Saint Kitts y Nevis

“Que Saint Kitts y Nevis continúen juntas rumbo a un destino común.” El verso, parte del himno de la Federación de Saint Kitts y Nevis, representa un deseo antes que una profecía del poeta. Desde que obtuvieron la independencia de Gran Bretaña el 19 de septiembre de 1983, las dos islas caribeñas protagonizan uno de los últimos actos en la trama de disgregación del Imperio Británico durante el siglo XX. Sin embargo, el foco de la tensión entre ellas se encuentra en la disputa por los recursos de la federación y no tanto en las diferencias culturales entre los dos pueblos hermanos. Esto es así porque, desde antes de la independencia, crece en la población de Nevis el descontento resultante de la percepción de que el presupuesto nacional privilegia a la capital, Basseterre, ubicada en Saint Kitts, un sentimiento que no es tan intenso, pero que recuerda al de la época en que la metrópoli aún estaba en Europa.

Con la creación del Movimiento de los Ciudadanos Comprometidos (CCM, Concerned Citizen’s Movement), en 1987, el proyecto separatista se organizó y accedió al gobierno de Nevis en 1992. En agosto de 1998 se realizó un referendo entre los pobladores de la isla y el 62% votó por la separación, un número significativo pero inferior a los dos tercios exigidos por la Constitución. A pesar de la derrota, la secesión de Nevis continuó debatiéndose, aunque con una salvedad: los mismos líderes de la isla admitían que la separación de ambas no implicaría la ruptura de los lazos históricos y culturales entre ellas, características comunes que ayudan a forzar una solución de consenso, no violenta e institucional, incluso ante el escenario de una eventual separación.

Negros en la tierra de los caribes

Colonizada por ingleses y franceses, la Federación de Saint Kitts y Nevis cuenta, en la actualidad, con una población formada mayoritariamente por negros. Éstos descienden de los esclavos africanos que fueron traídos para trabajar en la producción azucarera desde el siglo XVII. En total, poco más de 52.000 personas habitan en los 261 km 2 que ocupan las dos islas, pero no quedó ni un solo descendiente de los indios caribes, el pueblo que habitaba la isla entonces llamada Liamuiga (tierra fértil), cuyo nombre fue cambiado en homenaje a su descubridor, cuando el navegante Cristóbal Colón llegó en 1493, durante su segundo viaje a las Américas.

La decadencia española en los siglos siguientes abrió paso a las pretensiones de soberanía de otras Coronas europeas, como las de Inglaterra y Francia, sobre sus dominios. El inglés Thomas Warner y su familia, junto con catorce hombres, llegaron en 1623 e hincaron los tentáculos británicos. Las islas estaban formadas por selvas y poseían agua potable y un suelo fértil de origen volcánico, exactamente lo que los ingleses, franceses, españoles y holandeses buscaban en el Caribe. La introducción de la caña para la producción de azúcar, por aquel entonces el cultivo agroindustrial más importante del mundo, transformó a ese rincón del planeta en un gran campo de labranza. El modelo de producción agrícola aplicado era el de plantation, dirigido a la exportación y con mano de obra esclava.

Vista de Basseterre, capital de Saint Kitts y Nevis (J. Stephen Conn/Wikimedia Commons)

En 1678, la población blanca de origen europeo era de 1.897 habitantes, y llegó a los 2.377 en 1745. Durante ese mismo período, el número de esclavos africanos pasó de 1.436 a 19.174. La mayoría negra determinaría definitivamente las características étnicas de la región.

Disputa franco-británica

El potencial de Saint Kitts y Nevis para la producción azucarera atraía la atención de otras naciones de Europa. Además de la resistencia de los nativos, diezmados por una masacre conocida como Bloody Point en 1626, los británicos tuvieron que convivir con la competencia de Francia, que ya mantenía otras colonias en la región, como Martinica y Guadalupe. Con Pierre Belain d’Esnambuc, los franceses habían intentado colonizar una parte de Saint Kitts, apenas dos años después de la llegada del inglés Thomas Warner. En 1706, un gran asalto a las posesiones británicas en Nevis ayudó a perjudicar la producción azucarera de la isla, ya debilitada por el avance de la fiebre maligna entre los años 1689 y 1690, que había ahuyentado a la población. Con 3.521 pobladores blancos en 1678, Nevis observó cómo ese número caía a 857 en 1745.

Las exportaciones de azúcar a Gran Bretaña también disminuyeron, pasando de 3.094 toneladas en el año 1700 a 2.011 en 1748. Mientras tanto, Saint Kitts atravesaba su época de auge. Los envíos de azúcar hacia el exterior, que eran de 4.437 toneladas en 1725, alcanzaron las 8.789 en 1748, y la convirtieron proporcionalmente en la colonia más rica del Imperio Británico. El tratado de Utrecht, de 1713, firmado con Francia, fue la primera garantía que obtuvo Inglaterra de su soberanía sobre Saint Kitts, aunque sólo lo fue formalmente, porque la rivalidad entre las Coronas perduraría por setenta años más, hasta la decisiva derrota de los franceses, entre los años 1782 y 1783, en la Colina Brimstone, lugar en el que había un famoso fuerte. Finalmente se firmó el Tratado de Versalles, en el cual Francia reconoció, definitivamente, la soberanía británica sobre la colonia.

Los cañones del Parque Nacional de la Fortaleza de Brimstone Hill, Patrimonio Mundial de la Unesco, en San Cristóbal (Creative Commons)

Decadencia del azúcar

Durante el período colonial, Saint Kitts y Nevis experimentaron una serie de reestructuraciones administrativas que unas veces las aproximaban y otras las alejaban de las demás colonias de la región. En 1671 quedaron unidas como parte del Leeward Caribee Islands Government, bajo el yugo británico. Esa formación permaneció hasta 1806, cuando la Leeward Caribee se fragmentó en dos partes, una capitaneada por Saint Kitts, Nevis y Anguila, y la otra por las islas Vírgenes Británicas. Con la formación de la Leeward Islands Federation en 1882, Saint Kitts, Nevis y Anguila comenzaron a comandar el bloque; esta situación se mantuvo hasta el año 1956.

A fines del siglo XIX, el mercado azucarero se debilitó debido al aumento de la competencia, y llegó el fin de la esclavitud. En el siglo XX, el interés de la metrópoli por sus colonias se redujo, principalmente durante y después de la gran depresión de los años 30, que derrumbó el precio del azúcar. En 1967, con una nacionalidad en formación, Saint Kitts, Nevis y Anguila decidieron seguir el camino de la mayoría de las colonias y alejarse de la
administración británica. Sin embargo, se mantuvieron como Estados asociados a la antigua metrópoli, que continuó respondiendo por las relaciones externas y la defensa de las islas.

En 1967 Anguila se rebeló. En 1971 el Parlamento inglés aprobó su alejamiento del bloque. Saint Kitts y Nevis declararon su independencia recién en 1983. Pero ello no significó el quiebre total de las relaciones con Inglaterra. El sistema político del país es la monarquía parlamentaria y, como pertenece a la comunidad británica de naciones, la jefa de Estado es la reina Isabel II, que designa un gobernador general. El jefe de gobierno se define en elecciones legislativas y generalmente es el líder del partido que tiene más bancas o de la coalición mayoritaria. De 1995 a 2015, Denzil Douglas, del Partido Laborista de Saint Kitts y Nevis (SKNLP, Saint Kittes and Nevis Labour Party), se desempeñó como primer ministro. En febrero de 2015 cedió el puesto a Timothy Harris, del Partido Laborista del Pueblo (PLP, Peolple’s LabourParty).

Clase media y emancipacionistas

El partido más fuerte del país, el SKNLP, surgió en la década de 1930, luego del colapso de los precios del azúcar e inspirado en el Laborismo inglés. Robert Bradshaw organizó la Liga de los Trabajadores en 1932, responsable por una serie de protestas durante los años siguientes. Bradshaw fue elegido para integrar el Consejo Legislativo en 1946. Los laboristas dominaron la política en las dos islas durante los treinta años siguientes. Como consecuencia de la crisis del petróleo, iniciada en la década de 1970, el gobierno laborista decidió establecer el planeamiento de la producción y estatizó el cultivo de la caña y la producción del azúcar. Por medio de la Fuerza de Defensa, la oposición denunció la imposición de un cuadro de violencia. Incluso antes de la independencia ya crecía entre los habitantes de Nevis la percepción de que su isla tenía una importancia secundaria para el gobierno central en la repartición de los recursos. La decadencia de los laboristas comenzó en 1978, con la muerte del primer ministro, Bradshaw. El mismo fue inmediatamente sustituido por Paul Southwell, quien también murió el año siguiente.

La opción al SKNLP estaba representada, en aquel entonces, por el Movimiento de Acción Popular (PAM), un partido organizado en 1965 por miembros de la clase media, luego de las protestas contra el aumento de los precios de la energía eléctrica. En Nevis, la oposición estaba dirigida por el Partido Reformista de Nevis (NRP), que había surgido en 1970, defendiendo la apertura del debate sobre la autonomía de la isla. El PAM y el NRP formaron una coalición en el Consejo Legislativo (que, después de la autonomía, sería sucedido por la Casa de la Asamblea) y, con seis bancas contra cuatro de los laboristas, quedaron encargados de nombrar al primer ministro. Kennedy Simmonds, médico y uno de los fundadores del PAM, asumió el cargo. Simeon Daniel, líder del NRP, pasó a ser ministro de Finanzas y responsable de los intereses de Nevis en la administración. En diciembre de 1982, el gobierno de Saint Kitts y Nevis promovió, en Londres, la conferencia constitucional que terminó en la declaración de la independencia y de mayor autonomía para los habitantes de Nevis.

Laboristas versus habitantes de Nevis

Kennedy Simmonds gobernó de 1983 a 1995, año en el que los laboristas reasumieron el poder. En 1993, su gobierno entró en crisis cuando el PAM eligió sólo cuatro de los once diputados, igual número que los laboristas, contra uno del NRP y dos de los separatistas del CCM. Esa atomización sólo podría dar como resultado frágiles coaliciones. Por tal motivo, explotó una ola de disturbios, y Simmonds decretó diez días de estado de emergencia. En 1994, su gobierno se vio involucrado en escándalos y varios políticos fueron acusados de estar relacionados con el tráfico de drogas, lo que generó nuevos disturbios. El premier solicitó la intervención de la Fuerza de Seguridad del Caribe y la tranquilidad recién pudo ser recuperada en 1995, con la amplia victoria electoral de los laboristas y la designación del primer ministro Denzil Douglas.

Bajo el nuevo gobierno, la economía del país fue diversificada y el turismo asumió un papel destacado, que desplazó la primacía del azúcar. En la década de 1980, a pesar de todos los problemas anteriores, la producción azucarera aún era el principal componente del Producto Bruto Interno (PBI) y, en 1983, fue la responsable de una caída del 2,4% que debilitó la hegemonía del PAM-NRP. A mediados de 2005, la agricultura y las industrias representaban apenas el 30% del producto nacional, mientras que los servicios respondían por el 70% restante.

El primer ministro Denzil Douglas y el gobernador de Nevis, Vance Amory , son los principales protagonistas de la política del país, pues la cuestión de la separación de las islas continúa siendo el tema que domina el debate nacional.

Datos Estadísticos