Legendario comandante de la marcha que atravesó Brasil de 1924 a 1927 (la cual entraría en la historia con el nombre de Columna Prestes), se hizo mundialmente famoso como el Caballero de la Esperanza. Perseguido por la dictadura del Estado Nuevo (1937-1945) de Getúlio Vargas, y por la dictadura militar (1964-1989), Luiz Carlos Prestes fue secretario general del Partido Comunista Brasileño (PCB) y su principal líder durante casi medio siglo.
Oriundo de Porto Alegre, nacido el 3 de enero de 1898, era hijo del capitán de ingeniería del Ejército, Antonio Pereira Prestes, y de la profesora Leocádia Felizardo Prestes. A los cinco años se mudó con su familia a Río de Janeiro. En 1908, mientras estudiaba en una escuela primaria en el barrio de Botafogo, falleció su padre. En 1916, a los dieciocho años, ingresó a la Escuela Militar de Realengo, en Río de Janeiro, donde se graduó en ingeniería.
La Columna
En 1922, dos años después de haber iniciado la carrera militar, Prestes participó de la preparación de la primera revolución de los tenientes por reformas políticas y sociales, lo que le valió, a modo de castigo, su transferencia a Rio Grande do Sul. En 1924, en São Paulo hizo eclosión un nuevo movimiento de tenientes, que fue prontamente controlado por las tropas del gobierno. En octubre del mismo año, Prestes, ya capitán, lideró un grupo de rebeldes en la región misionera de Santo Angelo (Estado de Rio Grande do Sul), en apoyo a los paulistas. Se alejó del Ejército y, junto con sus antiguos subordinados del Batallón Ferroviario, partió de Rio Grande do Sul con el objetivo de unirse a las fuerzas paulistas lideradas por Miguel Costa (1885-1959) en Foz de Iguazú. De esta manera nacía el contingente rebelde que formó la Columna Miguel Costa-Prestes, que sería conocido históricamente sólo como Columna Prestes.
Fue para mostrar el cuadro de miseria y de atraso en que se encontraba la población y para llamar la atención sobre la necesidad de un cambio radical en el país por lo que los rebeldes marcharon a lo largo de trece estados, entre el 27 de diciembre de 1924 y el 3 de febrero de 1927, venciendo todos los combates trabados. La Columna pretendía debilitar política y militarmente al presidente Artur Bernardes (1875-1955) –quien, a causa del movimiento de los tenientes, gobernó bajo estado de sitio hasta el final de su mandato– y denunciar las injusticias de la llamada República Vieja (1889-1930). Recorrieron, a caballo o a pie, cerca de 25.000 kilómetros de territorio brasileño. En 1927, acorralado, con poco más de 600 hombres y prácticamente sin armas, el alto mando de la Columna decidió partir al exilio. Terminaba, así, la más larga marcha de una milicia revolucionaria, invicta luego de innumerables enfrentamientos con fuerzas militares superiores, y surgía la leyenda del Caballero de la Esperanza.
De la columna al comunismo
El 3 de febrero de 1927, entre 400 y 500 personas que restaban de la Columna partieron hacia Bolivia. Prestes se estableció en la ciudad de La Guaíba. En diciembre del mismo año, el Partido Comunista de Brasil (PCB), impresionado por la repercusión de la marcha, envió a su secretario general, Astrojildo Pereira (1890-1965) –escritor y uno de los fundadores del partido, en 1922)– al encuentro de Prestes. Astrojildo viajó haciéndose pasar por un enviado especial del diario A Esquerda y su misión era conseguir una entrevista con el líder del movimiento, que sería publicada por el diario, en exclusiva. En su equipaje, doce libros. Entre los autores, Marx, Engels y Lenin, por quien Prestes inició sus lecturas, con El Estado y la Revolución. Comenzaba, así, a formar su visión socialista.
Desde La Guaíba, los ex combatientes esperaron durante todo el gobierno de Washington Luís (1869-1957) por una amnistía que no llegaría nunca. Paulatinamente, algunos fueron regresando en forma clandestina a Brasil. En abril de 1928, Prestes continuó su camino hacia la Argentina, donde profundizó su relación con el marxismo y se hizo amigo de los comunistas Rodolfo Ghioldi (1897-1985) y Abraham Guralski (1890-1960), este último, dirigente del buró latinoamericano de la Internacional Comunista (IC).
Ruptura con el movimiento tenientista
En 1930, Luiz Carlos Prestes viajó clandestinamente a Porto Alegre, donde tuvo dos encuentros con Getúlio Vargas, entonces presidente del Estado de Rio Grande do Sul. Vargas quería el apoyo de Prestes a su candidatura para presidente por la Alianza Liberal, un emprendimiento en el cual no obtuvo éxito. En un nuevo intento de aproximación, meses después, Vargas le ofreció a Prestes el mando militar de la revolución con la que pretendía hacerse con el poder. Pero Prestes rechazó el ofrecimiento una vez más, entre otros motivos, por no confiar en los líderes de aquel movimiento que, en realidad, lo que pretendían era impedir la asunción de Júlio Prestes (1882-1946), presidente electo el 1.º de marzo de ese año.
El comandante se justificó ante sus ex compañeros –cuya mayoría se había comprometido a apoyar a Getúlio Vargas– diciendo que éste representaba los intereses de otros sectores de la oligarquía y no se trataba de “un simple problema de intercambio de hombres”. En vísperas del movimiento armado de 1930, Prestes hizo público su famoso Manifiesto de Mayo, inspirado en documentos del PCB, a través del cual rompía definitivamente su relación con los tenientes y presentaba una propuesta de revolución de carácter democrático, antilatifundista y antiimperialista. Getúlio Vargas tomaría el poder en octubre.
Con dificultades para trabajar en la Argentina, el Caballero de la Esperanza se mudó a Montevideo, Uruguay, en 1931 y, en noviembre, la Internacional Comunista lo invitó a ir a Moscú, con su familia; allí trabajó como ingeniero y se dedicó a los estudios del marxismo-leninismo. En agosto de 1934, por presión del PC soviético, Prestes –en esa época, visto con reservas por los comunistas brasileños, desconfiados por lo que consideraban un giro a la izquierda típicamente pequeño-burguesa– fue aceptado entre los cuadros del PCB. Aún en 1934 fue elegido miembro de la comisión ejecutiva de la Internacional Comunista (o Comintern), integrada por nombres como Stalin y Mao Tse-Tung, y regresó clandestinamente a Brasil. Con la comunista alemana Olga Benário (1908-1942), quien se convertiría en su compañera, tenía la misión de impulsar la revolución socialista en Brasil.
El levantamiento de 1935
El largo viaje de regreso comenzó en diciembre de 1934 y, por razones de seguridad, su itinerario incluía Europa y los Estados Unidos. Con los alias de Antonio y María Vilar, de ciudadanía portuguesa, Prestes y Olga se hicieron pasar por una pareja en luna de miel y, sin despertar sospechas, desembarcaron en Brasil en abril de 1935 para unirse a un grupo internacional de comunistas en Río de Janeiro. En el mismo año se fundó la Alianza Nacional Libertadora (ANL), formada por ex tenientes reformistas, comunistas, socialistas y líderes sindicales, de la cual Prestes fue designado presidente de honor. La ANL, cuyo lema era “pan, tierra y libertad”, organizó una insurrección –conocida en la historia oficial como Intentona Comunista– que fue puesta en marcha el 23 de noviembre de 1935, en la ciudad de Natal, donde los revolucionarios llegaron a constituir una junta de gobierno, que permaneció en el poder por apenas cuatro días. El movimiento hizo eclosión en la ciudad de Recife, al día siguiente en Olinda y, el 27 de noviembre, en Río de Janeiro, donde los combatientes fueron intensamente bombardeados hasta su rendición final. Prestes había estimulado la postura izquierdista del PC local, que incitó la insurrección que se convertiría en el último acuartelamiento tenientista.
Getúlio Vargas, por intermedio de su jefe de policía Felinto Muller –quien había sido expulsado años antes de la Columna Prestes–, desencadenó una implacable cacería policial para detener a Prestes y a Olga Benário, hecho que sucedió en marzo de 1936, en el barrio carioca de Méier. Olga fue deportada y entregada a la Gestapo (la policía secreta de la Alemania nazi), embarazada de siete meses. Su hija, Anita Leocádia, nacida el 27 de noviembre en la prisión alemana, fue entregada dos años más tarde a la madre de Prestes, la señora Leocádia, quien había emprendido una campaña de repercusión internacional para liberar a su nieta, con quien luego se mudó a México. Olga fue ejecutada en el campo de concentración de Bernburg en 1942. Prestes permaneció encarcelado durante nueve años, a pesar de los esfuerzos de su abogado, Sobral Pinto (1893-1991), y de innumerables actos y manifestaciones en su solidaridad.
Los años de legalidad
En 1945, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, el nazifascismo había sido derrotado en Europa y se anunciaba la redemocratización. Prestes fue liberado con la amnistía decretada por Getúlio Vargas y, recién entonces conoció a su hija, que ya tenía nueve años. En el mismo año fue homenajeado en un acto histórico del PCB, en São Paulo: en un estadio de Pacaembú repleto, los manifestantes exhibían retratos de Prestes entre banderas coloradas.
Inhabilitado desde el año 1928, el PCB retornaba a la escena política, y se abría ante el período dorado de su historia. Con casí 2.000 militantes a fines de los años 20, el partido ahora contaba con 200.000 afiliados. Incluso con poco tiempo para la campaña, Iedo Fiúza (1894-1975), lanzado por el partido para competir por la presidencia de la República en 1945, obtuvo un significativo 10% de votos válidos. Getúlio Vargas, presionado por la derecha, patrocinaba el movimiento constituyente, que era apoyado por los comunistas. Tal hecho sorprendió a todos y, aún en la actualidad, hay quienes cuestionan la actitud de Prestes de defender la permanencia en el poder del mismo Vargas, que había entregado a su mujer a los nazis. Se trataba de la posición del partido por encima de su drama personal.
Secretario general del PCB desde la Conferencia de Mantiqueira realizada en 1943 (cuando aún se encontraba preso), Prestes resultó electo para el Senado por el Distrito Federal (que en esa época era Río de Janeiro) y como diputado por tres estados, en diciembre de 1945, habiendo sido el candidato más votado, con 157.000 votos. Fue constituyente durante el gobierno de Eurico Gaspar Dutra (1883-1974), cuando suscribió la Constitución del 18 de septiembre de 1946. El partido obtuvo, asimismo, la elección de catorce de sus diputados federales, entre los cuales se encontraban Carlos Marighella, Gregório Bezerra (1900-1983) y Jorge Amado. La creciente popularidad le rindió también buenos resultados en las elecciones de 1947 para diputados estaduales y concejales: formó la mayor bancada del Distrito Federal y obtuvo la elección de su presidente. Sin embargo, tuvieron poco tiempo para ejercer sus mandatos.
En mayo de 1947, en la ola represiva de la Guerra Fría, el registro del PCB fue suspendido y el partido cayó nuevamente en la ilegalidad. Prestes también volvió a la clandestinidad y, en esa época, conoció a María, hija de un antiguo comunista, entonces designada para cuidar del dirigente. Con ella, Prestes tuvo nueve hijos, algunos de los cuales nacieron en sedes del partido.
De los años 30 a los años 60, creció la influencia de los comunistas entre los intelectuales brasileños. En ese período formaron parte de las filas del Partido –como resultaría conocido– los escritores Graciliano Ramos, Monteiro Lobato, Pagu, Carlos Drummond de Andrade, Aparício Torelly, el Barón de Itararé (1895-1971). Y también el pintor Candido Portinari, el historiador Caio Prado Jr., el arquitecto Oscar Niemeyer y muchos otros. En el movimiento sindical, el PCB se disputaba el liderazgo con el PTB de Getúlio Vargas. En esa disputa, los comunistas cambiaron varias veces de política, desde “apretar el cinturón”, pasando por el sindicalismo colorado estimulado por el sectario Manifiesto de Agosto de 1950, hasta la línea adoptada en la famosa huelga de los 300.000 –que paró a São Paulo durante un mes, en 1953– y la campaña nacionalista “El petróleo es nuestro”, que dio por resultado la creación de la empresa estatal Petrobras.
Disidencias en el PCB
Después del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) de 1956, en el cual Nikita Kruschev denunció los crímenes de Stalin, el Partido Comunista de Brasil realizó su V Congreso, en 1960, en el cual se inclinó hacia una renovación de corte krushevista y también hacia una estrategia de desarrollismo nacional y transición pacífica al socialismo. El comité central decidió entonces, entre otras cuestiones, adoptar el nombre de Partido Comunista Brasileño, manteniendo la sigla PCB. El justificativo era la afirmación de que se trataba de un partido brasileño y no de una sección de la Internacional. Un grupo, cuyos exponentes eran João Amazonas (1912-2002), Maurício Grabois (1912-1973) y Pedro Pomar (1913-1976), se opuso a dicha orientación y al cambio de nombre, y rompió con el
partido para fundar, en 1962, el actual PCdoB, adoptando la denominación original de Partido Comunista de Brasil.
En 1967 crecían en el PCB las divergencias entre quienes aceptaban que la derrota de la dictadura sólo se daría por la fuerza y los que predicaban la resistencia política por medio de la lucha de masas y de un frente antidictatorial. En septiembre, siguiendo el proceso del VI Congreso, el comité central –a cuyo frente se encontraba Prestes– expulsó a varios miembros de la dirección, entre ellos a Carlos Marighella, Joaquim Câmara Ferreira (1913-1970), Jacob Gorender (1923-2013), Mário Alves (1923-1970) y Apolônio de Carvalho (1912-2005). Nacían, así, el Partido Comunista Brasileño Revolucionario (PCBR) y el Agrupamiento Comunista de São Paulo que en 1969 pasaría a llamarse Acción Libertadora Nacional (ALN).
Los últimos combates
Con el golpe militar de 1964, Prestes volvió a la clandestinidad. Fue retirado del país por el PCB, dirigiéndose a un nuevo exilio en la Unión Soviética, de donde regresaría en 1979, en el proceso de apertura política desencadenado por la amnistía. El Caballero de la Esperanza, entonces con 81 años, fue recibido en el aeropuerto de Galeão por cerca de 10.000 manifestantes, en una estruendosa fiesta popular. Reestructurándose en todo el país, el PCB realizó, en diciembre de 1982, su VII Congreso, que formuló una línea política que actualizaba su proyecto de transformarse en un partido nacional de masas. Vinculaba el objetivo socialista a una democracia a ser constituida con base en el respeto a la pluralidad y en los valores fundamentales de la libertad.
En la preparación de ese Congreso, el PCB enfrentó nuevas luchas internas, de graves consecuencias. Prestes divulgó un documento, la Carta a los Comunistas, en el cual expuso sus divergencias con la orientación del comité central, exacerbadas desde el exilio. Destituido de la secretaría general, rompió con el partido. En 1989 apoyó a Leonel Brizola en la campaña presidencial en la cual los comunistas poseían un candidato propio, lo que llevó al dirigente de la famosa Columna a ser aclamado presidente de honor del PDT. En la segunda vuelta, Prestes apoyó la campaña electoral de Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, incluso alejado del PCB desde 1983, continuaba demostrando orgullo en definirse como comunista, causa por la cual luchó durante casi 70 años y de la cual fue la figura brasileña más destacada.
Luiz Carlos Prestes falleció en Río de Janeiro el 7 de marzo de 1990, a los 92 años. Su entierro se transformó en un gran acto de luto y de dolor, expresado por una multitud de amigos y admiradores, provenientes de todos los rincones de Brasil y del exterior. Moría un gran brasileño, un gran comunista, que le dedicó su vida al sueño revolucionario que marcó el siglo.