Pixinguinha

Río de Janeiro (Brasil), 1897 - 1973

“Pizindim”, como era llamado por su abuela en un dialecto africano, o Bexiguinha, apodo que recibió cuando de niño contrajo varicela, Alfredo da Rocha Viana Filho habría de quedar en la historia de la música brasileña bajo un nombre-síntesis: Pixinguinha.

Nieto de africana, hijo de un flautista y el menor de catorce hermanos, Pixinguinha tuvo como primer instrumento el cavaquinho. A los trece años, sin embargo, comenzó a estudiar flauta e inició su carrera profesional con el instrumento que utilizaría para convertirse en el genio mayor del choro y en uno de los más grandes instrumentistas, compositores y arregladores de la música brasileña.

La música de Pixinguinha está orgánicamente vinculada a los albores del choro, estilo musical oriundo de Río de Janeiro en la primera década del siglo XX, que fundió ritmos africanos con la música de salón europea y la música popular portuguesa. Tuvo como sus precursores a Chiquinha Gonzaga (primera compositora de renombre en Brasil) y a Ernesto Nazareth (inventor del tango brasileño, a partir del tango argentino y de la polca), además de aquellos músicos anónimos, generalmente de origen negro, que formaban una clase media baja y encontraban en la música popular ejecutada en los patios su principal fuente de entretenimiento y recreación. En la estética melancólica que envuelve aquella fusión se revela el espíritu del choro, y de ahí una de las posibles razones de su nombre (choro significa llanto). Teniendo como base una formación en guitarra, cavaquinho y flauta, la influencia de Pixinguinha se esparció por toda la música brasileña, desde el samba hasta los catorce Choros de Heitor Villa-Lobos.

Como solista y compositor, Pixinguinha debutó en 1917 con el vals “Rosa” y el choro “Sofres porque queres”. Desde pequeño estuvo ligado a las celebraciones del carnaval, y fue en ese ambiente que conoció a João Pernambuco, João da Baiana (el introductor del pandero en el samba) y a Donga (autor de “Pelo telefone”, considerado el primer samba grabado en Brasil, en 1917). Con ellos realizó muchos trabajos, y con Donga formó en 1919 el grupo Oito Batutas, con el que realizó giras por Europa y la Argentina en 1922.

Se estima que Pixinguinha compuso más de mil músicas, incluyendo otros géneros además del choro, muchas de las cuales contribuyeron a crear las bases de la canción popular brasileña. Entre ellas figuran “Um a zero” –compuesta en 1919 para conmemorar el primer título internacional de la selección brasileña de fútbol, que venció a Uruguay y conquistó el Campeonato Sudamericano– y “Carinhoso”, uno de los pináculos de la música brasileña. Escrita en 1917 y grabada recién en 1928, recibió duras críticas por sus notables influencias jazzísticas, pero al ser grabada en 1937 por Orlando Silva, y con letra de João de Barro, se popularizó. A partir de 1928 actuó regularmente como orquestador y, junto con Radamés Gnattali, se convirtió en uno de los creadores de la base orquestal de la música brasileña.

En 1940 fue nominado por Villa-Lobos para seleccionar a los músicos (entre ellos Cartola) que participarían de la célebre grabación a bordo de la embarcación Uruguai, con el propósito de divulgar la música brasileña en los Estados Unidos, bajo la coordinación del maestro Leopold Stokowski (1882-1977), que resultó en tres discos intitulados Native Brazilian music. Grabó también otros discos antológicos, como su primer LP, Velha guarda, de 1955, y Gente da antiga (con João da Baiana y Clementina de Jesus), de 1968. En 1942 realizó su última grabación tocando el instrumento que habría de consagrarlo, el saxofón, junto con el flautista Benedito Lacerda, su compañero en “Um a zero” y en el clásico “Naquele tempo”.

Pixinguinha falleció en febrero de 1973, a causa de su segundo infarto. Su esposa, doña Beti (Albertina da Rocha), con quien tuvo sólo un hijo adoptivo, había muerto hacía menos de un año. Más de dos mil personas se hicieron presentes en su entierro y cantaron juntas “Carinhoso”.

por admin Conteúdo atualizado em 26/04/2017 20:50