Chicanos

Los chicanos son una parte importante de la población hispana de los Estados Unidos. “Chicano” es el término empleado para referirse a los ciudadanos estadounidenses de origen mexicano. La palabra “chicano” es de origen náhuatl, y está vinculada con los vocablos “México” y “mexicano”, provenientes de Mexica [me’shi ka], que era la manera como los aztecas nombraban su territorio, en la parte central de lo que actualmente es México. En términos históricos, la población chicana remonta sus orígenes a la población mexicana de los territorios conquistados por los Estados Unidos a mediados del siglo :XIX, que posteriormente dieron lugar a los estados de Texas, California, Arizona, Colorado, Nevada y Nuevo México. La condición de chicano tiene un componente ideológico y cultural que reivindica dicha herencia histórica e intenta conformar una identidad propia.

La población latina hispana en los Estados Unidos alcanzó en 2000, 35,2 millo­nes de habitantes, lo que equivale a 12,5% del total de la población de dicho país. Se estima que en el año 2010, dicha comunidad pasará a ser el grupo étnico más grande del país. En 2050, la cuarta parte de la población de los Estados Unidos será latina. Los mexicanos representan 20,9 millones, el 59,3% de ese total; la categoría de “otros hispanos”, no identificable en el
Censo, el 15,7%, y los puertorriqueños, el 9,7%, como muestra el gráfico abajo. En gran parte, el crecimiento inusitado de la población hispana, y particularmente de la mexicana, responde al impacto de la migración hacia los Estados Unidos durante la década de 1990. Se estima que dos de cada cinco hispanos nacidos fuera de los Estados Unidos, y residentes en el país, migraron en el transcurso de la última década (US Census Bureau, 2000).

No obstante, cabe destacar que el 60% de los hispanos residentes en los Estados Unidos nació en el país, 11,2% corresponden a ciudadanos naturalizados y 29% son nacidos en el extranjero (gráfico al pie de página). En el caso de los mexicanos, 58,5% son nativos, 9,2% son naturalizados y 32,3% no son ciudadanos, es decir, son migrantes permanentes y temporarios, legales e ilegales.

La población hispana es muy heterogénea en términos sociodemográficos y socioeconómicos. En el caso particular de la población chicana, la condición de nativos de los Estados Unidos, siendo a la vez originariamente mexicana, la coloca en una situación social y culturalmente contradictoria y ambivalente. En gran medida, mantienen la cultura mexicana, de jure son ciudadanos estadounidenses, pero de hecho no tienen acceso ni cuentan con las mismas oportunidades, derechos y privilegios que los ciudadanos anglosajones. No son propiamente mexicanos y suelen ser desplazados hacia los estratos bajos de la sociedad estadounidense, enfrentados a condiciones de desigualdad y discriminación social. En este sentido, a diferencia de los inmigrantes que en cierto modo aspiran a incorporarse a la sociedad estadounidense, los chicanos conforman un grupo aparte, muchas veces enfrentados a los propios mexicanos, pero nucleados por una identidad y cultura propia que intentan preservar.