del PUP aplicó un proyecto de industrialización a través de la sustitución de importaciones, con el propósito de diversificar la producción, con lo cual favoreció las inversiones extranjeras. Las nuevas industrias, sin embargo, generaron pocos beneficios, pues quedaron restringidas a los sectores de bienes de consumo como el de bebidas, tabaco y textil, de los cuales sólo el último adquirió cierta relevancia. Como contrapartida, la adopción del monocultivo de exportación y las expectativas creadas por la industrialización estimularon el éxodo rural.

Descolonización y declive del azúcar

El proceso de descolonización de Belice tardó en efectivizarse y esto se dio por dos motivos: el retorno del conflicto con Guatemala y el intento por preservar los intereses británicos durante el proceso.

El conflicto con Guatemala se remonta a los comienzos del siglo XIX, cuando el país reivindicaba la soberanía sobre el territorio que luego conformaría las Honduras Británicas. Por presión de los Estados Unidos, en el año 1859 se buscó una solución a la controversia en el marco de la Doctrina Monroe. Según el acuerdo, las antiguas metrópolis abandonarían la zona bajo la influencia de los Estados Unidos. Sin embargo, luego de su suscripción, Inglaterra mantuvo su dominio sobre Belice. En la época del proceso de descolonización, la cuestión volvió a aflorar con la amenaza de invasión y anexión por parte de Guatemala. El acuerdo tripartito firmado entre Belice, Guatemala e Inglaterra no surtió efectos duraderos, pero, a fines de los años 60 y principios de los 70, Belice logró el apoyo de la comunidad internacional y sus aliados latinoamericanos condenaron la invasión. En marzo de 1981, finalmente, se firmó un tratado entre Guatemala e Inglaterra que, supuestamente, resolvería la cuestión.

La preservación de los intereses británicos quedó asegurada por la paulatina y negociada transferencia de las empresas estatales a los sectores privilegiados subordinados a la metrópoli. El pase del control económico a los aliados, en realidad, funcionaría como la transferencia de los antiguos mecanismos de dominación colonial. Aun así, a través de diversas políticas públicas, entre los años 1971 y 1981 tuvo lugar la compra de tierras y la promoción de un incipiente proceso de reforma agraria, con la creación de cooperativas e incentivos a la industria pesquera. En el ínterin, el 1.º de julio de 1973, las Honduras Británicas pasaron a llamarse Belice. En ese mismo año se firmó el tratado que creó el Comercio de la Comunidad del Caribe (Caricom, Caribbean Community and Common Market), que en aquel momento le otorgaba pocas ventajas a Belice, pero que tenía valor simbólico. Asimismo tuvo lugar la adhesión al Banco de Desarrollo del Caribe.

El año 1980 se vio signado por la fuerte depresión del mercado azucarero mundial. Belice entró en una grave crisis económica, social y política en el año 1981. Según Assad Shoman (1993a):

la industria azucarera […] decae abruptamente; los productos de los pequeños agricultores, antes amparados por el gobierno, no encuentran salida mercantil; la inflación es acompañada por el congelamiento de los salarios, el incremento del desempleo y los cortes en los presupuestos de los servicios sociales, de personal y de inversiones en infraestructura.

El impacto del cultivo de la caña de azúcar en los últimos treinta años puede ser evaluado a través de la redistribución del espacio ocupado por otros cultivos. En 1980, el 51% de las tierras cultivadas estaba ocupado por plantaciones de caña y ese porcentaje se redujo al 45,7% en 1990 y al 36,3% en 2000.

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Vista aérea de la Ciudad de Belice (Studentbz)

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Pirámides en El Caracol, sitio arqueológico maya en Belice (Dennis Jarvis/Wikimedia Commons)

belicepirmide2.jpg
Vista del lado izquierdo del templo y la plaza del templo Caana en el sitio arqueológico El Caracol (Dennis Jarvis/Wikimedia Commons)

Superficie correspondiente a los principales cultivos (en %)

Cultivo

1980

1990

2000

Caña de azúcar

51,0

45,7

36,3

Maíz

22,1

26,1

27,2

Cítricos

10,9

11,2

16,3

Legumbres

5,2

6,8

7,9

Frutas

3,9

6,5

6,3

Arroz

6,9

3,7

6,0

Total

100,0

100,0

100,0

Fuente: CEPAL e IICA, 2001.

Entre los efectos colaterales de esa gran desestabilización se encuentra el debilitamiento de los sindicatos. Luego del refortalecimiento en los años 70, liderados por los trabajadores de la industria azucarera, aquéllos se volvieron a desestructurar entre los años 1980 y 1981. En medio de tan conturbada coyuntura, el 21 de septiembre de 1981 Belice logró su independencia política.

Apertura económica y venta de ciudadanías

Si bien la conquista de la independencia repercutió positivamente en el ámbito interno, la crisis económica y la desestructuración de los sindicatos acarrearon un precio que debía ser pagado por el PUP. En diciembre de 1984, Manuel Esquivel, representante de una agrupación de derecha, el Partido Democrático Unido (UDP), ganó las elecciones y puso en marcha una política de carácter liberal con una fuerte apertura comercial a los capitales internacionales. Este hecho provocaría la quiebra de las pequeñas empresas nacionales. A causa de la hegemonía de la Inversión Directa Externa (IDE), Belice posee en la actualidad una de las legislaciones más liberales del mundo en lo que se refiere a las inversiones extranjeras. Éstas se dirigieron básicamente a los sectores de turismo, energía y agricultura y tuvieron como países de origen a México, Jamaica y los Estados Unidos. Al mismo tiempo que se llevó a cabo esta apertura aumentó la influencia de los inversores extranjeros y de la Agency of International Development norteamericana. Dicho proceso concluyó con la transición hegemónica.

En marzo de 1986, Esquivel lanzó el plan de compra de ciudadanías para atraer comerciantes de Hong Kong. Ese plan consistía en la concesión automática de la ciudadanía a todos los que compraran los bonos del gobierno por US$ 25.000.

La inestabilidad política se agravó por un nuevo e intenso flujo migratorio. En la década del 80 Belice recibió alrededor de 40.000 inmigrantes (el 22,5% de la población de aquella época). El 70% de ellos eran guatemaltecos y el 30%, salvadoreños. El rápido crecimiento de la población acarreó diversos problemas, como la escasez de oferta de servicios públicos, y los resultantes de las diferencias culturales, étnicas y lingüísticas. También hubo quejas contra la “latinización” del país, motivo que, sumado a la reciente independencia, alimentó un caluroso debate sobre la identidad nacional. Para adquirir una noción del impacto ejercido por las migraciones en Belice, el censo de 1992 arribó a la conclusión de que los mestizos de lengua española habían sobrepasado a los anglófonos de origen africano que, junto con los descendientes de europeos, constituían la mayoría de la población.

En septiembre de 1989 Price asumió nuevamente el poder, pero en 1993 el PUP fue vencido otra vez por el UDP que, llegado al poder, retomó las políticas liberales. En 1995 se reactivó el programa de compra de ciudadanías, y en 1996 se congelaron los salarios públicos, con el pretexto de reducir el déficit fiscal, medida que causó un gran descontento. Además se agravaron los crecientes índices de criminalidad, que eran adjudicados al gobierno. Como respuesta a esos desafíos, Esquivel reformó su gabinete.

Por su parte, el PUP, avistando la elección venidera, sacó provecho de la elección popular y lanzó un documento llamado “1998-2003: vamos a liberar a Belice”, en el que explicitaba las prioridades de un posible mandato. Como resultado, en 1998 el PUP llegó al gobierno una vez más.

En el ámbito del debate político, el período comprendido entre fines de los años 1990 y comienzos del nuevo siglo, estuvo marcado por cuestiones como la independencia del Poder Judicial, la separación de los poderes, el financiamiento de campañas, entre otros temas. En 2003, luego de las últimas elecciones, el PUP permaneció en el gobierno, al salir ganador Said Musa. Él gobernó hasta 2008, cuando fue sucedido por Dean Barrow, del Partido Democrático Unido (UDP), que inició un nuevo mandato en 2012.

En lo referente al conflicto con Guatemala, éste está en vías de ser solucionado. En 1986, al asumir la presidencia de Guatemala, Vinicio Lorenzo retomó las relaciones con Inglaterra y las reivindicaciones acerca de la posesión de Belice. En ese momento se formó una comisión tripartita constituida por los tres países involucrados. En diciembre de 1991 el presidente guatemalteco Jorge Serrano Elías renunció oficialmente a las pretensiones de soberanía sobre Belice, obteniendo a cambio el libre acceso al golfo deHonduras. En 2002 se suscribió un tratado, aún no ratificado, y tropas de Guatemala permanecen en la frontera.

Los riesgos del modelo agroexportador

Desde el punto de vista económico, Belice tuvo la segunda tasa de crecimiento más alta de América Latina en la década del 90. La misma fue del 6%, apenas superada por Chile, con una tendencia a la aceleración después de 1998 gracias al incremento del gasto público. Su inflación está contenida en el 2% anual (BID, 2004). Pero un análisis más atento de esos indicadores muestra algunos riesgos para el mantenimiento del buen desempeño económico en los últimos años del siglo XX. En el ámbito económico eso ocurre, sobre todo, en virtud de dos problemas: la fragilidad del modelo económico centrado en la exportación y los riesgos representados por las condiciones climáticas para la agricultura.

El informe del BID de 2004 expresa que la participación del comercio total (importaciones, exportaciones y comercio interno) en el Producto Bruto Interno (PBI) de Belice creció del 79% en 1993 al 86% en 2002, aumentando los riesgos del modelo exportador de productos primarios. Ese problema se agravó por la destrucción del parque industrial (derivada de la apertura económica) y por la disminución del cultivo del azúcar en las exportaciones, que aún no fue compensada con el crecimiento de otros cultivos, como las frutas cítricas, y con la incorporación de otros productos, como pescados y camarones. En sólo quince años (entre 1985 y 2000), el país redujo drásticamente la cantidad de productos exportados con alto valor agregado y, en el conjunto de todas las exportaciones, los productos primarios crecieron del 17,6% al 60,4%.

Otro factor de riesgo para el modelo beliceño son los huracanes y las inundaciones que periódicamente arrasan la región y cuyo impacto sobre la economía aumentó en virtud del peso alcanzado por los productos primarios dentro de las exportaciones. Las adversidades climáticas, además de los virtuales perjuicios que le ocasionan a la principal actividad productiva del país, acarrean consecuencias negativas para la sociedad y la economía e influyen en forma directa sobre las tasas de inflación.

En lo que se refiere exclusivamente a la cuestión agrícola, particularmente importante para el país, el análisis de la superficie que se les ha destinado a los principales cultivos en los últimos treinta años presenta algunas tendencias.

Estructura exportadora según la intensidad tecnológica (en %) 

1985

2000

Productos primarios

17,6

60,4

Manufacturas de recursos naturales

54,5

25,8

Manufacturas

de baja tecnología

17,6

6,4

Manufacturas de mediana tecnología

7,2

3,8

Manufacturas

de alta tecnología

0,8

2,0

Productos
no clasificados

2,3

1,6

Total

100,0

100,0

Fuente: CEPAL, 2002.

Perspectivas para el siglo XXI

La crisis del sector azucarero en los años 80 provocó la diversificación agrícola del país, que se dirigió más hacia las necesidades del mercado interno. Otras importantes actividades económicas de Belice son el turismo de cruceros, el arqueológico, los pescados, los camarones de criadero y el sector financiero que, sin embargo, tiene un alcance internacional reducido. Asimismo, hay indicios de que el narcotráfico se está convirtiendo en una actividad importante, tanto por el cultivo y la comercialización de marihuana en el lugar, como por constituir un puente para el tráfico internacional de cocaína.

Socialmente, Belice es un país joven pues, de acuerdo con el informe de la CEPAL de 2005, la franja etaria de hasta 35 años de edad representaba el 75,1% del total en el año 2000.

A pesar de que el promedio de pobreza por domicilios es de sólo el 29%, uno de los menores de América Latina, esa cifra esconde uno de los más altos índices de extrema pobreza por domicilios en la región: 19% contra el 16% del resto del continente (según los datos proporcionados por el informe del BID del año 2004).

Años atrás, Belice era conocido como un “tranquilo paraíso de la democracia”, porque, a diferencia de los países cercanos, como El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua, no había experimentado nunca un golpe de Estado, ni períodos dictatoriales o guerras civiles. Sin embargo, a comienzos de 2005 el país enfrentó las manifestaciones sociales más importantes desde las protestas por la independencia en el año 1981, cuando trabajadores de las telecomunicaciones y, posteriormente, profesores y otras categorías de trabajadores llevaron a cabo importantes huelgas y manifestaciones contra el presidente Said Musa. Tales reivindicaciones se dirigieron contra los cortes de presupuesto y la elevación de los impuestos. Hubo denuncias de corrupción, violencia policial y aumento de los índices de criminalidad. También hubo indicios de una caída de la atención pública en salud y educación y altas tasas de desempleo (BID, 2004). Ese cuadro de situación tiende a agravarse pues, desde fines de los años 90, Belice comenzó a recibir un creciente flujo de inmigrantes haitianos, escapados de la violencia y de la extrema pobreza en su país.

Finalmente, este joven país, que enfrentó valientemente un largo período de dominación, se encuentra en crisis. Asimismo, enfrenta nuevos desafíos, tales como: incorporar la diversidad social, étnica y cultural a la vida política y económica; superar la dependencia y la vulnerabilidad impuestas por el modelo económico fuertemente orientado a la apertura y al comercio exterior de productos agrícolas; y reducir la pobreza, poniendo un especial cuidado en la población indígena, la cual se ha mostrado muy fragilizada.

Indicadores demográficos y socioeconómicos de Belice

1950

1960

1970

1980

1990

2000

2010

2020*

Población
(en mil habitantes)

69

93

122

144

188

239

309

386

• Sexo masculino (%)

48,96

49,38

49,66

50,45

50,42

50,15

50,00

...

• Sexo femenino (%)

51,04

50,62

50,34

49,55

49,58

49,85

50,00

...

Densidad demográfica 
(hab./km²
)

3

4

5

6

8

10

13

...

Tasa bruta de natalidad 
(por mil habitantes)**

51,21

43,66

41,95

39,87

34,41

27,85

23,6*

20,0

Tasa de crecimiento 
poblacional**

2,95

2,84

1,74

2,69

1,97

2,62

2,38*

1,88

Expectativa de vida 
(años)**

55,92

61,35

66,72

70,35

70,57

71,29

73,8*

76,10 

Población entre
0 y 14 años (%)

38,57

45,28

47,12

46,56

43,46

40,21

35,46

30,60

Población con más
de 65 años (%)

3,63

4,15

4,29

4,49

4,13

4,28

3,90

4,50 

Población urbana (%)¹

55,29

54,03

50,96

49,37

47,47

47,66

44,96

43,57 

Población rural (%)¹

44,71

45,97

49,04

50,63

52,54

52,34

55,04

56,43 

Participación en la población
latinoamericana (%)***

0,04

0,04

0,04

0,04

0,04

0,04

0,05

0.05

Participación en la población
mundial (%)

0,003

0,003

0,003

0,003

0,004

0,004

0,004

0,005

PBI (en millones de US$ 
a precios constantes 2010)

529,6

949,4

1.397,1

...
 

• Participación en el PBI 
latinoamericano (%)

0,020

0,027

0,028

... 

PIB per cápita (en US$ 
a precios constantes 2010)

2.823,6

3.979,3

4.527,3

... 

Exportaciones anuales
(en millones de US$)

0,0

129,2

281,8

478,3

...
 

• Exportaciones de productos 
manufacturados (%)²

36,9

19,3

17,4

1,4

...

• Exportaciones de productos 
primarios (%)

63,1

80,7

82,6

98,6

...

Importaciones anuales
(en millones de US$)

0,0

188,4

478,4

653,0

...

Exportaciones-importaciones
(en millones de US$)

0,0

-59,2

-196,6

-174,6

...

Matrículas en el
primer nivel³

...

28.041

35.754

44.788

52.650

...

Matrículas en el
segundo nivel³

12.259

...

...

...

Matrículas en el
tercer nivel³

...

7.008

...

Profesores

...

...

...

...

...

Médicos

32

55

92

251

...

Índice de Desarrollo
Humano (IDH)⁴

0,619

0,640

0,675

0,714

...

Fuentes: ONU. World Population Prospects: The 2012 Revision Database
¹ Datos sobre la población urbana y rural tomados de ONU. World Urbanization Prospects, the 2014 Revision. 
² Se incluyen las reexportaciones en los años: 1980, 1990 e 2000.
³ UNESCO Institute for Statistics
⁴  Fuente: UNDP. Countries Profiles
* Projecciones. | ** Estimaciones por quinquenios. | *** Incluido el Caribe.
Obs.: Informaciones sobre fuentes primarias y metodología de cálculo (incluidos eventuales cambios) se encuentran en la base de datos o en los documentos indicados.

 

Mapas

 

Bibliografía

  • Anuario El Estado del Mundo. Madrid: Ediciones Akal, 2004.
  • BID. Country program evaluation: Belice 1993-2003. Office of Evaluation and Oversight. Washington, D. C.: 2004.
  • CEPAL. Anuario estadístico: 2004. Santiago (Chile): 2005.
  • __________. Globalización y desarrollo. Santiago (Chile): 2002.
  • CEPAL e IICA. Panorama de la agricultura de América Latina y el Caribe. Santiago (Chile): 2001.
  • ENCICLOPÉDIA do Mundo Contemporâneo. Río de Janeiro: Editora Terceiro Mundo/PubliFolha, 1999.
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por admin publicado 01/09/2016 16:31, Conteúdo atualizado em 10/07/2017 12:59