Ruy Mauro Marini es una de las principales referencias del pensamiento crítico latinoamericano. Se graduó en 1957 en administración pública en la Escuela Brasileña de Administración Pública (EBAP), donde fue alumno y profesor asistente de Guerreiro Ramos. Más tarde obtuvo una beca del gobierno francés para la Fundación Nacional de Ciencias Políticas (Sciences Po). Entre 1958 y 1960 realizó allí sus primeros estudios sistemáticos de la obra de Karl Marx. De vuelta en Brasil, fue uno de los fundadores, en 1961, de la Política Obrera (POLOP) –organización que rechazaba, para América Latina, las tesis de los partidos comunistas sobre la realización de una revolución democrático-burguesa, y proponía en cambio un programa socialista para las luchas populares– y participó de la fundación de la Universidad de Brasilia (UnB). Fue profesor auxiliar, en 1962-1963, y profesor asistente, en 1964, de un cuerpo docente que contaba con la presencia de Andre Gunder Frank, Victor Nunes Leal, Theotônio dos Santos y Vania Bambirra. Inició sus estudios de doctorado sobre bonapartismo, que fueron interrumpidos por el golpe militar de 1964.
Despedido de la UnB, Marini fue detenido en julio de 1964 por la Marina y liberado por decisión de la Corte Suprema de Justicia; con posterioridad, fue secuestrado por la Marina y entregado al Ejército. Después de presentar un nuevo habeas corpus, se exilió en la Embajada de México, país al cual se dirigió y donde se vinculó con el Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México. Durante ese período publicó artículos relevantes, entre ellos “Contradicciones y conflictos en el Brasil contemporáneo” (1965), “Brazilian Interdependence and Imperialist Integration” (1966) y “Dialéctica del desarrollo capitalista en Brasil” (1966), que forman parte de a su libro Subdesarrollo y revolución (1969).
Análisis marxistas de la dependencia
En esos trabajos, Marini presentó elementos fundamentales para la construcción de la teoría de la dependencia: el dinamismo tecnológico del capitalismo dependiente, su base social y la tendencia al subimperialismo, concepto que desarrolló por primera vez. Destacó el proceso de integración monopolista que se redefinió en la posguerra y condujo a la industrialización de los países dependientes bajo el liderazgo del capital extranjero. Esa forma de industrialización se viabilizó por su convergencia de intereses con la burguesía dependiente, expresada en la generación de una plusvalía extraordinaria que permitió la formación de un sector monopólico dentro de esa burguesía.
Al analizar el caso brasileño, Marini demostró la tendencia a que las tensiones entre ese sector del capital y la pequeña y mediana burguesías, vinculadas al mercado interno, se disiparan con la amenaza a la tasa de ganancia proporcionada por la crisis económica y por la organización de los trabajadores. Ello permitió que los sectores burgueses se unieran en favor de medidas que restringieran el consumo popular y restablecieran la tasa de ganancia, las cuales culminaron en el golpe de 1964.
De acuerdo con Marini, las contradicciones entre el capital extranjero y el mercado interno se manifiestan tanto en el papel central que adquiere la plusvalía extraordinaria como en la descapitalización posterior a los períodos cíclicos de entrada de capitales, que impulsa el consumo suntuario, el consumo estatal y la conquista de mercados externos como forma de realización de ganancia. Es la ofensiva en dirección a los mercados externos, que incluye la exportación de capital como su expresión más desarrollada, la que define los fundamentos económicos del subimperialismo.
En 1969 y luego de la irrupción de los estudiantes mexicanos en la vida pública, la aparición de un artículo en la prensa sobre el movimiento estudiantil brasileño llevó al gobierno de México a presionarlo para abandonar el país. Marini se dirigió entonces a Chile. Se estableció en Concepción y se acercó al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), del cual se convirtió en dirigente, pero, por una invitación del Centro de Estudios Socioeconómicos (CESO), se mudó a Santiago. Dictó el curso sobre teoría del cambio –en el cual se dedicó a la transición al socialismo– y los seminarios de teoría marxista y realidad latinoamericana.
De ese período resultó Dialéctica de la dependencia (1973), que confirmó la importancia académica y política de su obra. Partiendo del método de Marx, que consiste en pasar de lo abstracto a lo concreto, Marini reinterpretó las categorías generales de El Capital y elaboró el concepto de sobreexplotación del trabajo como fundamento de la reproducción ampliada del capitalismo dependiente. Describió la sobreexplotación como la caída de los precios de la fuerza de trabajo por debajo de su valor a través de tres mecanismos: aumento de la jornada o de la intensidad de trabajo sin equivalente salarial, y reducción de salarios. Su determinante es la competencia monopolista que deprime los precios de producción y afecta negativamente a las tasas de plusvalía y de ganancia de los capitales de los países periféricos sujetos a ella y que establecen, como compensación, la apropiación de más trabajo.
Paralelamente, Marini participó de la fundación de la revista Chile Hoy. Los artículos que publicó allí fueron la base para El reformismo y la contrarrevolución: estudios sobre Chile (1976), libro en que revisó la experiencia chilena. El golpe militar lo llevó a un nuevo exilio. Después de un breve paso por Panamá, se dividió hasta 1976 entre Alemania –en el Instituto Max Planck– y México, y terminó por establecerse en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la UNAM se reencontró con una parte significativa del grupo del CESO, como Theotônio dos Santos, Vania Bambirra, Orlando Caputo y Jaime Osorio. En 1974 fundó la revista Cuadernos Políticos y, en 1977, el Centro de Información, Documentación y Análisis sobre el Movimiento Obrero en América Latina (Cidamo), que dirigió hasta 1982. Desarrolló la problemática teórica establecida por Dialéctica de la dependencia en textos clave tales como: Las razones del neodesarrollismo (1978), en respuesta a críticas de Fernando Henrique Cardoso y José Serra; Plusvalía extraordinaria y acumulación de capital (1979), en el cual articuló la introducción del progreso técnico a los esquemas de reproducción de Marx, localizando la plusvalía extraordinaria, su dinámica intersectorial y la forma que adquiere en los países dependientes; y El ciclo del capital en la economía dependiente (1979), donde analiza las tres etapas del movimiento del capital en la economía dependiente (circulación, producción/acumulación y circulación/realización).
Estableció también otras líneas de investigación dedicadas a la interpretación de la coyuntura mundial; a la crisis del autoritarismo y a la redemocratización, en la que describe la transición de los Estados de contra-insurgencia hacia formas tuteladas de democracia –los Estados de cuarto poder–, que abren el espacio para la organización popular en dirección a la democracia ampliada; al avance del neoliberalismo en América Latina, que refleja en su artículo Sobre el patrón de reproducción del capital en Chile (1980); a la reestructuración productiva y sus impactos en el empleo, abordada en Crisis, cambio técnico y perspectivas del empleo (1982); a la crisis del socialismo como movimiento social o experiencia estatal; y al pensamiento latinoamericano.
Fin del exilio y difícil regreso
Con la amnistía política, en 1979, Marini se dividió entre México y Brasil, pero en 1984 volvió definitivamente a su país. El regreso le reservaría muchas frustraciones. La creación de una intelectualidad comprometida con la gestión liberal de base económica creada por la dictadura, el aislamiento del debate latinoamericano de los años 60 y 70, la monopolización de los medios de comunicación y la lentitud en la remoción de restos autoritarios restringieron su espacio de actuación. Entre los proyectos a los que se dedicó se encuentra la organización de cursos de posgrado en la Fundación Escuela y Servicio Público de Río de Janeiro (FESP-RJ), bajo la dirección de Theotônio dos Santos, entre 1982 y 1986.
La extensión de la amnistía política al campo profesional lo reincorporó a la UnB en 1987, donde volvió a formar parte del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Ejerció la coordinación de posgrado en Ciencia Política y dirigió investigaciones sobre concentración de la riqueza, industria automovilística y déficit público en Brasil entre 1986 y 1989. En mayo de 1990 volvió a Río de Janeiro con una licencia remunerada y así retomó las líneas de investigación sobre pensamiento latinoamericano, reconversión industrial y socialismo, en el contexto de la globalización y de la regionalización. De ese período resultó su libro América Latina: dependência e integração (1992). A fines de 1993 aceptó la invitación para dirigir el Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la UNAM. Reorganizó el posgrado y articuló la actividad de investigación en torno al pensamiento social latinoamericano en el siglo XX, de la cual resultó la obra colectiva La teoría social latinoamericana, que dirigió junto con Márgara Millán, en cuatro tomos de ensayos analíticos y tres de antología de textos clásicos.
En sus últimos trabajos, Procesos y tendencias de la globalización capitalista (1996) y El concepto de trabajo productivo. Nota metodológica (1997), buscó la construcción de una economía política de la globalización, señalando la mundialización de la ley del valor y la extensión de la sobreexplotación en los países centrales como características del capitalismo globalizado. Dejó una obra compuesta por seis libros, más de doscientos artículos, la coordinación de siete volúmenes y material inédito.