Las llamadas marchas o desfiles del orgullo GLTTBI (gays, lesbianas, travestis, transexuales, bisexuales e intersexuales) condensan las nuevas relaciones entre los diversos grupos y espacios de la diversidad sexual en América Latina. El fenómeno de las marchas del orgullo surgió con el mismo movimiento homosexual y la opción por la política de la visibilidad (coming out). En 1970, el año siguiente al de la rebelión de Stonewall en Nueva York, hito fundador del movimiento, se realizó la primera Pride Parade, en la cual alrededor de 10.000 personas se reunieron en la calle Christopher del Greenwich Village y marcharon por la Quinta Avenida hasta el Central Park. Al año siguiente comenzarían las marchas en Londres, y así sucesivamente, extendiéndose al resto de las capitales europeas y demás ciudades norteamericanas.
En Brasil, el grupo del periódico Nós, por exemplo, editado por el Núcleo de Orientación en Salud Sexual de Río de Janeiro, convocó en los años 1992 y 1993 a las primeras manifestaciones gays, aunque fueron pocas las personas que se congregaron en la Avenida Atlântica en ambas ocasiones. En 1995 se realizó la conferencia Mundial de la International Lesbian and Gay Association (ILGA), en Río de Janeiro, que finalizó con la Marcha por la Ciudadanía Plena de Gays, Lesbianas y Travestis. De ese acto participaron alrededor de 3.000 personas. Dichas manifestaciones incentivaron la organización de marchas en otras ciudades del país.
Parade paulista
Mientras que en Río de Janeiro la marcha tuvo un modesto poder de convocatoria que reunió a cerca de 100.000 personas en 2002, en la capital del Estado de São Paulo la participación alcanzó números inusitados dentro de lo que significaba una manifestación política en el país: de más de 20.000 personas en 1999, pasó a convocar a 300.000 en 2002, llegó a 500.000 en 2003 y alcanzó a 1 millón en 2004. De esta manera, se convirtió en uno de los eventos políticos que convocó la mayor cantidad de personas en Brasil en los últimos años, y también fue el mayor desfile GLTTBI del mundo.
Una conjugación entre la organización metódica (existe un grupo específico denominado Asociación del Desfile del Orgullo GLBT –Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transgéneros– de São Paulo) y una excelente política de marketing y de asociación, tanto con el mercado GLTTBI como con el Estado, garantiza un colorido y populoso espectáculo. El desfile se identifica con el Mes del Orgullo GLTB de São Paulo, que organiza una intensa agenda cultural, política y de esparcimiento. Considerado uno de los mayores eventos turísticos de la ciudad, recibe el apoyo oficial de la Municipalidad y de los Ministerios de Salud y de Cultura. Más de 400.000 turistas llegaron a São Paulo para ver las marchas de 2005 y 2006, las que convocaron a cerca de 2,5 millones de participantes. A las marchas asistieron personalidades de la política, el arte y la cultura del país.
De esa manera se configura una protesta en términos estéticos, entrelazada con una especie de “mercado militante” que contribuye económicamente y participa con publicidad en el evento. El público, además de las comunidades GLTTBI, cuenta con organizaciones políticas, de derechos humanos, familiares y amigos, hombres y mujeres heterosexuales, familias enteras con sus hijos, todos ellos sumados a ese colorido y multifacético evento estético-político.
En la Argentina, las Marchas del Orgullo comenzaron a realizarse en el año 2002. Pero, a diferencia de las del resto del mundo, que conmemoran Stonewall y se realizan todos los 28 de junio, la celebración de Buenos Aires en el mes de noviembre conmemora la creación de Nuestro Mundo (que después devendría el FLH), el primer grupo homosexual de América Latina.
Diversión y política
El fenómeno de las marchas GLTTBI se popularizó y se extendió a la totalidad de América Latina y del Caribe. Todas las ciudades grandes y medianas del continente organizan, en general durante el mes de junio, una Marcha del Orgullo. Incluso en los países en los cuales existen leyes que reprimen la diversidad sexual se organizan manifestaciones o algún tipo de actividad político-cultural en conmemoración y como celebración del derecho a la diferencia.
Con una fuerte presencia y con la manifestación de las diversas tribus GLTTBI, todos participan de la fiesta, afirmándose en términos políticos o simplemente divirtiéndose; manifestándose muchas veces en la contradicción y en la paradoja de adquirir visibilidad en la invisibilidad del colectivo, es decir, para ese momento y no necesariamente para el resto de la vida, pero convocados para poner de manifiesto y afirmar ese “algo” que los une o reúne como un rasgo de lo que significa ser diferente.
Asimismo, en los últimos años surgieron marchas de lesbianas en São Paulo y en la Ciudad de México, pero abiertamente políticas. También con un carácter contestatario y crítico en relación con las marchas y manifestaciones, se han organizado marchas “alternativas”, como la marcha Radikal en Perú, la Contramarcha en Buenos Aires y la Otra Marcha en Chile. Tales manifestaciones denuncian el carácter consumista y muchas veces comercial de las marchas o paseatas institucionalizadas, critican lo que denominan “burocracias” del movimiento GLTTBI y, principalmente, presentan reivindicaciones y consignas políticas de carácter más radical.
La divulgación del estudio La inclusión importa realizado por el Banco Mundial, reveló que 83 países en todo el mundo penalizan a la homosexualidad. De los 143 países que participaron de la investigación, 128 tienen leyes que discriminan a las mujeres, mientras que muchos poseen normas que formalizan preconceptos contra diversos grupos minoritarios.
En América Latina, en la esfera de los derechos civiles, el matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado en la Argentina, Brasil, Uruguay y en la Ciudad de México, la capital mexicana. Brasil, Argentina y Uruguay también permiten la adopción por parejas homosexuales. Brasil, Perú y Ecuador también aprobaron leyes contra la discriminación.
Aun así, la misma investigación del Banco Mundial señaló que en Brasil, en 2013, la homofobia costó la vida de 312 personas, el equivalente a una víctima cada 28 horas. En México, fueron 400 asesinatos entre 1995 y 2005 y en Honduras, 186 entre 2009 y 2012.
Las marchas contra la discriminación marcaron el año de 2014 en diversos países. En Argentina, la 23º Marcha del Orgullo LGBTIQ (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Intersex y Queer) reunió centenares de personas en el centro de Buenos Aires en defensa de la diversidad sexual. En la Plaza de Mayo, cerca de 30 organizaciones que trabajan a favor de la diversidad sexual engrosaron el movimiento promoviendo una segunda marcha con el lema “Por más igualdad real: ley anti-discriminatoria y estado laico”. En Chile, centenares de jóvenes se reunieron para celebrar la novena edición de la Parada Gay frente al Palacio de la Moneda, en Santiago. Los participantes protagonizaron una verdadera fiesta delante de la sede del gobierno chileno, promovida por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). En La Paz, Bolivia, para marcar el Día del Orgullo Gay y dar apoyo al proyecto de ley que prevé la unión civil entre personas del mismo sexo, centenares de personas fueron a las calles a reivindicar sus derechos.