En el teatro latinoamericano, las revistas han jugado un papel importante en la divulgación de la labor de grupos y figuras, han favorecido el reconocimiento y la conformación de una memoria histórica y documental que contribuyó al propio desarrollo de una conciencia latinoamericana, además de difundir teorías y técnicas de muy diversas procedencias. En resumen, han puesto en circulación información e ideas y han contribuido a configurar un pensamiento latinoamericano en torno al quehacer escénico.
Desde la más antigua del área, SBAT , que edita la Sociedad Brasileña de Autores Teatrales (1926), hasta las más nuevas como la dominicana independiente El Monstruo del Entremés (2003) o el tabloide colombiano Escenario Abierto (2004), de la Red Capital de Teatro Callejero, numerosas revistas teatrales han surgido en los últimos años. A veces efímeras, por falta de sostenimiento económico estable ante la ausencia de políticas culturales; algunas promocionales, de perfil regional o nacional, gremiales, académicas, y con periodicidad variable. Muchas incluyen textos teatrales y alimentan repertorios activos.
Diversidad
Entre las más notables de perfil latinoamericano está Conjunto, edición trimestral de la Dirección de Teatro de la Casa de las Américas, de Cuba, fundada por Manuel Galich en 1964 con el propósito de articular teatro y periodismo. Sus primeros 137 números permiten seguir la trayectoria de los principales nombres, grupos y tendencias. Máscara (1989), editada por Escenología, A.C., de México, ha realizado un notable aporte teórico con dossiers temáticos y traducciones.
Algunas privilegian la dramaturgia, como la longeva Tramoya, que edita Emilio Carballido desde la Universidad Veracruzana –en 2003 llegó a su centésima edición–, y Muestra (2000), revista de los autores del teatro peruano, dirigida por Sara Joffré que da continuidad a esfuerzos anteriores, como Textos. La mexicana Repertorio (1981-1994) pasó de la nueva dramaturgia a la teoría contemporánea.
Las hay universitarias, como Apuntes (1960), de La Escuela de Teatro de la Universidad de Chile (UC), bajo la dirección de María de la Luz Hurtado. Teatro XXI (1996), del Grupo de Estudios del Teatro Argentino e Iberoamericano, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que bajo la conducción de Osvaldo Pellettieri, divulga las investigaciones del grupo y da cabida a otros materiales. Escena (1977), de la Universidad de Costa Rica, trasciende el alcance nacional. La chilena Teatrae (2000), de la Universidad Finis Terrae, que dirige Eduardo Guerrero. Escena (1999), de la Facultad de Teatro de Bellas Artes de Cali. La Escalera (1990), anuario de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, y Repertório (1998), de la Universidad Federal de Bahía, Brasil.
Las institucionales son En escena (2001), del Consejo Nacional de la Cultura de Venezuela; las argentinas Teatro (1991), del Teatro General San Martín, bajo la dirección de Kive Staiff, y Picadero (2000), del Instituto Nacional de Teatro. Teatro Celcit (1991) desde la filial argentina de la organización Celcit, aparece a partir de 2000 sólo en soporte electrónico.
Otras son creadas por grupos, como dos bolivianas: la histórica Teatro (1956) del Colectivo Teatral Nuevos Horizontes, de Santa Cruz de la Sierra, y El Tonto del Pueblo (1995) que edita César Brie en el Teatro de los Andes. La argentina El Baldío (1996), del grupo de igual nombre, que coordina Antonio Célico. Las brasileñas Vintém (1997), editada por la Companhia do Latão, dirigida por Sérgio de Carvalho y volcada hacia la literatura y el pensamiento crítico de izquierda; Folhetim (1998), del Teatro do Pequeno Gesto, de Río de Janeiro, publicación de las más regulares en Brasil, editada por Fátima Saad. La colombiana El Portón (1998), del colectivo homónimo de Cúcuta, dirigida por José Orlando Rodríguez. Un Chichón de Papel (1993), editada para los niños por el Teatro Universitario para Niños El Chichón, de la Universidad Central de Venezuela. O las nuevas Hoja de Teatro (2002), nacida en Quito del esfuerzo del grupo Malayerba; Ojo de Agua , dirigida por Daysi Sánchez, y Subtexto (2004), del Grupo Galpão, de Brasil.
De carácter alternativo es la argentina Funámbulos (1998), dirigida por Ana Durán, y de género, Magdalena 2 da generación, revista de mujeres en el arte (1998), de la Argentina, inspirada en el anuario del Proyecto Magdalena: The Open Page.
Más enfocadas a un perfil nacional, están la cubana Tablas (1982) que dirige Omar Valiño; las colombianas Actuemos, que dirige Jairo Santa, A teatro (1996), de la Asociación de Trabajadores de las Artes Escénicas y la Asociación de Directores Escénicos, editada por Juan Pablo Ricaurte; Gestus e Interruptus, con trayectorias asistemáticas, como Intermedio, de Puerto Rico; las mexicanas Espacio Escénico, del Centro de Artes Escénicas del Nordeste y el Centro de Investigaciones Teatrales Rodolfo Usigli, y Paso de gato (2002), que dirige Jaime Chabaud. Otras vienen de provincias, como El apuntador, revista de artes escénicas que edita trimestralmente la Coordinadora de Arte Teatral independiente de Córdoba, Argentina; o Acto Público (2000), del Consejo Caldense de Teatro, de Colombia.
También cabe mencionar Teatro al Sur (1995), revista latinoamericana, a cargo de Halima Tahán. NEO. Danza y Artes Escénicas Contemporáneas del Movimiento (2000), concebida desde Rosario, Argentina, para ser vehículo de la Red Activa de Artes Escénicas y del Movimiento.
Otras regiones
Fuera de América Latina, en los Estados Unidos aparecen con frecuencia semestral las académicas Latin American Theatre Review (1965), dirigida por George Woodyard desde el Center of Latin American Studies, de la Universidad de Kansas, y Gestos (1986), de teoría y práctica del teatro hispánico, dirigida por Juan Villegas, desde el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de California, Irvine. Ollantay Theatre Magazine (1992), que edita Pedro Monge en Nueva York, difunde la escena latinoamericana con números generales y monográficos. Números recientes del anuario Holly Terrors , editados por Diana Taylor, se han dedicado a la performance de mujeres latinoamericanas. Por último, está también la extinta Ma’Teodora, que editó Alberto Sarraín desde el grupo homónimo en 1999.
En España, la decana Primer Acto, cuadernos de investigación teatral (1957), fundada y dirigida por José Monleón, dedicó espacio a figuras, grupos y tendencias del teatro latinoamericano y ha organizado dossiers por países, al igual que ADE Teatro de la Asociación de Directores de Escena de España, bajo la dirección de Juan Antonio Hormigón; la catalana Assaig de teatre, que dirige Ricard Salvat desde la Asociación de Investigación y Experimentación Teatral, y eventualmente Cuadernos Escénicos, de la Casa de América de Madrid, generadora de una colección de antologías de teatro latinoamericano. Bajo la dirección de Moisés Pérez Coterillo, fueron editadas Pipirijaina (1976-1983) y El Público (1983-1992).