El proceso de constitución del peronismo comenzó durante 1943, con el golpe de Estado que llevó al poder al general Edelmiro Farrell. El coronel Juan Domingo Perón participó en ella como dirigente del Grupo de Oficiales del Ejército (GOU), una logia militar de carácter nacionalista, con simpatías hacia el fascismo europeo y cuyo postulado era bregar por el desarrollo independiente de la Argentina. Perón ocupó varios cargos en el poder: secretario de Trabajo y Previsión, ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación. En 1944 promovió una serie de reformas en la legislación laboral: una nueva clase obrera se formaba al calor del crecimiento de la industria ligera durante la Segunda Guerra Mundial.
El peronismo con y sin Perón
El viejo sindicalismo de raigambre socialista y comunista fue desplazado de la conducción de los más importantes sindicatos y de la Confederación General del Trabajo (CGT) por sectores afines a Perón, que fue constituyendo un nuevo bloque de poder que unía a una gran parte de los trabajadores sindicalizados con sectores nacionalistas del Ejército. El bloque formado por los sectores oligárquicos ligados al modelo agroexportador –los conservadores– y los sectores medios acomodados –radicales– resistió el cambio. A ellos se sumaron los socialistas y comunistas.
Los Estados Unidos tampoco confiaban en estos sectores nacionalistas que propugnaban la independencia de los bloques de poder que había dejado la contienda Estados Unidos / URSS. El embajador estadounidense en la Argentina, Spruille Braden, respaldó la formación de un frente llamado Unión Democrática, que unía a conservadores, socialistas, radicales y comunistas.
Perón fue obligado a renunciar a sus cargos en el gobierno de Farrell y encarcelado en octubre de 1945, pero un vasto movimiento de trabajadores –inédito en la historia contemporánea de la Argentina– y temerosos de que las conquistas sociales obtenidas fueran arrasadas por el poder militar, declaró una huelga general y marcharon a la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945. Fue la partida de nacimiento del peronismo. Perón se presentó a elecciones con el Partido Laborista. Asumió la presidencia el 4 de junio de 1946 y se inauguró una larga etapa histórica signada por la presencia política del peronismo.
La primera abarcó desde 1946 hasta 1974: es el peronismo con Perón. La segunda, el peronismo sin Perón, y se prolongó hasta entrado el siglo XXI. La primera etapa abarcó las dos primeras presidencias de Perón (1946-1955), sus años de exilio, su regreso y tercera presidencia desde 1973 hasta su muerte en 1974. La segunda abarcó el gobierno peronista de su viuda, Isabel Perón (1974-1976); el peronismo en el llano entre 1976 y 1989; el menemismo (1989-1999) y, por último, el gobierno de Eduardo Alberto Duhalde (2002) y de Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa Cristina Kirchner (2007-2015).
El arco histórico que recorre el peronismo es similar al arco ideológico y político que lo caracteriza. En la primera etapa, Perón fundó el Partido Peronista, al que después llamó “Justicialista” (PJ). Sus bases doctrinarias eran el cristianismo y el humanismo. Su movimiento era policlasista, y en él tenían un lugar los obreros y empresarios que “defendieran los intereses nacionales”. Esa idea del policlasismo o movimientismo dio lugar a que coexistieran numerosos peronismos antagónicos entre sí a lo largo del siglo XX . Perón hizo de la consigna de la justicia social el núcleo de la ideología de esta nueva cultura política; su modelo era concebido como “superador del capitalismo salvaje y del comunismo”.
En el terreno nacional, organizó el Partido Peronista como una estructura vertical con ramas por actividad: Juventud, Femenina, Sindical y Política. En el terreno de la política exterior impulsó la idea de la “Tercera Posición”, que implicaba equidistancia de las decisiones de los Estados Unidos y de la URSS, promoviendo la participación de la Argentina en el movimiento de los países del Tercer Mundo.
La resistencia peronista
Durante el peronismo, el Estado amplió su autonomía relativa respecto de las distintas clases y grupos sociales; medió entre trabajadores y patrones legitimando las reivindicaciones laborales y también reguló al sector empresario, al que financió con subsidios de todo tipo para la formación de empresas industriales vinculadas al mercado interno. La política social del peronismo contribuyó decisivamente a su arraigo en los sectores populares: el fifty-fifty en la distribución del ingreso –durante los tres gobiernos de Perón, la participación de los trabajadores en la renta nacional fue del 48%, con índices de desempleo prácticamente inexistentes–.
La etapa del peronismo proscripto con Perón exiliado en América Central dio lugar a “la resistencia peronista” (1955-1960). Perón definió el carácter movimientista de su fuerza –que contenía a la derecha sindical y política y a la izquierda de la juventud y los intelectuales– en esos años. Las “62 Organizaciones Peronistas”, que controlaba la CGT, y la Juventud Peronista (JP) fueron las ramas políticas más dinámicas de ese movimiento.
La rama política del peronismo era la encargada de velar por la ortodoxia a través del sistema de “delegados” del líder exiliado. Entre 1959 y 1972 –cuando Perón regresó a la Argentina– comenzó a desarrollarse la idea de la lucha armada en la JP. Desde 1959 hasta 1976, el peronismo contuvo a diversos grupos guerrilleros: Uturuncos (1959); Tacuara (1962); Fuerzas Armadas Peronistas (FAP, 1967); Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR, 1967) y Montoneros (1968). Las dos últimas se fusionaron hacia 1973 en Montoneros. El peronismo y el cristianismo –basado en el Concilio Vaticano II–, así como la Revolución Cubana marcaron la ideología predominante de izquierda peronista que expresaba el ala más radical de la JP.
Patria sindical versus patria socialista
El 11 de marzo de 1973 la fórmula peronista encabezada por Héctor José Cámpora, delegado de Perón, ganó las elecciones presidenciales. Su gobierno duró sólo 49 días. El 20 de junio, Perón volvió a la Argentina, tras 18 años de exilio.
La recepción en la localidad de Ezeiza, donde se encuentra el aeropuerto internacional, convocó a más de dos millones de personas, y terminó en una masacre, cuando se enfrentaron con armas la derecha y la izquierda peronistas: la “patria sindical”, que expresaba el sindicalismo ortodoxo y el PJ, versus “la patria socialista”, que expresaba Montoneros y la JP. El hecho pasó a la historia como la Masacre de Ezeiza.
Cuando Perón retornó, Cámpora fue designado interinamente el presidente provisional de la Cámara de Diputados por Raúl Lastiri, yerno de José López Rega, el secretario privado de Perón, una de las figuras más oscuras del peronismo, creador de la fuerza parapolicial de derecha conocida como Triple A, que asesinó a centenares de personas durante la primera mitad de los años setenta. Perón –con su tercera esposa, María Estela Martínez de Perón, Isabelita, como vicepresidenta– ganó las elecciones que lo llevaron a su última presidencia. El 1.º de julio de 1974, cuando Perón murió, los enfrentamientos entre la derecha y la izquierda del peronismo eran sangrientos. La presidencia quedó en manos de Isabelita hasta el golpe militar de 1976.
Durante la dictadura, el peronismo se reagrupó con los sectores tradicionales: el sindicalismo y la rama política que presentó la candidatura de Ítalo Luder y Herminio Iglesias, derrotada en las elecciones de 1983. Se abrió, entonces, un proceso de renovación del peronismo.
Peronismo neoliberal.
La llegada de Carlos Menem al poder en 1989 abrió la etapa del “peronismo neoliberal” que contrarió el ideario histórico de la justicia social, no alineamiento con los Estados Unidos y defensa de las empresas del Estado. El fin de la etapa menemista volvió a tener al PJ como eje de la crisis de 2001, hegemonizado por el caudillo bonaerense Duhalde, que insistió con retomar ciertas consignas históricas del peronismo. En la contienda electoral de 2003, para derrotar a Menem, eligió a Néstor Kirchner, un ex militante de la JP y gobernador de Santa Cruz, que expresó una identificación remozada del ideario fundacional del peronismo.