Compositor y guitarrista, Silvio Rodríguez Irratia fue uno de los precursores de un importante movimiento musical desarrollado en Cuba hacia fines de la década de 1960 y de proyección internacional, llamado Nueva Trova, del cual participaron otros nombres consagrados de la música popular cubana, como Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú y otros.
Nacido en una familia campesina, estudió piano desde los siete años, pero cambió dicho instrumento por la guitarra cuando tuvo que cumplir el servicio militar, entre 1964 y 1967. Aunque sus primeras experiencias de composición musical se hayan registrado antes, fue en este período cuando comenzó a componer de modo más sistemático y participó en festivales organizados en el Ejército, incentivado por los compañeros. Tras el servicio militar participó en una presentación del programa de televisión Música y Estrellas y comenzó a ser más conocido por el público cubano. Continuó presentándose en otros programas de televisión y de radio y realizó su primer concierto público.
En 1968 participó activamente en el Centro de la Canción Protesta, organizado por la institución cultural Casa de las Américas, al mismo tiempo en que se presentaba en la televisión. Asimismo, se desempeñó al año siguiente en el Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográficas (ICAIC), creado en 1969, donde participó en el Grupo de Experimentación Sonora (GES). Grabó allí su primer disco.
El año de 1972 quedó marcado por sus presentaciones en la entonces República Democrática Alemana (RDA) y en Chile, primer país latinoamericano en el que se presentó con Pablo Milanés y Noel Nicola. Comenzó la etapa de sus presentaciones internacionales, que en los años siguientes se fueron ampliando: México, República Dominicana, Unión Soviética, Angola, España, Francia, Italia y los Estados Unidos.
Su producción musical es prodigiosa, aunque sin grandes éxitos de masa. Al inicio de la década de 1980 sus composiciones ya sumaban más de quinientos trabajos, incluyendo temas para bandas sonoras de películas y decenas de discos. Los temas son muy variados, tratan desde asuntos lírico-amorosos hasta cuestiones sociales y políticas, puesto que Silvio Rodríguez es realmente un autor preocupado por la condición humana y comprometido con la causa cubana, como bien lo demuestra el hecho de desempeñarse también como diputado en su país. El autor se define como trovador, “cronista de su tiempo y agitador de la causa [socialista] del futuro”. Entre el trabajo de creación, las grabaciones y tantas presentaciones, y el trabajo como diputado, dirige el estudio de grabación Ojalá (título de una de sus canciones), fundado por él.