Hijo de un activista político, dedicó su vida y su obra a la lucha por la justicia social y económica, que se evidenció de manera cada vez más acentuada a partir de los poemas publicados en West Indies, Ltd (1934). Consagrado poeta nacional, recibió influencias de la música cubana, cuyo origen rítmico recreó en su producción literaria.
Después de desconcertar a la crítica con su primer libro, Motivos de son (1930), por engendrar un nuevo tipo de vanguardismo, asentado en el habla popular y oral, el escritor antiimperialista encontró, según Nancy Morejón, una “expresión poética nacional con una nueva actitud ante la lengua”. Tal posicionamiento lo llevó a asumir la condición de hombre negro, madurada a lo largo de su trayectoria, según valores étnicos y conceptos culturales, lo que lo posiciona al lado de la poesía de Emilio Ballagas.
El año de 1937 fue significativo para su formación, pues participó del congreso organizado por la Liga de los Escritores y Artistas Revolucionarios de México, viajó a España, que enfrentaba la Guerra Civil, y se relacionó con León Felipe, César Vallejo y Ernest Hemingway, entre otros artistas importantes del período. También en ese año ingresó al Partido Comunista.
Hasta la Revolución Cubana, en 1959, desarrolló una intensa actividad política, periodística y cultural. Al conocer países de la antigua Unión Soviética y de América Latina, elaboró una clara perspectiva sobre la identidad negra latinoamericana, leída en sus poemas, artículos y crónicas (Prosa de prisa, 1962). Con el triunfo comunista, dio su voz a la ola patriótica popular y participó directamente de la vida pública cubana, de la cual derivan algunos de sus textos más conocidos, como Cuatro canciones para el Che (1969), asesinado en Bolivia dos años antes.
En 1981, su obra poética fue compilada en dos volúmenes. Recibió el Premio Nacional de Literatura en Cuba (1983), que galardonó la importancia de su trayectoria intelectual. Otra obra: Todas las flores de abril (1993).