FARC

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia

La guerrilla más antigua de Colombia y de América debe sus orígenes al movimiento guerrillero liberal de los años 40 y 50. Luego se convirtió en una organización revolucionaria, con clara influencia del Partido Comunista Colombiano (PCC), existente desde 1930. La transformación se dio en los primeros años del Frente Nacional (poco después de 1958) y se cristalizó a partir del ataque militar al poblado de Marquetalia (el 27 de mayo de 1964), bajo el liderazgo del antiguo guerrillero liberal Pedro Antonio Marín, o Manuel Marulanda Vélez, o Tirofijo, comandante de las FARC. La denominación del movimiento y su organización formal sólo quedarían establecidas a partir de la Segunda Conferencia del Bloque Guerrillero del Sur de Colombia, en abril y mayo de 1966.

Su crecimiento fue vertiginoso. Los apenas 350 combatientes de 1966, en el Departamento de Tolima, veinte años después se habían multiplicado por diez, hasta llegar, en 1995, a 7.000. En 2005 sumaban más de 20.000 integrantes en todo el territorio nacional, organizados en 7 bloques, 70 frentes y más de 15 columnas móviles e independientes en todo el país.

FARC_guerrillas_during_the_Caguan_peace_talks_19982002.jpg
Guerrilleros de las FARC durante el Proceso de Paz (1998-2002) (DEA Public Affairs)

Sus ingresos económicos, al principio centrados en el secuestro de personas y en las exigencias financieras a los agentes productivos, se vieron fortalecidos con la entrada de la organización en los cultivos y en el tráfico de drogas ilícitas, como consecuencia de la desaparición de los dos más importantes carteles del narcotráfico. Alrededor de los años 2000 las entradas anuales eran estimadas en más de US$ 1.000 millones. Estos ingresos y su capacidad de movilización de efectivos en la época de la desocupación de la zona de Caguán, durante el diálogo con el gobierno de Andrés Pastrana Arango (1998-2002), explicaban su poderío militar, constituido por abundante armamento, equipos de comunicación, incluso aéreos, junto con el empleo de medios no convencionales en sus acciones armadas. 

Durante los dos mandatos del presidente Álvaro Uribe Vélez, entre 2002 y 2010, hubo un recrudecimiento del embate entre el gobierno colombiano y las FARC. Uribe, con el apoyo de los Estados Unidos, despreció cualquier solución negociada. Partió a la confrontación imponiendo serias derrotas a la guerrilla, sin duda, pero sumergiendo al país en una atmósfera creciente de violencia y autoritarismo. El secuestro, por las FARC, de la senadora y candidata a la presidencia Ingrid Betancourt y las negociaciones para su liberación, se convirtieron en una situación emblemática del clima reinante en el período. Franco-colombiana, Betancourt fue llevada por los guerrilleros en el 2002 y estuvo en poder de ellos hasta julio del 2008. Los seis años en que permaneció en cautiverio llamaron la atención a la situación de centenas de otros secuestrados por las FARC como ella. Su historia movilizó a la opinión pública y estableció un sentido de urgencia en la resolución del conflicto armado.

Uribe no tuvo otra alternativa a no ser aceptar una solución negociada, intermediada frente a las FARC por enemigos políticos: el presidente venezolano Hugo Chávez, con quien vivía en tensión y la senadora Piedad Córdoba. Betancourt fue liberada en julio del 2008, en medio de un intercambio de acusaciones entre Uribe y Chávez, que llevaron a una ruptura diplomática entre Colombia y Venezuela. Electo presidente colombiano en 2010, Juan Manuel Santos reestableció las relaciones con Venezuela y comenzó a negociar la paz con los grupos guerrilleros.

El primer encuentro formal entre el gobierno colombiano y los líderes de las FARC fue realizado en Oslo, Noruega, en 2012 y tuvo como mediadores representantes de los gobiernos de Cuba, Venezuela y del país anfitrión. Las partes definieron cinco puntos principales a ser discutidos: la cuestión de la tierra, la garantía de los derechos civiles y políticos para los miembros desmovilizados de la guerrilla, la deposición de las armas y el fin del conflicto armado, el fin del tráfico de drogas y la indemnización de las víctimas del conflicto.

En 2014 el presidente Manuel Santos fue reelecto y dio proseguimiento al proceso de paz con la guerrilla. En diciembre de aquel año, las FARC declararon un cese al fuego unilateral y por tiempo indeterminado, con el objetivo de fortalecer las negociaciones. Sin embargo, al inicio de 2015, un ataque a un campamento militar resultó en la muerte de once soldados y casi colocó por tierra más de dos años de negociación. Fue creada una defensoría para determinar la autoría del ataque.

por admin publicado 16/01/2017 13:45, Conteúdo atualizado em 06/07/2017 15:23