La dirigente comunista Gladys Marín Millie tuvo una infancia y una adolescencia humildes, a causa de la temprana pérdida de su padre. Siendo todavía una niña se mudó con la familia a Sarmiento y luego a Talagante, donde estudió y participó activamente en los movimientos cristianos para la juventud y llegó a ocupar el puesto de presidenta de la Acción Católica. En 1958 se recibió de profesora e ingresó en la Juventud Comunista de Chile.
A los 22 años, Gladys Marín se convirtió en dirigente del ala juvenil que apoyaba la candidatura presidencial de Salvador Allende, derrotado al año siguiente por Eduar do Frei Montalva. En esa época se casó con el militante comunista Jorge Muñoz Puteis, con quien tuvo dos hijos. Elegida secretaria de las Juventudes Comunistas, participó activamente en los movimientos sociopolíticos chilenos –como la movilización a favor de la reforma universitaria y la formación del Frente de Acción Popular– e internacionales –como la histórica marcha de solidaridad con Vietnam, de Valparaíso a Santiago–. En 1965 fue elegida diputada por un distrito popular de la capital, y en la siguiente votación fue reelegida con un alto índice de popularidad.
Su segundo mandato terminó anticipadamente el 11 de septiembre de 1973 con el golpe de Estado. Gladys Marín pasó entonces a la clandestinidad. Por decisión del Partido Comunista de Chile (PCC), en diciembre del mismo año pidió asilo en la embajada de Holanda, donde permaneció durante ocho meses a causa de un salvoconducto que le fue negado. Su marido fue detenido en 1976, y “desapareció” en las cárceles de la dictadura.
En el exilio luchó por la vuelta de la democracia en Chile y denunció los crímenes cometidos por el régimen de Augusto Pinochet. Vivió en Costa Rica y en Moscú, y retornó a Chile clandestinamente en 1978, donde se involucró en la reconstrucción de la estructura organizativa del PCC y en el movimiento armado que luchaba por la democratización. En 1994, tras el fin del régimen autoritario, fue elegida secretaria general del partido, cargo que ocupó hasta su muerte, el 6 de marzo de 2005. En 1997 se postuló para ocupar un cargo en el Senado, pero no salió elegida a pesar de la alta votación. En 1999 fue candidata para la presidencia de la República, pero salió derrotada por Ricardo Lagos Escobar.
La última fase de su vida política estuvo marcada por fuertes críticas a las medidas neoliberales aplicadas por los sucesivos gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia. En ese contexto, se destacó en la articulación del pacto Juntos PODEMOS– Poder Democrático Social–, que denunciaba esas políticas y se pronunciaba a favor de la democratización efectiva.
Gladys Marín fue la gran oradora en el acto de protesta por los treinta años de la dictadura militar frente al Palacio La Moneda. Pocas semanas después, un diagnóstico médico reveló que tenía un tumor cerebral. Luchó con bravura contra el cáncer y fue operada en Suecia y en Cuba, donde fue condecorada con la Orden José Martí por Fidel Castro. Miles de militantes comparecieron en su velatorio. Su familia y el partido recibieron cartas de solidaridad de militantes y organizaciones de los más diversos países.