Titón, como era conocido, fue uno de los más importantes directores de cine cubano. Comenzó realizando experiencias en súper 8 y en otros formatos. Hizo los cortometrajes La caperucita roja (1946), Un fakir (1947) y El sueño de Juan Bassain (1953). Compartió la dirección con Julio García Espinosa del mediometraje El mégano (1954). En México dirigió solo otro mediometraje, el documental Contigo en la distancia (1991). Filmó nuevos cortos: La toma de La Habana por los ingleses (1957), Esta tierra nuestra (1959), Asamblea general (1960), Muerte al invasor (1961), La Habana 1762 (1962) y El arte del tabaco (1974). Comenzó a dedicarse a la realización de largometrajes con Historias de la Revolución (1960), filme basado en hechos reales que muestra, por medio de los episodios “El herido”, “Rebeldes” y “La batalla de Santa Clara”, las luchas políticas ocurridas en Cuba en la década de 1950 que terminaron con el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista. Sus siguientes películas fueron adaptaciones literarias. La primera de ellas, Las doce sillas (1962), se basaba en la obra de los escritores rusos Ilya Ilf y Eugene Petrov, adaptada por varios cineastas en distintos países. Cumbite (1964) fue tomada de la novela Gobernadores del rocío, obra del poeta haitiano Jacques Roumain. Dirigió la comedia de humor negro La muerte de un burócrata (1966). Memorias del subdesarrollo (1968), uno de los mayores filmes de la historia latinoamericana, fue extraído de la novela homónima del escritor cubano Edmundo Desnoes. Una pelea cubana contra los demonios (1971) es un drama histórico ambientado en el interior del país en el siglo XVII. Continuó en la trama histórica con La última cena (1976), nuevamente ambientada en el interior cubano, esta vez en el siglo XVIII. El drama Los sobrevivientes (1978) retrató la crisis de una familia burguesa luego de la victoria de la Revolución Cubana, un trabajo influenciado por El ángel exterminador, filme mexicano de Luis Buñuel. Su primera asociación con Juan Carlos Tabío dio lugar a Hasta cierto punto (1984), que enfocó los problemas de creación de un filme ambientado junto a los trabajadores portuarios, y tocaba cuestiones como el machismo. Los últimos trabajos fueron coproducciones con España, que se iniciaron con Cartas del parque (1988), basada en una obra de Gabriel García Márquez. Con Juan Carlos Tabío como codirector, realizó el drama Fresa y chocolate (1993) en coproducción con México, que alcanzó gran repercusión. Terminó su carrera, con ayuda de Tabío, dirigiendo la comedia Guantanamera (1995).
Gutiérrez Alea, Tomás
La Habana (Cuba), 1928 - 1996