La maestría y la osadía con que entreteje las palabras, trabajando la textualidad desde una peculiar conjunción de significados y significantes, ritmos y sonidos, hacen de este cubano un opositor a la retórica tradicional. Desde su primera obra, un conjunto de cuentos publicado en 1960, Así en la paz como en la guerra, Guillermo Cabrera Infante demuestra su interés por esa clase de literatura, interés que queda confirmado en Tres tristes tigres (1964), ganador del Premio Biblioteca Breve. Este libro, calificado de narrativa y no de novela, ya que innova en la puntuación, la continuidad y la linealidad textuales, recrea el género tradicional a partir de una suerte de naturalización discursiva que puede leerse, incluso, en el uso de varios dialectos cubanos.
El lenguaje oral, la ciudad de La Habana y el universo cubano conforman el eje de su producción literaria, ajustada en una prosa que se desdobla en cuentos, novelas, ensayos, crítica cinematográfica y escritos políticos. Antes de salir de Cuba, adonde nunca regresó, rumbo a Europa, fundó la Cinemateca de Cuba. En un principio fue simpatizante de la Revolución Cubana. Ocupó el cargo de editor del suplemento literario Lunes de Revolución, del diario oficial Granma. En 1961, cuando tuvo lugar una polémica en torno al cortometraje P. M., dirigido por su hermano, el suplemento fue suspendido y Cabrera Infante tomó distancia del régimen.
Tras sus labores en el servicio diplomático en el exterior, rompió definitivamente con el régimen cubano en 1965 y partió al exilio. Fijó residencia en Inglaterra porque la España franquista no quiso recibirlo debido a sus antecedentes y simpatía por la revolución en Cuba. Fue un leal seguidor de diversos escritores latinoamericanos, entre los cuales declaró haber sido influenciado por los brasileños Machado de Assis y João Guimarães Rosa. El exilio fue una experiencia determinante en su producción, como lo fue también para su compatriota, Severo Sarduy: el corazón en Cuba y la casa en Londres. Otras obras: Mea Cuba (1993); Vista del amanecer en el trópico (1974); Ella cantaba boleros (1996).