La frase “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí” es el cuento más corto de la literatura mundial. Y fue escrito por ese ingenioso escritor de familia guatemalteca y hondureña, a quien en 1964 Pablo Neruda nombró redactor de la revista La Gaceta de Chile. Es conocido por sus textos brevísimos e irónicos –Obras completas (y otros cuentos), 1959– en los que el humor, comparable al del cuentista mexicano Jorge Ibargüengoitia, es un medio para reflexionar sobre la condición humana. La irreverencia del narrador puede leerse en Movimiento perpetuo (1972), libro que reúne cuentos, ensayos críticos, reflexiones y una pequeña antología de textos sobre la mosca.
Desarrolló una intensa actividad política en su país, de la que se destaca el hecho de ser el fundador de la revista Acento, uno de los núcleos intelectuales más resistentes a las dictaduras guatemaltecas. En 1956 se exilió en México, donde trabajó como editor, traductor y profesor universitario. También publicó textos largos y complejos, en los que predominan el dolor y la tristeza. Otra obra: Lo demás es silencio (1978).