Surinam
Surinam

Surinam

Nombre oficial

Republiek Suriname

Localización

Norte de América del Sur. Bañado al norte por el océano Atlántico, limita al oeste con Guyana, al este con Guayana Francesa y al sur con Brasil

Estado y gobierno¹

República parlamentarista

Idiomas¹

Holandés (oficial), inglés, sranan tongo (lengua criolla de base inglesa), indostánico caribeño (dialecto del hindi) y javanés

Moneda¹

Dólar del Surinam

Capital¹

Paramaribo 
(234.000 hab. en 2014)

Superficie¹

163.820 km²

Población²

524.960 hab. (2010)

Densidad
demográfica²

3 hab./km² (2010)

Distribución
de la población
³

Urbana (66,34%) y
rural (33,66%) (2010)

Analfabetismo

4,4% (2013)

Composición
étnica
¹

Indostánicos (37%), mestizos de blancos y negros (31%), javaneses (15%), quilombolas (10%), amerindios (2%), chinos (2%), blancos (1%), otros (2%)

Religiones¹

Hinduísmo (27,4%), protestante (25,2%), católica romana (22,8%), islámica (19,6%), religiones indígenas (5%)

PBI (a precios constantes de 2010)⁴

US$ 4.873 millones (2013)

PBI per cápita (a precios contantes de 2010)

)US$ 9.036,6 (2013)

Deuda externa pública⁴

US$ 737,2 millones (2013)

IDH

0,705 (2013)

IDH en el mundo
y en AL

100° y 22°

Elecciones¹

El presidente y el vicepresidente son elegidos indirectamente para mandatos de cinco años por la Asamblea Nacional, que está compuesta por 51 miembros. Éstos son elegidos directamente también para mandatos de cinco años.

Fuentes:

¹ CIA: World Factbook.

² ONU: World Population Prospects: The 2012 Revision Database.

³ ONU: World Urbanization Prospects, the 2014 Revision.

 CEPALSTAT.

 ONU/PNUD: Human Development Report, 2014.

Surinam, ex Guayana Holandesa, el más pequeño país independiente de Sudamérica, a diferencia de lo que sucedió en otras naciones del continente, fue colonia de los Países Bajos hasta 1975. Esa peculiaridad determinó no sólo la imposición del holandés como idioma oficial, sino también los fuertes vínculos económicos y políticos con Holanda, que se extienden hasta nuestros días.

Otra peculiaridad que acabó delineando la estructura y las luchas sociales en el país fue la existencia de negros insurgentes. Conocidos como cimarrones, no fueron vencidos por los colonizadores, ni asimilados por la población general. Por el contrario, sus miembros construyeron sociedades semiautónomas en la selva, entre los siglos XVI y XIX, en las cuales preservaron la cultura, las lenguas y las religiones africanas. Un hecho trágico, que ayudó a mantener la cultura y la tradición de rebeldía, fue la alta tasa de mortalidad de los esclavos. Por este motivo constantemente llegaban negros provenientes de África. Los nuevos africanos que venían a la colonia, muchos de los cuales conocían la vida libre, no se resignaban a la condición de esclavos e incitaban a la rebelión a los nacidos en cautiverio. Surinam tuvo la mayor comunidad de negros que huyeron de la esclavitud de Sudamérica.

En cuanto a las peculiaridades que condicionaron la composición étnica y la estructura social, también cabe recordar que, a semejanza de otros países de colonización anglosajona en América Latina, como Belice y Guyana, a la abolición de la esclavitud en el siglo XIX le siguió un intenso flujo de inmigración asiática –cerca de 60.000 personas, entre indopaquistaníes, javaneses y chinos– que introdujo un nuevo grupo, con una cultura muy diferente.

Tales singularidades condicionaron las demandas sociopolíticas y la estructura del mercado de trabajo. En el ámbito político, esa característica se manifestó con mucha claridad, ya que en un primer momento, más que diferencias ideológicas, la mayoría de los partidos expresaron divisiones étnicas. En la esfera del mercado de trabajo, entre tanto, los asiáticos lograban ocupar posiciones en el comercio y cargos en el gobierno, mientras que los negros se ocupaban básicamente de la agricultura y de la minería.

La prolongada dominación, asociada a la rebeldía, a las fuertes divisiones internas y a las presiones externas, causó una inestabilidad político-institucional, que estuvo presente a lo largo de la historia de Surinam. Recientemente, durante los años 80, el país sufrió sucesivos golpes militares acompañados por una fuerte represión, que propiciaron una radicalización y una polarización social en esa época. El retorno al régimen democrático sólo se daría a fines de la década de 1990.

La economía del país depende, sobre todo, de las exportaciones de bauxita (es uno de los mayores productores de ese mineral) y, en menor grado, de productos agrícolas. Es una economía muy vulnerable, debido a la naturaleza del mercado de commodities. Las exportaciones del mineral están controladas por una joint venture firmada en 1984 entre Suralco –subsidiaria de la norteamericana Alcoa– y Billiton –subsidiaria de Royal Dutch Shell–. La expansión de ese sector enfrenta problemas serios y de costo elevado, dado que los yacimientos están situados en el interior, en zonas de difícil acceso.

Por otro lado, la intensificación de la exploración del petróleo, sumada a la inauguración de una mina de oro por la empresa canadiense Cambior, permitieron la diversificación de la pauta exportadora y de la estructura productiva. La expansión de esos sectores, sin embargo, implicó la violación de derechos y, en consecuencia, surgieron conflictos en las zonas indígenas y de cimarrones donde se sitúan los yacimientos. La producción de petróleo, todavía poco significativa, tiene un gran potencial, y se está considerando la posibilidad de extraerlo en la costa atlántica.

El Palacio Presidencial en la ciudad de Paramaribo, capital de Surinam (Ian Mackenzie/Creative Commons)

Colonización y poblamiento

Luego de cien años de dominación española, a comienzos del siglo XVII se instalaron los primeros holandeses para explotar el territorio, el cual pasó a ser controlado por la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, fundada en 1621. La dominación holandesa sufrió algunos reveses, como ataques y ocupación por parte de franceses e ingleses. La nueva hegemonía sólo se consolidaría en 1667, con el fin de la guerra anglo-holandesa y la firma del Tratado de Breda, por el cual el territorio holandés en América del Norte, entonces llamado Nueva Ámsterdam, hoy Nueva York, fue intercambiado por el territorio inglés en el norte de América del Sur, que pasó a llamarse Guayana Holandesa.

Desde el comienzo, los holandeses explotaron varios cultivos, entre ellos, el café, el azúcar, el algodón y el coco, sirviéndose de mano de obra esclava africana. Además de la explotación agrícola, en esa época la región servía de centro de aprovisionamiento de los viajeros que pasaban por el Caribe rumbo a América del Sur.

La Compañía Holandesa de las Indias Occidentales controló el territorio hasta 1794, cuando éste se transformó oficialmente en una colonia holandesa. A pesar de algunos avances a nivel legislativo, Surinam logró tener su propio Parlamento recién en 1866.

En lo concerniente a la formación de la sociedad, ese período estuvo marcado por un intenso flujo de esclavos. Se estima que, entre 1667 y 1863, el territorio recibió cerca de 325.000 esclavos africanos, muchos de los cuales murieron a causa de la brutalidad con que los trataban, en los viajes y en las haciendas. Otros, a su vez, se insubordinaron y constituyeron comunidades independientes en la selva. Hay registros de que desde 1690 ocurrieron constantes fugas de esclavos de las plantaciones para formar quilombos, lugares escondidos que albergaban a los esclavos fugados. Uno de los hechos más destacados fue la insurrección de los años 1762 y 1763, en la cual gran parte de los esclavos huyó hacia la selva.

En cuanto a la estructura de la propiedad de la tierra y de la producción, durante el siglo XVII, un tercio de las plantaciones quedaron a cargo de judíos europeos, provenientes de regiones controladas por holandeses que escapaban de la Inquisición que se había instaurado en el nordeste de Brasil. Además de la producción agrícola y del comercio exterior, el mercado interno de esclavos para la agricultura también proporcionó altas ganancias a la elite blanca. Esa estructura se mantuvo hasta fines del siglo XVIII, cuando comenzó a declinar debido al colapso del sistema de plantaciones, lo que motivó que muchos latifundistas judíos retornasen a Europa.

El inicio del siglo XIX implicó un nuevo recorte para el territorio de Surinam. Ello ocurrió al cuestionarse el Tratado de Breda, que garantizaba la posesión de antiguas tierras inglesas a los holandeses. Como resultado, en 1815 el Congreso de Viena repartió nuevamente el territorio, garantizó a los británicos la propiedad sobre lo que hoy se conoce como Guyana y destinó a los holandeses el actual Surinam.

Ese período estuvo marcado también por una nueva ola de insubordinación. Una rebelión abolicionista, en 1832, incendió casi totalmente la capital y, otra, de fines de los años 60, implicó la fuga de la mayoría de la población esclava hacia las selvas. Este proceso fortaleció a las comunidades autóctonas en la selva y sólo terminó con la abolición de la esclavitud en 1863. Durante este período hubo una conciliación entre dichas comunidades “independientes” –aunque perseguidas– y el gobierno colonial, propiciada por un acuerdo mediante el cual tendrían libre acceso a la costa por los ríos, a cambio de tributos cobrados por el gobierno.

También en el ámbito de las transformaciones sociales, Surinam recibió un intenso flujo de asiáticos, para el trabajo semiesclavo. Dimensionando este flujo, entre 1873 y 1939 Surinam recibió alrededor de 60.000 indopaquistaníes, chinos y javaneses.

La gigantesca diferencia cultural heredada del proceso migratorio seguramente contribuyó a garantizar los privilegios y la dominación burguesa, dado que dificultaba la coordinación política de los diferentes grupos étnicos para luchar por sus propios intereses. Al mismo tiempo, favorecía la reducción de los salarios de los trabajadores en general, gracias a la mayor oferta de mano de obra. Otro factor disgregante de las clases más pobres fue la notoria resistencia de los indios al mestizaje y el fuerte apego a sus tradiciones culturales.

Había también, además de los europeos, negros y asiáticos, un cuarto grupo, el de los amerindios, que aunque en número poco significativo también mantenía su identidad cultural. Esta heterogeneidad sociocultural se hizo presente en el proceso de formación nacional.

El análisis de la formación de la estructura social es esencial, pues los factores que la determinaron se vieron reflejados durante el siglo XX en lo que se refiere a las dinámicas económicas y políticas. Las diferentes realidades sociales fueron las que generaron demandas políticas distintas, y, en algunos casos, contradictorias.

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Fuerte Zeelandia, en Paramaribo, durante la dictadura se usó como prisión, fue transformado en museo en 2004 (Wikimedia Commons)

Partidos e independencia

Junto a ese proceso de grandes transformaciones sociales, el inicio del siglo XX implicó modificaciones en la estructura económica, signada por el descubrimiento de las reservas de bauxita en 1916. Gracias a los recursos hidroeléctricos del país, se pudo desarrollar la industria del aluminio, extraído a partir de la bauxita. En pocos años, éste pasó a ser el primer producto de exportación, alcanzando, en determinados períodos, el 80% del total. La explotación del metal estaba, no obstante, controlada por la multinacional estadounidense Alcoa.

Con respecto a la vida política, las diferencias étnicas, culturales e idiomáticas dificultaron el surgimiento de una conciencia nacional. Esa diversidad se manifestó en las líneas programáticas de los partidos políticos, que representaban los intereses de los grupos étnicos, espejos a su vez de los intereses de los sectores económicos. Así, se asistió a la creación de varios partidos, que en su gran mayoría eran defensores de esos intereses. El Partido por la Unidad y la Solidaridad Nacional (KTPI, Kerukanan Tulodo Paranatan Ingil), por ejemplo, representa los intereses de la comunidad indonesia; los negros formaron el Partido Nacional de Surinam (NPS, Nationale Partij Surinam), una coalición de cuatro partidos de centroizquierda que reivindicó la independencia luego de la Segunda Guerra; los indopaquistaníes, mayoritariamente comerciantes y empresarios, crearon el Partido Reformista Progresista (VHP, Vooruitstrevende Hervormings Partij), que en un primer momento prefirió postergar la independencia, pues sus representados se veían beneficiados con la estrecha relación con la metrópoli. Existen también partidos que representan estamentos sociales, como la Unión Progresista de los Trabajadores (PALU, Progressieve Arbeiders en Landbouwers Unie), de los obreros y campesinos, y el Partido Nacional Democrático (NDP), de los militares.

En 1948 se instituyó un consejo administrativo, y en 1949 los surinameses conquistaron el sufragio universal. Casi un año después, fue el momento de ejercer el derecho de elegir su propio gobierno, independientemente de las cuestiones concernientes a la política externa y a la defensa. La independencia parcial se alcanzó en 1954: Surinam se transformó en un Estado independiente, perteneciente al Reino de los Países Bajos. Ese año se convocó a elecciones para el Parlamento.

Johan Adolf Pengel, un afrosurinamés, líder de la Federación Nacional de los Sindicatos de Surinam y presidente del Partido Nacional de Surinam (NPS), gobernó el país de 1958 a 1963, y fue reelegido con el título de ministro presidente de Surinam.

En octubre de 1973, los independentistas –coalición partidaria criollo-india– ganaron las elecciones legislativas y Henck Arron, líder liberal del NPS, se convirtió en primer ministro del gobierno local. La independencia finalmente se proclamó el 25 de noviembre de 1975, con acuerdo entre Arron, que representaba a los criollos, y Jaggernauth Lachmon, a los indios. Luego de la independencia, cerca de 40.000 personas, principalmente de clase media, haciendo uso de su nacionalidad holandesa, emigraron hacia Europa, dejando al país con una grave escasez de personal técnico, administrativo y de profesionales liberales, lo que causó una fuerte reducción en la actividad económica.

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La ciudad de Paramaribo se localiza a los márgenes del río Surinam (David Stanley/Creative Commons)

Dictadura y redemocratización

Reelecto en 1977, Arron fue víctima de un golpe militar, el 25 de febrero de 1980, luego de tres años en el poder. Désiré Bouterse, el líder del golpe que se hizo conocido con el nombre de Revolución de los Sargentos, disolvió el Parlamento, suprimió la Constitución, declaró el estado de emergencia y asumió posiciones nacionalistas, promoviendo la independencia total de Holanda. Desde el principio, su gobierno fue acusado por la oposición de utilizar métodos represivos.

Para formar el gobierno, el Consejo Nacional Militar, un grupo liderado por Désiré Bouterse, convocó a líderes de izquierda. Ese mismo año, el país fue dividido en diez distritos administrativos. El gobierno duró aproximadamente un año, cuando, el 4 de febrero de 1981, el Consejo, acusándolo de corrupción y relaciones espurias con Holanda y los Estados Unidos, promovió otro golpe de Estado. El nuevo gobierno, al mando de Bouterse, estableció relaciones con Cuba, lo que le valió la oposición interna de los principales partidos, y externa, de Holanda y los Estados Unidos. Durante ese período se registró un significativo aumento de los gastos militares y del número de efectivos.

El clima de rebelión popular se intensificó a comienzos de los años 80 con la fuerte depreciación de la bauxita en el mercado internacional, que culminó en 1982 con un movimiento de protesta de comerciantes y sindicalistas contra el gobierno de Bouterse. Esas manifestaciones fueron duramente reprimidas y dejaron como saldo el asesinato de quince líderes surinameses, entre ellos un ex ministro, un profesor y un líder sindical, el 8 de diciembre del mismo año. El argumento fue que estaban preparando un contragolpe de Estado. Esos asesinatos marcaron la historia nacional y son conocidos como los Asesinatos de Diciembre.

En enero de 1983, Bouterse formó un nuevo gobierno con civiles y militares, proponiendo a Errol Halibux como primer ministro, un nacionalista de la Farmers’ and Labor Union (Unión de Trabajadores y Agricultores). Luego de la invasión de Granada por los Estados Unidos, hubo un vuelco en la política exterior, y ese mismo año el gobierno solicitó a Cuba que retirara a su embajador.

Entre fines de 1983 e inicios de 1984, una ola de huelgas paralizó la extracción de bauxita –que en esa época representaba el 80% de las exportaciones–, los transportes y el abastecimiento de agua y electricidad. Bouterse destituyó nuevamente al primer ministro y al gabinete, nombrando a dirigentes sindicales en los ministerios y anulando las medidas fiscales aplicadas. Ese período también estuvo dedicado a disminuir al máximo, política y económicamente, la dependencia con Holanda, diversificando las relaciones exteriores de Surinam a través de la adhesión a los organismos internacionales y acuerdos con otros países.

En lo que se refiere a las comunidades de cimarrones, el período que arranca en los años 60 y se extiende a la postindependencia estuvo signado por muchas dificultades. Un ejemplo de éstas fue el caso de la construcción de una represa, que inundó las tierras de una de las principales comunidades, los saramakas. También se construyeron ciudades planificadas en sustitución de los antiguos villorrios, lo cual desestructuró a las comunidades al destruir sus referencias simbólicas. En los años 80, con el gobierno dictatorial, dichas comunidades fueron implacablemente perseguidas, bajo el pretexto de que éstas apoyaban a la guerrilla. O sea que, aun sin haberlo querido, dichas iniciativas gubernamentales ayudaron a subordinarlos e integrarlos a la comunidad.

Como resultado del aumento de la represión a inicios de los años 80, los movimientos opositores se radicalizaron. En 1986 se formó el grupo guerrillero Ejército de Liberación de Surinam (SLA, Surinamese Liberation Army), liderado por Ronny Brunswijk, férreo opositor del dictador, quien exigió el retorno a la Constitución. La represión a los cimarrones se intensificó, con el pretexto de que apoyaban al SLA, lo que contribuyó a subordinar a sus comunidades e integrarlas. Como resultado de esto, a inicios de los años 80, cerca de 10.000 cimarrones emigraron hacia la Guayana Francesa. Uno de los pasos para esa integración ya había sido dado anteriormente, con la construcción de ciudades planificadas en sustitución de los antiguos poblados, lo que en verdad constituía un primer factor de aculturación, o desestructuración, en tanto destruía los referentes simbólicos criollos. En el período que va de 1986 a 1992, marcado por la guerra civil y la inestabilidad, el SLA tuvo como principales objetivos la infraestructura del país y las grandes industrias.

El retorno a la institucionalidad comenzó en abril de 1987, aún durante el gobierno militar, cuando la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad un proyecto de Constitución. El proceso democrático se instauró nuevamente con la victoria de la coalición Nuevo Frente para la Democracia y el Desarrollo (NF) en las elecciones de enero de 1988, que llevó a la presidencia a Ramsewak Shankar. El 21 de julio de 1989, Shankar firmó un acuerdo con la guerrilla aún activa, reconociendo el derecho de ésta de permanecer armada en el interior de la selva. Bouterse y el NDP, a su vez, lideraron la oposición al acuerdo, argumentando que significaría la legitimación de una fuerza militar autónoma dentro del país. En 1990, Bouterse comandó un nuevo golpe militar, que derrocó a Shankar y disolvió la Asamblea Nacional. Johan Kraag, del NPS, aliado del presidente, fue nombrado provisoriamente para la presidencia en 1991.

En el mismo año, holandeses y norteamericanos, alegando que militares de alto rango aliados a Bouterse estarían involucrados con el narcotráfico, propusieron una intervención, en caso de que el nuevo gobierno lo solicitase. En marzo de 1991, por presión de los Estados Unidos, Holanda, Francia y la OEA, se convocó a nuevas elecciones. Sin embargo, contrariamente a las disputas electorales anteriores, dos meses después la mayor parte de las fuerzas de oposición se agrupó en el NF, y obtuvo la mayoría de la Asamblea Nacional. Ronald Venetiaan, líder de la coalición, fue elegido presidente el 19 de septiembre del mismo año, defendiendo la reducción de las Fuerzas Armadas, el recorte del 50% del presupuesto militar y de 60% de los efectivos, así como una nueva aproximación con Holanda.

En la economía, el gobierno proclamado aplicó políticas de libre mercado y propuso la normalización y el estrechamiento de relaciones con la ex metrópoli. Eso facilitó la firma de un acuerdo de cooperación con los Países Bajos, en 1992, que ascendió a US$ 720 millones. Venetiaan inició el proceso de pacificación y desarme del movimiento guerrillero, supervisado por Brasil y por Guyana, como representantes de la ONU. Otra medida fue la supresión del preámbulo de la Constitución de 1987, que tenía carácter anticolonial por temor a una posible invasión del país.

A pesar de los avances en el ámbito de la pacificación y del retorno a la institucionalidad, en 1993 la economía entró en una etapa recesiva, y permaneció así por muchos años como consecuencia de la devaluación del precio de la bauxita. A semejanza de otros gobiernos latinoamericanos, en los años 90 Surinam adoptó un riguroso programa de ajuste estructural, con carácter recesivo, en respuesta a esos problemas económicos, lo que profundizó la crisis social.

El aumento de la pobreza y del desempleo generó una nueva radicalización de los movimientos políticos y sociales. En marzo de 1994, por ejemplo, la represa de Afobakka fue invadida por rebeldes que reivindicaban la renuncia del gobierno; en 1995, el movimiento campesino, con la alianza de amerindios y cimarrones, efectuó una protesta contra los daños ambientales causados por una empresa minera canadiense y una maderera europea. En las elecciones de 1996, Jules Wijdenbosch, ligado al partido de Bouterse, fue elegido para el Parlamento, lo que empañó los planes de reelección de Venetiaan.

En 1997, reivindicando aumentos de los salarios y la modernización de los equipamientos y armas, los militares realizaron un nuevo intento de golpe, frustrado debido al proceso de debilitamiento por el que pasaron, con recortes presupuestarios y de efectivos. El gobierno respondió a la crisis económica con medidas que incluyeron la eliminación de aranceles de importación de la mayoría de los bienes básicos y un rígido control de precios, o sea, más apertura y ajustes. Este proceso generó una crisis a fines de 1998, que se vio agravada por el aumento de la inflación, la devaluación de la moneda en un 80% y un aumento de los salarios del Poder Legislativo, lo que exacerbó aún más el descontento popular. Profesores y empleados públicos, que correspondían a cerca del 10% de los trabajadores, realizaron una serie de huelgas y protestas a favor de una mejora salarial.

En 1997, Holanda lanzó una orden de captura internacional contra Bouterse, ya removido del cargo desde 1993, acusándolo de vínculos con el narcotráfico. Wijdenbosch, aliado del ex dictador, lo nombró Consejero de Estado, cargo que le confirió inmunidad. Fueron a la cárcel diecisiete oficiales de bajo rango.

A comienzos de 1999, el descontento se agravó y se produjo la mayor huelga general de la historia de Surinam, que prácticamente paralizó al país. En julio de ese año, el gabinete de Wijdenbosch fue depuesto y responsabilizado por la crisis. Le sucedió un ministro, posteriormente también destituido por denuncias de corrupción. En ese período, se promovió la modificación de las instituciones y de la legislación para reglamentar la privatización de empresas. Venetiaan reasumió el gobierno en 2000.

El sector de la salud fue especialmente alcanzado por la crisis, ya que los médicos nacionales rechazaban atender en algunas localidades. Para resolver el problema, fueron convocados 60 médicos y otros especialistas cubanos, iniciativa acompañada en el mismo período por otros países, como Venezuela y algunas naciones caribeñas y centroamericanas.

En mayo de 2005, Ronald Runaldo Venetiaan, del NF, resultó electo por una pequeña mayoría de votos. La victoria no fue reconocida por el NDP, ligado a Bouterse. Este último volvió al poder en agosto de 2010 y fue reelegido presidente en mayo de 2015.

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Los llamados “cazadores de oro”, hombres que hacen la travesía en el lago Brokopondo internándose en la selva de Surinam en busca de oro (Ashu Mathura/Creative Commons)

El país en el cambio de siglo

Después del agitado período de las décadas de 1980 y 1990, a comienzos del siglo XXI Surinam comenzó a disfrutar de una relativa estabilidad económica y política, aunque todavía enfrenta serios desafíos.

En las últimas décadas del siglo XX, la participación de la minería en el PBI prácticamente se duplicó, gracias a las constantes inversiones y al aumento de las exportaciones de minerales. Según la CEPAL (2002), la minería pasó a representar el 17,8% del PBI en 2000, contra el 9,1% en 1990. La participación de la agricultura, principalmente arroz, caña de azúcar y banana y otros servicios, también creció, pero en menor proporción. Es notable, no obstante, la disminución que sufrieron los sectores manufacturero, turístico y, principalmente, los servicios financieros, lo que indica que las reformas económicas promovidas durante los años 90 implicaron el retorno a un modelo fuertemente agro-minero. Las consecuencias de esa especialización se hicieron evidentes en 2002, cuando una caída en el precio mundial de la banana provocó intensas protestas.

Aunque Surinam fuese un gran exportador de minerales, el comercio exterior de la bauxita representaba cerca del 70% del total exportado por el país, pues el grado de procesamiento nacional era bajo. En 2003 se firmó un gran acuerdo para ampliar la exploración del mineral por parte de Alcoa y Billiton.

Las remesas económicas de los surinameses o descendientes que viven en Holanda también constituyen un aporte económico importante, como ocurre con otros países de la región. Sea vía bancaria o personalmente, esas remesas han crecido considerablemente. Según el Banco Central de Surinam, la transferencia aumentó de 7,9 millones de guilderes en 1990 a 24,7 millones en 1998, pasando por un pico de 38,7 millones en 1997.

En lo que se refiere a las relaciones internacionales, existen litigios territoriales con las vecinas Guyana y Guayana Francesa. El área que Surinam reclama de esta última comprende territorios entre los ríos Litani y Marouni, mientras que a Guyana, Surinam le reclama dos regiones: una zona entre los ríos Kutari y Koetari y la plataforma continental, que se supone que es rica en petróleo. En junio de 2004 se instituyó una corte en la ONU para resolver el litigio con Guyana.

El reinicio de las relaciones con los holandeses, luego de la independencia, les dio ventajas financieras, vinculadas, sin embargo, a las reformas que beneficiaban a los ex colonizadores, cuyo resultado fue un cuestionable saldo neto para el país. Recientemente, la ayuda holandesa sufrió una revisión, por la cual se dotó de mayor autonomía al gobierno de Surinam.

Es evidente que el tráfico de drogas y el lavado de dinero están creciendo; son problemas que se han visto agravados por la exportación ilegal de oro y la llegada de inmigrantes clandestinos, provenientes principalmente de Brasil.

En el ámbito social, la diversidad étnica sigue estando compuesta, según estimaciones de inicios del siglo XXI, por un 31% de mestizos, 15% de javaneses, 37% de indopaquistaníes, 10% de negros cimarrones, 2% de indígenas y una minoría de europeos. Algunos grupos de cimarrones lograron mantener sus costumbres en determinadas áreas, en las cuales se habla un dialecto criollo llamado taki-taki , o senang-tongo . Hay indicios de que la pobreza es seria y de que va en aumento, como también el desempleo.

Datos Estadísticos

Indicadores demográficos y económicos de Surinam

1950

1960

1970

1980

1990

2000

2010

2020*

Población
(en mil habitantes)

215

290

372

366

407

467

525

570

• Sexo masculino (%)

49,77

50,00

49,91

49,51

50,79

50,53

50,14

... 

• Sexo femenino (%)

50,23

50,00

50,09

49,49

49,21

49,47

49,86

... 

Densidad demográfica 
(hab./km²)

1

2

2

2

2

3

3

3

Tasa bruta de natalidad 
(por mil habitantes)**

47,99

44,78

34,84

30,03

22,47

21,19

17,9*

15,8 

Tasa de crecimiento 
poblacional**

3,02

2,72

-0,43

0,56

1,38

1,36

0,88&

0,65 

Expectativa de vida 
(años)**

55,98

60,51

64,00

66,53

67,60

68,08

70,9*

72,9 

Población entre 
0 y 14 años (%)

40,00

47,62

48,39

39,90

33,32

30,61

28,64

24,3 

Población con más 
de 65 años (%)

6,05

4,14

3,87

4,36

4,73

5,72

6,44

7,6 

Población urbana (%)¹

46,89

47,26

45,95

64,96

65,71

66,44

66,34

66,03 

Población rural (%)¹

53,11

52,74

54,05

35,04

34,29

33,56

33,66

33,97 

Participación en la población
latinoamericana (%)***

0,13

0,13

0,13

0,10

0,09

0,09

0,09

0,09 

Participación en la población 
mundial (%)

0,009

0,010

0,010

0,008

0,008

0,008

0,008

0,007 

PBI (en millones de US$ a 
precios constantes de 2010)

2.571,1

2.646,8

4.368,4

... 

Participación en el PBI 
latinoamericano (%)

0,097

0,074

0,088

... 

PBI per cápita (en US$ 
a precios constantes de 2010)

6.321,0

5.671,8

8.321,3

...

Exportaciones anuales 
(en millones de US$)

918,2

831,6

399,1

2.084,1

... 

Importaciones anuales 
(en millones de US$)

810,4

668,3

246,1

1.397,9

... 

Exportaciones-importaciones 
(en millones de US$)

107,8

163,3

153,0

686,2

... 

Matrículas en el 
primer nivel²

...

80.844

61.435

...

...

Matrículas en el
segundo nivel²

...

35.742

33.289

...

...

Matrículas en el
tercer nivel²

2.326

2.489

...

Médicos

331

322

558

... 

Índice de Desarrollo 
Humano (IDH)³

0,698

... 

Fuentes: ONU: World Population Prospects: The 2012 Revision Population Database.

¹ Datos sobre la población urbana y rural tomados de ONU: World Urbanization Prospects, the 2014 Revision.

² UNESCO: Institute for Statistics.

³ UNDP: Countries Profiles.

* Proyecciones. | ** Estimaciones por quinquenios. | *** Incluye el Caribe. 

Obs.: Informaciones sobre fuentes primarias y metodología de cálculo (incluidos eventuales cambios) se encuentran en la base de datos o en el documento indicados.

 

Mapas

Bibliografía

  • ADELAIDE-MERLAND, Jacques: Histoire contemporaine de la Caraïbe et des Guyanes – de 1945 à nos jours, París, Éditions Karthala, 2002.
  • Africana: The encyclopedia of the African and African American experience, Kwame Anthony Appiah e Henry Louis Gates (eds.), Nueva York, Civitas Books, 1999.
  • CEPAL: Globalización y desarrollo, Santiago (Chile), 2002.
  • El estado del mundo – 2004: anuario económico y geopolítico mundial, París, La Découverte-Syrys/Akal, 2003.
  • Enciclopédia do Mundo Contemporâneo, Río de Janeiro/São Paulo, Terceiro Milênio/Publifolha, 1999.
  • NIEKERK, van Miers: Surinam Country Study. ESRC Center on Migration, Policy and Society (COMPAS), Reino Unido, Universidade de Oxford, 2005. Disponible en: http://www.compas.ox.ac.uk
por admin Conteúdo atualizado em 15/06/2017 15:17