Nixtayolero

Grupo teatral

El grupo de teatro nicaragüense Nixtayolero (palabra náhuatl que significa “nuevo amanecer”) se asoció, en un comienzo, al trabajo del dramaturgo, bailarín y teórico Alan Bolt, y se concretó en el momento de la victoria de la Revolución Sandinista, en 1979.

Alan Bolt –también militante sandinista– fundó el grupo Nixtayolero en La Praga, cooperativa cercana a Matagalpa, junto con jóvenes artistas, luego de haber vivido la experiencia del teatro universitario. En los años 70 dirigió, en la ciudad de León, el Teatro Estudio Universitario (TEU), un grupo artístico de protesta contra la dictadura de Anastasio Somoza.

En el trabajo del grupo Nixtayolero desarrollado en el campo, el énfasis estuvo puesto en la concientización crítica de los trabajadores pobres, en un proyecto de pedagogía artística similar al del Grupo Teatro Escambray, de Cuba. Entendido como una práctica de reflexión sobre símbolos y memoria colectiva, dicho proyecto fue la punta de lanza del Movimiento de Teatro Comunitario (MTC), cuyo fundamento cultural reside en la activación y dignificación de las tradiciones populares (con sus fiestas, rituales, improvisaciones y canciones), convertidas en herramientas de la lucha antiimperialista.

Desempeñándose más allá del teatro, el Nixtayolero de la época de Bolt estimuló la formación de asociaciones interesadas en tecnología agrícola y prácticas educativas. Una de las principales técnicas dramatúrgicas propuestas por Bolt estuvo inspirada en la forma del acto folclórico El Güegense: una tradicional representación dramática nicaragüense, preservada en idioma náhuatl y aún practicada en la comunidad indígena de Diriamba, durante la fiesta de San Sebastián que se remonta al siglo XVI. El centro estético de la fábula es la danza del ratón macho, efectuada por un antihéroe mestizo y vagabundo, el Güegense, que ironiza sobre el poder colonial. Con base en estructuras populares como ésa se colocaban en escena los temas fundamentales de la miseria en el campo, la violencia en la familia, la descomposición social, la devaluación de la propia cultura popular.

Luego de la salida de Bolt, en 1990, cuando el proyecto sandinista se vio interrumpido, la dirección del grupo fue asumida por Valentín Castillo quien, junto a miembros fundadores como Rosario Pérez “la Cholita”, se dedicó a la sistematización pedagógica de un trabajo estético basado en fuentes populares.

por admin Conteúdo atualizado em 19/04/2017 17:25