Nicolás Maduro nació en El Valle, barrio de la capital venezolana, el 23 de noviembre de 1962, en una familia de clase media baja, militantes de izquierda y sindicalistas. Su padre, Nicolás Maduro García, fue uno de los fundadores del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), organización socialista que nació de una escisión del partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), en 1967.
Salvando una curiosa participación durante su adolescencia en un grupo de rock llamado Enigma o el hecho de haber sido un gran jugador juvenil de béisbol, lo que marcó desde muy temprano su juventud fue la militancia socialista. Tras el impacto de la revolución cubana, Maduro se alineó a la izquierda de su familia. Cuando era niño siguió de cerca las acciones represivas contra la Universidad Central de Venezuela (UCV), próxima a su casa. Ya en cuarto grado de la enseñanza fundamental fue suspendido durante tres días por defender la Revolución Cubana de las críticas de las monjas que enseñaban en su escuela.
Así, llegó a colaborar con las juventudes de izquierda desde muy joven, comenzó a militar con tan sólo 12 años en el Frente de Unidad Estudiantil del Liceo Urbaneja Achelpohl, y finalmente ingresó en la organización Ruptura, brazo legal del clandestino Partido de la Revolución Venezolana (PRV) de Douglas Bravo.
Posteriormente se vinculó con la Liga Socialista, organización maoísta y fachada legal de la Organización de Revolucionarios (OR). Maduro se destacó como organizador y agitador político y por eso, entre 1986 y 1987, fue enviado a La Habana, para formarse en la Escuela Superior de Cuadros Nico López, del Partido Comunista de Cuba (PCC), donde estudió filosofía marxista, economía política, historia de América Latina y otros temas. A su regreso participó del Caracazo.
En 1990, luego de ser aprobado en concurso, comenzó a trabajar en el Metro de Caracas como conductor de ómnibus de la Metrobús, siguiendo un plan de la Liga Socialista con vistas a construir una fuerza sindical combativa. Comenzó a liderar movilizaciones, se convirtió en dirigente sindical y en 1993 fundó y dirigió el Sindicato de los Trabajadores del Metro de Caracas (SITRAMECA), además de ser el representante directo en las negociaciones con la patronal.
Si en la insurrección del 4 de febrero de 1992 Maduro fue tomado por sorpresa, y temió por nuevas persecuciones –pues a lo largo de toda su trayectoria sufrió con la represión política–, cuando ocurrió el nuevo levantamiento –también derrotado– del 27 de noviembre participó activamente, movilizando a personas y barrios de Caracas. En ese medio tiempo comenzó a tener contacto con el movimiento militar bolivariano del líder insurreccional Hugo Chávez, con quien había estado personalmente por primera vez en una reunión en la prisión, el 16 de diciembre de 1993, y a quien acompañaría desde su liberación en marzo de 1994.
En diciembre de 1994 Chávez lo invitó a participar en la dirección nacional del reorganizado Movimiento Bolivariano Revolucionario 200. En 1997 participó de la construcción del Movimiento Quinta República (MVR) en apoyo de la candidatura presidencial de Chávez, que venció en 1998 con el 56% de los votos.
- Toma de posesión de Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela (Xavier Granja Cedeño/Ministerio de Relaciones Exteriores, Comércio e Integração do Equador/ CC BY-SA 2.0)
En esa misma elección Maduro se convirtió en diputado y líder de la bancada parlamentaria. Con motivo de la convocatoria a la constituyente, Maduro presidió la Asamblea Nacional Constituyente de 1999. Fue elegido nuevamente diputado y, en enero de 2005, presidió el legislativo nacional, puesto al que renunció en 2006 para responder a la invitación de Chávez para el cargo de ministro de Relaciones Exteriores, función que desempeñó hasta enero de 2013. Es conocido por ser un constructor de la política externa bolivariana, que trabaja por la unidad latinoamericana –con proyectos como el ALBA y la Unasur– y por la construcción de la contrahegemonía mundial, la paz, la multipolaridad y la resistencia al imperialismo americano. Estableció nuevos y fuertes lazos con países resistentes, como Rusia, China, Siria e Irán. Profundizó la solidaridad con Palestina y la Cuba socialista, y tuvo un papel protagónico en el retorno de Cuba a la OEA, luego de 47 años de suspensión. Asimismo fue una de las principales voces contra el golpe en Honduras que derribó a Manuel Zelaya (2009) y el de Paraguay que derrocó a Fernando Lugo (2012).
El 7 de octubre de 2012, Hugo Chávez fue reelegido para un cuarto mandato, y al salir Elías Jaua de la vicepresidencia para presentarse a la gobernación de Miranda, el 10 de octubre Maduro fue nombrado vicepresidente ejecutivo. El 8 de diciembre de 2012 fue elegido, también por Chávez, como su sucesor en caso de que no sobreviviera al cáncer contra el que luchaba. De esta forma, el líder bolivariano se adelantó a una posible disputa por la sucesión entre Maduro y Diosdado Cabello.
Con la muerte de Chávez el 5 de marzo de 2013 y a pesar de las protestas de la oposición, la Corte Suprema lo consideró presidente de la República, declarando legal su candidatura para las elecciones presidenciales. Estas se celebraron el 14 de abril de 2013, y Maduro salió victorioso con el 50,66% de los votos contra el 49,07% del opositor Henrique Capriles. Desde ese momento se mantiene el tono de las acciones opositoras contra el que había luchado Chávez y que Maduro viene desde entonces combatiendo: el golpismo. Intentaron invalidar la elección y exigieron un recuento de los votos, que terminó confirmando la victoria de Maduro. Desde entonces su presidencia se enfrenta con intentos de magnicidios y golpes orquestados e instrumentalizados por las oligarquías y los grandes medios venezolanos, apoyados por los Estados Unidos. También se enfrenta con las acciones económicas que pretenden desestabilizar el proceso revolucionario. Maduro gobierna en una coyuntura internacional difícil con la caída del precio del petróleo, principal producto de exportación.
En cuanto a su vida personal, está casado con la abogada, ex diputada y ex presidente de la Asamblea Nacional –primera mujer en desempeñar dicha función–, y ex procuradora general de Venezuela, Cilia Flores.