Estructurado en 1863, después de 33 años de predominio de su rival –el Partido Nacional (los Blancos)–, el Partido Colorado integraría con su adversario lo que Gerardo Caetano, José Rilla y Romeo Pérez, en varias de sus obras –por ejemplo en Partidocracia uruguaya–, llamarían “bipartidocracia”. A pesar de haber limitado el abanico ideológico, el régimen bipartidario permitió que Uruguay constituyera una de las democracias formales más estables de América Latina. Un solo gran cambio legal, la Constitución de 1919, el mantenimiento del orden legal prácticamente inalterado durante más de un siglo y la asunción regular de presidentes electos, hicieron que la República Oriental fuera conocida como la “Suiza latinoamericana”.
Identificado como liberal, mientras que su oponente tradicional adquirió la imagen de conservador, el Partido Colorado fue comandado a lo largo de sus más de 150 años de existencia por una familia, los Batlle. Inmediatamente después de su fundación, la agrupación protagonizó un enfrentamiento armado con los blancos, que sólo finalizó en 1865. Con la victoria en la guerra civil, los colorados gobernarían ininterrumpidamente en Uruguay por noventa y tres años, hasta 1959.
Durante la prolongada hegemonía colorada, bajo la inducción del Estado, Uruguay pasó por un proceso de rápida industrialización, interrumpido por la crisis de los años 50. Como consecuencia de ésta, el Partido Colorado fue derrotado por el Nacional en 1959 y permaneció ocho años fuera de la presidencia. En 1967, el partido volvió al poder, con Jorge Pacheco Areco, y lo mantuvo hasta 1973, cuando, bajo la presidencia del también colorado Juan María Bordaberry, la tradición de legalidad se vio quebrada por el golpe militar.
Al terminar la dictadura, en 1985, los colorados vencieron en las elecciones presidenciales con Julio María Sanguinetti, que gobernó hasta 1989, año en que cedieron la hegemonía al Partido Nacional. Vencieron nuevamente en las dos elecciones siguientes, en 1994, otra vez con Sanguinetti, y en 1999 con Jorge Batlle. En 2003 fueron derrotados por primera vez por otro adversario que no fueran los blancos, sino por la coalición formada por el Frente Amplio (FA) y el Encuentro Progresista, y que eligió a Tabaré Vázquez.