Varios de los matices que la vasta obra del escritor bahiano adquirió a partir de la ópera prima O país do carnaval (El país del carnaval) (1931), escrita cuando era apenas un novato en la facultad de Derecho, se atribuyen a su militancia de izquierda. Ello explica la confiscación que sufrieron los libros Cacau (Cacao) (1933) y Capitães de areia (Capitanes de arena) (1937), y la prisión en noviembre del año 1937. El compromiso de Jorge Amado con el Partido Comunista de Brasil (PCB) era cada vez mayor, lo que lo llevó a desempeñarse como diputado federal por el partido, de 1945 a 1947. Cuando se declaró la ilegalidad de esta agrupación, Amado abandonó Brasil y recorrió varios países de Europa, como Checoslovaquia (donde vivió desde 1950 a 1952), y de América Latina, además de los Estados Unidos.
A lo largo de ese período de exilio itinerante, entre 1937 y 1952, se dedicó a los temas políticos, como puede verse en ABC de Castro Alves (El ABC de Castro Alves) (1941), O cavaleiro da esperança (El caballero de la esperanza) (1942), biografía de Luiz Carlos Prestes, escrita durante su estadía entre Uruguay y la Argentina, Seara vermelha (Seara roja) (1946), y la trilogía Os subterrâneos da liberdade (Los subterráneos de la libertad) (1954): Os ásperos tempos (Los tiempos ásperos), Agonia da noite (La difícil aurora) y A luz no túnel (La luz en el túnel).
A partir de 1955, cuando retornó a Brasil, se alejó de la militancia política, pero sin dejar el Partido Comunista. Fue precisamente con Gabriela, cravo e canela: crônica de uma cidade do interior (Gabriela, clavo y canela: crónica de una ciudad del interior) (1958) que el escritor comenzó a explorar, desde su visión socialista, un aspecto nuevo: escribir para las grandes masas. En esa etapa, el foco de su literatura cambió. “Despolitizándola, expurgándola de presupuestos ideológicos y tentaciones pedagógicas, abriéndola de par en par hacia otras manifestaciones de la vida, comenzando con el humor y terminando con los placeres del cuerpo y los juegos del intelecto”, como dijo el peruano Mario Vargas Llosa, autor con quien la obra de Amado dialoga.
Luego siguió una serie de obras protagonizadas por personajes populares –santas, prostitutas, coroneles terratenientes, changarines– sumergidos en una trama a veces marcada con rasgos melodramáticos, a veces con las manifestaciones del sincretismo religioso de un escenario único: Brasil. Literatura infantil, cuentos, teatro, poesía, textos autobiográficos y biográficos fueron parte de la producción del escritor que trabajaba de periodista y traductor, y que en 1961 ingresó en la Academia Brasileña de Letras. Su obra ha obtenido éxitos de venta dentro y fuera de Brasil.
Entre los numerosos premios que recibió se cuentan el Stalin de la Paz (Unión Soviética, 1951), el Pablo Neruda (Rusia, 1989), el Luís de Camões (Brasil-Portugal, 1995), el Jabuti (Brasil, 1959, 1997) y el del Ministerio de Cultura (Brasil, 1997). Recibió también el título de doctor honoris causa de diez universidades de diversos países; el último fue el de la Sorbona de París, en 1998. Otras obras: Tieta do agreste (Tieta de agreste) (1977); O gato malhado e andorinha Sinhá: uma história de amor (El gato manchado y la golondrina Sinhá: una historia de amor) (1995).