Gustavo Cisneros –la segunda mayor fortuna de América Latina, con un patrimonio que supera los US$ 5.000 millones–, nacido en 1945, es el gran magnate de las comunicaciones de Venezuela y propietario de la corporación que lleva su nombre. En total, es propietario o socio de alrededor de 70 empresas establecidas en 40 países, y que emplean aproximadamente a 37.000 personas.
Fue su padre, el cubano Diego Cisneros (1911-1980), quien dio inicio a la Organización Cisneros, a partir de una pequeña empresa de autobuses, hacia fines de los años 20. Una década más tarde, obtuvo la representación de Pepsi Cola en Venezuela. En 1959, cuando ya era uno de los más grandes grupos económicos venezolanos, se asoció a los inversores de Televisa YVLV, Canal 4, la primera señal de TV privada del país, fundada en 1953. A partir de dichas asociaciones surgió, en 1961, Venevisión (Canal 4). La red norteamericana ABC y otros inversores extranjeros controlaban el 80% del capital, mientras que los grupos locales –Cisneros y Monsanto– eran dueños del resto. Se trataba del comienzo de un imperio.
Actualmente, la Organización Diego Cisneros (ODC) es propietaria de Venevisión, a la vez que es accionista mayoritaria de Univisión, la mayor cadena televisiva hispánica de los Estados Unidos, que controla 18 emisoras. En 1998 se alió a America Online (AOL Time-Warner) con el objetivo de dominar los servicios de internet en América Latina. Accionista de Direct-TV Latin America (144 canales que llegan a 100 millones de hogares), el holding tiene también participación en Chilevisión, en Caracol Televisión de Colombia y en Caribbean Communications Network. Está asociada, además, a Coca Cola (su empresa Panamco es la segunda mayor productora de bebidas de América Latina) y a GM Hughes Electronics. Los Cisneros participan de la alianza iberoamericana de inversión Iamp (Ibero American Media Partners), surgida en 1997, con un capital de US$ 500 millones para adquirir negocios de comunicaciones en América Latina, España y Portugal.
Las redes Cisneros producen y distribuyen más de 19.000 horas de programas en español y en portugués por año, para 40 millones de hogares en 21 países de tres continentes. A partir de finales de los años 80, el conglomerado ingresó en el mercado fonográfico y arribó al negocio informático, con NCR Summa Systems y Venevisión Internacional, productora de programas para exportación.
Gustavo Cisneros siempre fue un hombre muy cercano al poder en su país. Esto se vio interrumpido luego de la elección de Hugo Chávez a la presidencia. Venevisión se transformó en uno de los principales polos de oposición al gobierno y estuvo directamente vinculada al frustrado golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Según el libro Gustavo Cisneros, un empresario global, biografía escrita, por encargo, por Pablo Bachelet y lanzada en 2004, en aquel día:
Gustavo Cisneros estaba en Venevisión [...]. El canal [...] era un lugar adonde se dirigían los dirigentes políticos, empresariales, sindicales e intelectuales en tiempos de crisis [...]. Allí se encontraba el líder sindical Carlos Ortega [...]. También estaba allí el presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona.
O sea, la empresa de Cisneros, al albergar a los líderes del golpe, se constituyó en un centro articulador de la oposición y un propagador de sus ideas. Un partido político electrónico, en otras palabras.