La Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) surgió a partir de una iniciativa promovida desde 1996 por la Federación de Mujeres de Quebec (FFQ, Fédération des Femmes du Québec). Entre marzo y octubre de 2000, a través de movilizaciones y acciones locales, nacionales e internacionales, cientos de miles de mujeres afirmaron que no había futuro posible para la humanidad sin el respeto a la integridad física y mental de las mujeres, sin una igualdad efectiva entre mujeres y hombres ni sin una distribución solidaria de la riqueza.
La MMM contra la pobreza y la violencia que sufren las mujeres culminó entre el 15 y el 17 de octubre de 2000 con manifestaciones en varios países del mundo, entre las cuales se destacaron la marcha hasta las sedes de las instituciones financieras internacionales en Washington y hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, donde delegaciones de la Marcha entregaron las demandas formuladas por el movimiento. Debido a la falta de respuesta a las reivindicaciones y frente al aumento sin precedentes de la pobreza y de la violencia contra las mujeres, el 6 de octubre de 2001 en el III Encuentro Internacional realizado en Montreal (Quebec, Canadá), las participantes reafirmaron la necesidad de continuar con la Marcha Mundial y convertirla en una red permanente de articulación y movilización internacional.
Acción transformadora
Los objetivos de la MMM adoptados en el Encuentro fueron: 1) fortalecer y mantener un vasto movimiento de solidaridad entre grupos de mujeres de base, de forma tal que la marcha constituya un gesto de afirmación de las mujeres del mundo; 2) promover la igualdad entre las mujeres y los hombres, así como entre los pueblos; 3) apoyar un amplio proceso de educación popular, en el cual todas las mujeres puedan analizar por sí mismas y para ellas mismas las causas de su opresión y sus posibles salidas alternativas; 4) poner en práctica las reivindicaciones y las alternativas comunes a los movimientos de las mujeres del mundo en nivel local, nacional, regional e internacional respecto de los temas de la pobreza y de la violencia contra las mujeres; 5) ejercer presiones políticas sobre los gobiernos e instituciones multilaterales para que realicen los cambios necesarios para mejorar las condiciones y la calidad de vida de las mujeres del mundo, y que aseguren una política de desarme y de paz; 6) cuestionar a las instituciones internacionales financieras, económicas y militares (FMI, Otan, OMC, BM, etc.), que empobrecen y marginan a las mujeres y aumentan la violencia contra ellas, trabajando con propuestas institucionales alternativas; 7) promover el apoyo de la población, de otros sectores y de los movimientos sociales, y llevarlos a realizar las transformaciones necesarias para mejorar las condiciones y la calidad de vida de las mujeres del mundo.
La Marcha busca redefinir las reglas políticas, sociales y económicas que rigen el orden mundial y, para ello, estimula y profundiza el alcance y el impacto del análisis y de la acción transformadora de las mujeres. El feminismo es entendido como un pensamiento, un proyecto social, una alternativa, una manera distinta de ver el mundo, que va más allá de la simple comprobación de las desigualdades y de la necesidad de permitir el acceso al poder. Los motivos que animan el movimiento se arraigan en la necesidad de deshacer los sistemas que perpetúan el miedo a la diferencia, que atizan el odio y justifican la violencia, y también en la necesidad de denunciar las políticas que generan la exclusión y aumentan la dominación.
En ese sentido, la MMM exige cambios radicales de rumbo en el modelo de desarrollo impuesto por la mundialización capitalista –indicada, junto a la dominación patriarcal, como responsable de la pauperización y la violencia contra las mujeres– y ha sido una activa participante e impulsora de las acciones y encuentros promovidos por el movimiento “altermundialista” (entre ellos el Foro Social Mundial [FSM], y las campañas contra el libre comercio y la guerra).
Alcance mundial
La MMM convocó la adhesión y participación de más de 6.000 grupos de mujeres de 161 países y territorios del mundo y cuenta con una Secretaría Internacional con sede en Montreal, un Comité Internacional formado por mujeres de todos los continentes, tres Grupos Colectivos Internacionales (sobre las alianzas y la mundialización, sobre las comunicaciones y sobre la paz y la militarización), tres Grupos de Trabajo permanentes (sobre la violencia contra las mujeres, las alternativas económicas feministas y los derechos de las lesbianas), además de coordinaciones regionales y nacionales.
En el transcurso de 2004, la MMM impulsó el debate y la elaboración de una “Carta Mundial de las Mujeres por la Humanidad”, cuyo texto final fue aprobado en el V Encuentro Internacional realizado en Kigali (Ruanda), en diciembre de 2004. En ese texto, que recorrió el globo, la MMM denuncia a la dominación patriarcal y la mundialización capitalista como las responsables por las desastrosas condiciones de vida de millones de personas, en particular de las mujeres. También sintetiza los alineamientos del mundo que desean construir en torno a los valores de igualdad, libertad, solidaridad, justicia y paz, convocando a los movimientos sociales y a la sociedad civil a actuar juntos en la defensa de los principios enunciados. La Carta fue presentada internacionalmente el 8 de marzo de 2005 con una serie de actividades en Brasil y en otras partes del mundo.
En 2010, la Marcha Mundial de las Mujeres realizó su tercera acción internacional en dos períodos: entre 8 y 18 de marzo, y entre 7 y 17 de octubre. El primer período fue dedicado al centenario del Día Internacional de las Mujeres, fecha recordada con diversas marchas. El segundo período contó con acciones simultáneas en diversos países, que culminaron con un encuentro en Kivu del Sur, República Democrática del Congo. En este encuentro se estimuló la solidaridad internacional entre las mujeres, su participación en la solución de conflictos armados y en la reconstrucción de las relaciones sociales en sus comunidades.