Abogado recibido en la Universidad de São Paulo (USP) en 1940, Ulysses Silveira Guimarães tuvo una de las más largas y destacadas carreras políticas de Brasil del siglo XX. Fue vicepresidente de la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE) en 1940; diputado provincial constituyente por el Partido Social Democrático (PSD) (1947-1950), diputado federal (1950-1992), ministro de Industria y Comercio (1961-1962), presidente de la Cámara de Diputados tres veces (1956-1957, 1985-1986 y 1987-1988) y presidente del principal partido de oposición a la dictadura militar, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), entre 1972 y 1980, y de su sucesor, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de 1980 hasta su muerte trágica, en un accidente aéreo.
Parlamentario en el momento del golpe de 1964, en un comienzo manifestó simpatía por el movimiento militar, pero luego pasó a la oposición, y denunció el golpismo. Su postura contestataria se radicalizó al final del gobierno del general Emílio Garrastazu Médici (1969-1974), cuando se lanzó como anticandidato a su sucesión, realizada por elección indirecta en el Colegio Electoral, en ese momento formado por el Congreso Nacional. Guimarães recorrió su país en compañía de su vice, el periodista Barbosa Lima Sobrinho (1897-2000), en una campaña de denuncias por el autoritarismo vigente. La frase pronunciada en un discurso en Salvador (Bahía) después de que la policía cercara a su comitiva – “Las bayonetas no son votos y los perros no son urnas”– se transformó en lema de campaña.
Ulysses Guimarães ya era el principal dirigente opositor cuando se proyectó como líder del movimiento de masas más importante de la historia de Brasil, la campaña por las elecciones directas en 1984. Millones de personas salieron a las calles en centenas de ciudades de Brasil para exigir su derecho a votar para presidente de la República, en un momento en que el proyecto económico de la dictadura, a partir de la crisis de la deuda externa (1982), entraba en colapso. El clamor popular fue derrotado en el Parlamento, pero fortaleció la candidatura de Tancredo Neves, también del PMDB, en el Colegio Electoral. Una división en el partido de la dictadura, la Alianza Renovadora Nacional (ARENA), posibilitó la elección del opositor. Tancredo murió antes de asumir. Ulysses Guimarães fue decisivo para que el vicepresidente José Sarney asumiera el puesto y gobernara entre 1985 y 1990.
A partir de 1987, Guimarães condujo, como presidente del Congreso Constituyente, los trabajos que tuvieron como resultado la Carta de 1988. Llegó, por cortos períodos, a asumir interinamente la Presidencia de la República. Sin embargo, sus éxitos innegables no fueron suficientes para concretar su sueño más grande: ser elegido presidente de la República. En 1989, en la primera elección directa desde 1960, quedó en séptimo lugar, con cerca del 5% de los votos. La crisis que acometió al gobierno de Sarney en sus estertores alcanzó de lleno al PMDB, en una disputa claramente polarizada entre un postulante de izquierda (Luiz Inácio Lula da Silva) y uno de derecha (Fernando Collor de Mello).
Reelegido diputado federal por undécima vez en 1990, Ulysses Guimarães también participó activamente de la campaña por el impeachment del presidente Collor de Mello, aprobado por el Congreso en septiembre de 1992. El día 12 de ese mismo mes, volviendo en helicóptero de un corto descanso en Angra dos Reis (Río de Janeiro), sufrió un accidente y desapareció en alta mar, en compañía de su esposa Mora y del senador Severo Gomes y su esposa.