La migración de mexicanos hacia los Estados Unidos es un fenómeno creciente y cada vez más complejo. El recrudecimiento de las medidas de control fronterizo ha fomentado la existencia de personas y grupos organizados conocidos como coyotes, polleros, pateros o balseros, que se especializan en guiar a los inmigrantes que intentan ingresar ilegalmente en los Estados Unidos. Este tráfico se ha convertido en una actividad económica creciente y altamente lucrativa, configurada por amplias redes internacionales que obtienen cantidades exorbitantes de dinero cruzando clandestinamente inmigrantes sin documentos hacia el otro lado de la frontera de México con los Estados Unidos.
Existen diversos tipos de coyotes, dependiendo del tipo de vínculo que los mismos mantengan con los inmigrantes y de la complejidad en la estructura de sus organizaciones. Algunos, los llamados “coyotes locales”, actúan como guías comunitarios. Sus agrupaciones están integradas por personas conocidas de la localidad con experiencia migratoria que organizan el traslado de pequeños grupos de inmigrantes indocumentados hacia el otro lado de la línea fronteriza. También están los coyotes fronterizos independientes, que operan de forma poco estructurada. A ellos recurren los inmigrantes que no disponen de guías comunitarios ni tienen acceso a las organizaciones más sofisticadas. Y finalmente existen las llamadas “bandas de coyotes” de alta especialización, con estructuras amplias y precisas en lo que se refiere a la división del trabajo entre sus miembros, la cual incluye reclutadores, acompañantes, viajantes, guías, “raiteros” (que trabajan en los Estados Unidos y se encargan del traslado al lugar de destino de los inmigrantes) y cobradores. Tales bandas generalmente operan con esquemas sofisticados de reclutamiento, alojamiento y transporte, tienen vinculación con otras organizaciones mayores y, en muchos casos, están amparados por la complicidad de las autoridades locales, federales y las de los estados.
Las diferencias entre esos traficantes de seres humanos son obvias y se traducen en variedad de costos y seguridad para el inmigrante. A pesar de que los coyotes locales son menos costosos, ellos les proporcionan a los inmigrantes más seguridad física (aunque generalmente ofrecen menos garantías de llegar a destino en el primer intento). Por su parte, las bandas de coyotes altamente organizadas, además de caracterizarse por sus altos costos, someten a los inmigrantes a malos tratos, humillaciones, estafas, a veces los dejan en manos de otros coyotes desconocidos y no les ofrecen garantías de que llegarán al lugar de destino e, incluso, existe el peligro de que los abandonen a su suerte durante el trayecto.
- Agente de la Patrulla de Frontera de los Estados Unidos rescata a una mujer en el Rio Grande, frontera sur de Texas (Carl Nagy/CBP US)
