El instrumentista y compositor Baden Powell de Aquino fue uno de los más destacados guitarristas de Brasil y, probablemente, del mundo. Creció en São Cristóvão, al pie del morro de Tuiuti, vecino al morro de la Mangueira, en Río de Janeiro, en un ambiente signado por la música. Su padre, el zapatero y guitarrista aficionado Lilo de Aquino, Seu Tique, frecuentaba las rondas de chorões [ruedas improvisadas de músicos: guitarra, cavaquinho y flauta].
Con apenas ocho años, Baden ya era alumno de Jaime Florence, el Meira –maestro de toda una generación de guitarristas brasileños–, e integraba los conjuntos regionales del flautista Benedito Lacerda y de Canhoto. A los quince comenzó a trabajar en la Radio Nacional y consiguió una autorización de la Justicia para tocar profesionalmente. Allí estableció contacto con varios músicos renombrados, como Pixinguinha, João da Baiana e Ismael Silva.
Su virtuosismo, sensibilidad y perfeccionismo le permitieron asociar los elementos fundamentales de su música: la tradición guitarrística brasileña –formada por Meira, Dilermando Reis y João Pernambuco–, el samba, el choro, cuyas ruedas frecuentó desde pequeño, la técnica clásica, el jazz, y la bossa nova.
En 1956 compuso, con Billy Blanco, un clásico de la música instrumental brasileña, “Samba triste”. En 1959 grabó su primer disco solista, Apresentando Baden Powell e seu violão, y luego seguiría otro clásico, Um violão na madrugada, de 1961.
En 1962 conoció al poeta y compositor Vinicius de Moraes, con quien formaría uno de los dúos más prolíficos de la música brasileña. Con él compuso “Berimbau” y, entre 1962 y 1965, el poderoso conjunto de once canciones –entre ellas “Canto de Xangô” y “Canto de Ossanha”– inspiradas en los ritmos africanos y populares llamados afro-sambas, que fueron grabados en 1966 con arreglos del maestro Guerra Peixe. Entre muchas otras piezas, también compuso con Vinicius “Samba da bênção” y “Samba em prelúdio”.
Otro compañero fundamental de Baden fue Paulo César Pinheiro, uno de los mayores letristas de la música brasileña. Juntos compusieron canciones como “Lapinha”, “Samba do perdão” y “Aviso aos navegantes”, todas ellas grabadas por Elis Regina, además de las imprescindibles “Violão vadio” y “É de lei”.
En 1963, Baden viajó por primera vez a París. Allí grabó dos discos e inició una carrera exitosa en Europa, especialmente en Francia –donde vivió en la década de 1970– y en Alemania –donde se estableció en la década siguiente–.
Entre 1960 y 1970 Baden Powell tuvo serios problemas con el alcohol, al punto de caer en la enfermedad. En los años 90 desarrolló junto a sus dos hijos –Philippe y Louis Marcel, pianista y guitarrista respectivamente– varios trabajos, entre ellos “Atravessado” y “Prelúdio pra mão esquerda”.
Tras su conversión al evangelismo en la década de 1990 modificó varias de sus obras, debido al contenido profano que encontraba en ellas.
Víctima de complicaciones en varios órganos vitales, falleció en el año 2000. Dejó como legado más de cuarenta discos grabados, centenares de obras y un estilo definitivo.(MSS)