Nacido en la provincia de Córdoba, Argentina, Domingo Cavallo se formó en contabilidad y economía en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). A los 24 años fue nombrado director del Banco de la Provincia de Córdoba, y en 1977 se doctoró en economía en la Universidad de Harvard. Cuando regresó a la Argentina, fundó y dirigió el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea, uno de los centros de estudios económicos y políticos más importantes de la década de 1980.
Nombrado presidente del Banco Central de la Argentina en 1982, durante la dictadura militar transfirió gran parte de la deuda privada externa al Estado. En 1987 fue elegido diputado de la provincia de Córdoba, como candidato independiente. Entre 1989 y 1991 fue ministro de Relaciones Exteriores y restableció relaciones diplomáticas con Gran Bretaña, interrumpidas tras la Guerra de Malvinas. Participó, también, en las negociaciones para la creación del Mercosur.
Fue nombrado ministro de Economía en 1991, cargo desde el cual implementó el Plan de Convertibilidad, que establecía la paridad uno a uno entre el peso y el dólar, y legalizó el uso de la moneda estadounidense para la intermediación financiera y comercial internas. Para complementar esa iniciativa, aplicó el recetario neoliberal, reduciendo las barreras aduaneras, privatizando el sistema deseguridad social y las empresas públicas. Para ese fin, aceptó como moneda los títulos de la deuda externa argentina, pulverizados en el mercado secundario por el Plan Brady. Si el Plan de Convertibilidad deprimió los precios internos al sobrevaluar el cambio, controlando aparentemente la inflación, agravó el endeudamiento externo, generando déficits comerciales crecientes y una macroeconomía insostenible. Por ese motivo, el desempleo en la Argentina saltó, durante su gestión, del 6,9% al 17%.
En 1996, Cavallo renunció al Ministerio de Economía, denunciando operaciones de corrupción en el gobierno de Carlos Menem. Sin embargo, él mismo sería denunciado más tarde por tráfico de armas hacia Ecuador y Croacia durante su gestión. En 1997 creó un partido político, Acción por la República, por el cual fue elegido diputado nacional por Buenos Aires. Editor de la revista Forbes Global en 1998-1999, fue candidato a la presidencia de la República ese último año: obtuvo el tercer lugar y el 10% de los votos. A pesar de las críticas anteriores, en 2001 fue convocado por el presidente Fernando de la Rúa para volver al Ministerio de Economía. Elegido con el apoyo de los sectores progresistas y como opositor de Menem, pensaba que tendría una fórmula para superar la grave crisis provocada por los desequilibrios financieros de la sobrevaluación cambiaria. Como ministro, decretó el “corralito” –que impedía a los ahorristas retirar dinero de las cuentas bancarias–. Propuso drásticos ajustes fiscales, que fueron rechazados por los movimientos sociales y por los partidos políticos. Ante esa situación, se vio forzado a renunciar, en una crisis que obligó también a renunciar al propio presidente De la Rúa. De regreso a los negocios particulares, se dedicó a actividades de consultoría y a dar conferencias en universidades e instituciones estadounidenses.