Electo presidente a comienzos de 2006, René Préval tiene una trayectoria política larga y ambigua. Graduado en agronomía, luchó, con el entonces sacerdote Jean-Bertrand Aristide, en los movimientos de resistencia contra la dictadura de Jean-Claude Duvalier (1971-1986). Cuando Titid, como es conocido Aristide, fue elegido presidente, en 1991, Préval asumió el cargo de primer ministro. En esa época, además de hombres de confianza, eran amigos próximos. Huyó del país, igual que Aristide, luego del golpe militar que depuso al gobierno ese mismo año.
Aristide volvió a Haití en 1994, después de una estadía en los Estados Unidos, y continuó estando cerca de Préval, indicándolo como su sucesor por el partido Lavalas. El ex primer ministro ganó las elecciones e intentó formar un gobierno de alianza, uniendo los diferentes sectores sociales del país. Por un lado, mantuvo el proyecto político de Titid, como la privatización de parte del sector público, bajo la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI), dando prioridad al libre comercio en el desarrollo económico haitiano. Por otro lado, contrariando las determinaciones del gobierno de los Estados Unidos, restableció relaciones diplomáticas con Cuba y estimuló los intercambios con países del Caribe. Su tentativa por unir los diferentes sectores sociales fracasó.
Su mandato, concluido en 2000, se vio marcado por grandes turbulencias, que se iniciaron con la división del Lavalas entre los partidarios y los críticos de Aristide. La división se manifestó en su gobierno y, como pudo, Préval intentó mantener un equilibrio entre los rivales. Al final del mandato, se alineó con Aristide, que ganó prominencia en su gobierno. En 1999, Préval disolvió el Parlamento para garantizar la asunción de un primer ministro apoyado por Titid. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) criticó la decisión. Préval fue el único presidente electo haitiano que llevó a término, en el tiempo previsto y sin interrupción, su mandato.
Cuando Aristide reasumió la presidencia en 2001, Préval mantuvo una actitud discreta. No rompió con el gobierno, criticado por diversos sectores de la sociedad, pero tampoco participó de él. Desde la ocupación de Haití por tropas extranjeras, en febrero de 2004, hasta la campaña para las elecciones presidenciales, dos años después, Préval hizo muy pocas apariciones en el noticiario político del país. No participó de debates ni presentó un programa político para el nuevo gobierno.
René Préval conquistó la presidencia con el desafío de combatir los índices de violencia, corrupción y miseria históricos de Haití y de recomponer las instituciones del país. El presidente inició numerosas reformas, privatizó diversas estatales y cerró un pacto energético con Venezuela, por medio de un convenio con Petrocaribe, consiguiendo combustible a precios preferenciales y condiciones favorables de financiamiento. En 2008, Haití adhirió al Cariforum, grupo de cooperación que reúne dieciséis naciones del Caribe.
El país, sin embargo, sufrió con diversas catástrofes naturales, que agravaron la ya preocupante situación de penuria e inestabilidad social. Entre 2007 y 2008, Haití estuvo en la ruta de cinco huracanes. La destrucción que provocaron dejó al país sin energía eléctrica, agua potable y saneamiento básico, matando por lo menos a 270.000 personas y afectando aproximadamente a 3 millones de haitianos. Cerca de 20.000 militares de diez países se desplazaron hasta la isla caribeña para ayudar en el proceso de pacificación, distribuir comida y agua hasta que un mínimo de equilibrio fuera establecido.
Préval pidió a la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah) que no enfrentara a las bandas antes de ser hecha un intento de negociación del gobierno, que, finalmente, fracasó. Las acciones de los soldados de la misión son monitorizadas por representantes de los Derechos Humanos. En 2010, el Mercosur decidió conceder preferencias tarifarias al país hasta 2019.
Las elecciones de 2011 sucedieron en clima de tensión y en medio de una epidemia de cólera. El resultado inicial de las urnas indicaron la realización de un segundo turno. Una misión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) fue llamada para fiscalizar el conteo de los votos. De esta forma, la transferencia legítima del gobierno fue realizada con Michel Martelly, candidato de la oposición electo presidente, sucediendo a René Prevál.