Localizado, desde su fundación en 1980, en la provincia de León, en Nicaragua, ciudad de las más bombardeadas por el Ejército de Anastasio Somoza, la agrupación de teatro Teyocoyani (nombre náhuatl que significa “comienzo de todas las cosas”) participó del mismo impulso crítico que formó otros grupos como el Nixtayolero, de Matagalpa, y el Justo Rufino Garay, de Managua, en el momento de euforia que siguió al fin de la dictadura somocista. Su línea de trabajo es semejante a la propuesta por el dramaturgo Alan Bolt para el Momiviento de Teatro Comunitario y redimensiona la función del teatro a partir de su capacidad de diálogo con las comunidades en las cuales se inserta.
Teyocoyani practica el método de la creación colectiva adaptado a las necesidades de un teatro de intervención en cooperativas campesinas. Por mucho tiempo tuvo su sede en una casa comunitaria en El Sauce, próxima a León, punto de partida para su actuación en las comunidades pobres. Sus espectáculos combinaban narrativas de experiencias personales, lenguaje corporal y elementos de danza y canto de la tradición popular. La producción más famosa, Juan y su mundo (1986), ejemplifica la tendencia de su técnica de creación colectiva: el espectáculo combina referencias de la cultura indígena con el tema histórico de la guerra en Nicaragua a partir de las disputas imperialistas, y convoca a una toma de posición campesina en la lucha en que los contrarrevolucionarios eran patrocinados por el gobierno estadounidense.
Además de su trabajo artístico, Teyocoyani se insertó, hasta la derrota sandinista en las elecciones de 1990, en un proyecto más amplio de difusión cultural, educativo y de renovación de las técnicas agrícolas. Actualmente el grupo es dirigido por Alfredo Rivera.