El Teatro de La Esperanza –uno de los principales grupos de teatro chicano de los Estados Unidos– surgió de un grupo de estudiantes provenientes de la Universidad de California, en Santa Bárbara. Se formó en 1971 a partir de un grupo anterior, el Teatro Mecha, dentro del ambiente de debates del Teatro Nacional de Aztlán (TENAZ), coalición de grupos chicanos dedicada a la organización de encuentros anuales, festivales, talleres y publicaciones. Con gran influencia del Teatro Campesino, del Teatro Experimental de Cali (TEC) y de las principales corrientes que pensaron el teatro épico brechtiano en América Latina, el Teatro de La Esperanza, bajo la dirección de Jorge Huerta, se dedica a producir espectáculos que retratan las contradicciones socioculturales de la población latina en medio del capitalismo estadounidense. Es uno de los pocos grupos de ese tipo que funciona todo el año como compañía artística. Uno de sus trabajos más conocidos, Guadalupe (obra colectiva de 1974), documenta los embates de sacerdotes progresistas contra los líderes represivos de una pequeña ciudad californiana.
El mayor éxito del grupo, La víctima (obra colectiva de 1977), trata el tema de los inmigrantes mexicanos sin documentos en los Estados Unidos y su relación con la política de deportaciones en masa, practicada en períodos de crisis económica. En 1986, el grupo se mudó a San Francisco, donde permaneció como una de las compañías de teatro chicano más activas desde el punto de vista de la crítica política de la sociedad norteamericana. Más tarde, el grupo representó Rosita’s day of the dead (Rodrigo Duarte Clark, 2000) y Drive my coche (Roy Conboy, 2005).