El Teatro La Feria surgió en 1976 como disidencia de otro importante grupo de teatro independiente chileno, el Ictus. Luego del golpe militar de 1973, ese grupo se vio obligado a adoptar, como estrategia para hacer frente a la realidad social y política, la puesta en escena de textos alusivos a la problemática del ciudadano chileno, enfrentado a la represión militar y a la imposición de un liberalismo económico sin frenos. Concordando con los temas, pero difiriendo en el abordaje centrado en una dramaturgia de realismo psicológico, los actores Jaime Vadell y José Manuel Salcedo decidieron fundar un nuevo grupo con el objetivo de llevar a las camadas populares espectáculos que discutiesen más abiertamente y por la vía del humor y de la ironía el proyecto autoritario que se instauraba en el país.
En febrero de 1977, bajo una carpa de circo instalada en la avenida Providencia, suburbio de clase media de Santiago, se estrenó Hojas de parra, salto mortal en un acto, primer montaje del Teatro La Feria: una mezcla de circo, poesía y fuertes imágenes de la realidad contingente, escrita por Vadell y Salcedo, a partir de los “antipoemas” de Nicanor Parra, de su Obra Gruesa, publicada en 1973 y ampliamente difundida en el país.
Alrededor de la arena, malabaristas y trapecistas acompañaron permanentemente la representación de los poemas, mientras que dos personajes, el señor Corales, empresario del circo, y el señor Pompas Fúnebres, empresario que administraba el cementerio de al lado, negociaban. A lo largo de la pieza, operarios hincaban cruces en el picadero, en una clara alusión a los desaparecidos políticos. Cuando la pieza terminaba, ya no existía circo: el señor Pompas Fúnebres había rematado el terreno por un precio vil y el cementerio había tomado cuenta de todo.
Días después del estreno, el periódico La Segunda publicó en primera página: “Infame ataque al gobierno”, refiriéndose a la obra. El artículo provocó una inflamada polémica que culminó con el cierre de la carpa del Teatro La Feria, con la excusa de que el espacio no poseía las condiciones de seguridad e higiene para el público. Cumplidas las exigencias de las autoridades sanitarias, el espectáculo volvió a la cartelera, pero por poco tiempo. En marzo, el Teatro La Feria sufrió un atentado y la carpa del circo fue incendiada.
Al año siguiente, superados el terror y la crisis económica causada por el incendio, el grupo estrenó Bienaventurados los pobres, de José Manuel Salcedo, Jaime Vadell y David Benavente, y, en 1978, Una pena y un cariño, de José Manuel Salcedo y Jaime Vadell, montajes que provocaron la crítica abierta al régimen. En 1980 tuvo lugar La República de Jauja, de Juan Rafael Allende.
En 1981 nació un montaje más de creación colectiva, A la Mary se le vio el popins, especie de revista que hizo una retrospectiva histórica y política de la década anterior. El tijeral, también creación colectiva, fue llevada a escena en 1982 y, el año siguiente, se estrenó El zoológico de mármol.
El Teatro La Feria actualmente permanece en actividad bajo la dirección de Jaime Vadell y Susana Bomchil.