Fidel Castro Ruiz, hijo de un propietario rural, nació el 13 de agosto de 1926 en Birán, Mayaríl. En escuelas particulares hizo sus estudios primarios y medios, en Santiago de Cuba y luego en La Habana. Fue un estudiante notable y aficionado a los deportes. Estudió derecho en la Universidad de La Habana (UH), donde se convirtió luego en uno de los dirigentes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). El país vivía un período de gran actividad política, con democracia representativa y una enorme corrupción. El joven Fidel participó en la lucha del Partido del Pueblo Cubano (ortodoxo) por el adecentamiento y por los cambios en favor del pueblo. Pero también buscaba la acción revolucionaria. Fue uno de los expedicionarios de Cayo Confites, la tentativa por liberar al pueblo de la República Dominicana de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo (1946), y participó del motín popular de Bogotá por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán (1948). El mismo día del golpe de Estado del 10 de marzo, lanzó un manifiesto condenando a la dictadura y comenzó a conspirar contra ella. Lideró el “Movimiento” –un grupo de jóvenes independientes de la oposición política que preconizaba la lucha armada y la revolución profunda–. Estos jóvenes se organizaron y prepararon en la más rigurosa clandestinidad y el 26 de julio de 1953 atacaron los cuarteles de La Moncada en Santiago de Cuba –la segunda ciudad del país– y Bayamo.
El ataque fracasó y decenas de ellos fueron asesinados. Fidel y otros 27 fueron capturados y condenados a prisión. Juzgado solo, pronunció su célebre defensa La historia me absolverá. Encerrados en el Presidio Modelo, los “moncadistas” se mantuvieron firmes y analizaron, hasta que un movimiento popular obtuvo su amnistía en mayo de 1955. De inmediato fundaron el Movimiento Revolucionario 26 de julio (MR-26 de Julio) e iniciaron el camino de la insurrección. Fidel tuvo que partir al exilio a comienzos de julio de 1955 y recorrió varias ciudades de los Estados Unidos antes de establecerse en México. Una vez allí, reunió a sus antiguos compañeros y a otros nuevos que abandonaban Cuba, y conoció a Ernesto Che Guevara. Los revolucionarios se prepararon y, con gran esfuerzo, consiguieron medios económicos y un pequeño yate para cumplir la promesa hecha al pueblo cubano: “En 1956 seremos libres o seremos mártires”. La expedición del yate Granma llegó a Las Coloradas, Oriente, el 2 de diciembre de 1956.
Los 25 meses de guerra revolucionaria convirtieron a Fidel en líder de la Revolución Cubana e hicieron de aquel joven subversivo y brillante intelectual el conductor del pueblo, jefe militar y estratega de la transformación completa del país y de los cubanos –una tarea que parecía imposible porque implicaba enfrentar el poder del imperialismo estadounidense (“[…] la guerra que voy a lanzar contra ellos. Me doy cuenta de que ése va a ser mi verdadero destino” –palabras de Fidel a Celia Sánchez, 6 de junio de 1958). Cuando triunfó la Revolución, Fidel ya era su jefe indiscutible y luego llegó a ser una notable personalidad internacional. Primer ministro desde febrero de 1959 hasta diciembre de 1976, cuando entró en vigencia la nueva Constitución, fue elegido presidente del Consejo de Estado, y reelegido en este cargo cada cinco años hasta 2008.
Fidel llevó a cabo una gigantesca tarea de educación popular en los primeros años del proceso, mientras simultáneamente dirigía a su país en los enfrentamientos más duros y en la todavía más difícil tarea de hacer viable la economía y la transición socialistas. La unidad de las fuerzas revolucionarias y el cuidado permanente por mantener la unidad entre los cubanos es uno de sus mayores méritos históricos. Fidel Castro es líder y primer secretario del Partido Comunista cubano desde su fundación en 1965. Ha sido el máximo promotor de la acción internacionalista de Cuba durante casi medio siglo y afirma que la solidaridad internacional debe estar en el centro de las ideas de liberación, y que incluso es fundamental para que el mundo actual salga adelante. En sus discursos en Caracas, la ONU, Chile, en defensa de Vietnam o en numerosos países y foros internacionales ha ratificado su estatura de dirigente revolucionario a nivel mundial y de gran estratega del así llamado Tercer Mundo.
El 31 de julio del 2006 Fidel Castro anunció que se licenciaba del gobierno cubano para someterse a una cirugía. El poder, entonces, pasaba a manos de su hermano, Raúl Castro. Poco menos de dos años después, en el 19 de febrero de 2008, el líder máximo de la revolución cubana renunció a la presidencia de la República. Cinco días más tarde Raúl Castro fue elegido presidente del Consejo de Estado. Después de prácticamente medio siglo de comando ininterrumpido Fidel Castro se retiraba del cotidiano político cubano, limitándose a partir de entonces a escribir artículos en el periódico Granma y a recibir personalidades o delegaciones en visita a la isla.
Fidel anunció en el 31 de julio de 2006 el inicio de la transferencia de los poderes presidenciales a su hermano Raúl, hasta entonces el primer vicepresidente de la isla, debido a problemas de salud. El proceso llevaría casi dos años para ser concluido, durante los cuales Raúl comandó como presidente en ejercicio. Oficialmente alejado del cargo en febrero del 2008 mantuvo su vida política a través de columna en el periódico oficial del PCC, Granma, de su cuenta en la red social Twitter y en sus ocasionales apariciones públicas o por televisión.
El Comandante-Jefe Fidel Castro murió en el día 25 de octubre de 2016, a los 90 años, a las 22h29, en su casa. El anuncio lo hizo su hermano Raúl poco después por la televisión estatal, quien declaró nueve días de luto oficial. La repercusión internacional fue inmediata. El cuerpo del líder revolucionario fue cremado en una ceremonia privada en la mañana siguiente. Su despedida reunió millones de personas en la Plaza de la Revolución, escenario de un sin número de discursos del líder, y en las calles de La Habana. Sus cenizas recorrieron un trayecto de mil quilómetros desde La Habana hasta Santiago de Cuba en el sentido contrario al de la célebre “Caravana de la Libertad”, comandada por Fidel después de la destitución de Fulgencio Batista.