Iniciativas para las Américas

Plan anunciado por el presidente George Bush y enviado al Congreso de los Estados Unidos en 1990. Las Iniciativas para las Américas (EAI, The Enterprise for the Americas Initiative) constituyeron una reconfiguración de las relaciones económicas entre los Estados Unidos y América Latina en el marco de las transformaciones políticas ocurridas en Europa a partir de la crisis de la Unión Soviética y de los graves problemas de endeudamiento que los países latinoamericanos enfrentaron durante los años 80.

Los antecedentes más claros de una estrategia integral para el continente pueden encontrarse en la Alianza para el Progreso, en 1961. No obstante, las Iniciativas para las Américas no se presentaron como un plan de ayuda económica y asistencia al desarrollo, sino como propulsoras de un conjunto de cambios y reformas estructurales que permiten una apertura casi total de América Latina al mercado mundial y a la libre circulación de capitales.

El plan tiene como pilares el estímulo al comercio, el incremento de la inversión extranjera y la reducción del endeudamiento externo, en el marco de la liberación total de las economías regionales. El estrangulamiento de América Latina por las abultadas deudas externas pretende resolverse con la entrada de capitales, al mismo tiempo que se destraban los obstáculos para disponer de las riquezas naturales de la región, convirtiéndolas en garantía de pago o en captadoras de divisas. La desregulación en materia de recursos naturales, bajo la presión del pago de la deuda, funciona como válvula de escape a la inversión extranjera en sectores hasta entonces considerados estratégicos para las naciones latinoamericanas.

Una novedad fundamental es la inclusión del estímulo a programas ambientales (debt-for-nature) como exigencia dentro de la propuesta general de reducción y reestructuración de la deuda externa bilateral con los países beneficiarios. Las organizaciones ambientalistas, en muchos casos vinculadas a empresas farmacéuticas o de ingeniería genética, aparecen desde ese momento como portadoras y sancionadoras de las políticas oficiales de desarrollo sustentable.

Las Iniciativas para las Américas sometieron a discusión la creación de un área de libre comercio continental, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. En ese sentido, fueron consideradas el puntapié inicial para el establecimiento del Área de Libre Comercio (ALCA). En diciembre de 1994, en la Cumbre de las Américas, la idea fue oficialmente patrocinada por los jefes de Estado de 34 países, que decidieron iniciar inmediatamente su construcción. No obstante, su avance fue muy lento debido a las resistencias que encontró en algunos gobiernos y en los pueblos de los distintos países, que consiguieron organizar campañas continentales de repudio a la iniciativa.

El proyecto del ALCA, punto de llegada de las iniciativas, todavía no puede concretarse en su totalidad y continúa discutiéndose.

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Presidente Lula posa para la foto junto a los jefes de Estado y de Gobierno en la XVIII Cumbre del Grupo de Río, en Río de Janeiro, en noviembre de 2004 (Ricardo Stuckert/PR)
por admin Conteúdo atualizado em 03/04/2017 16:20