Tango

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Una pareja bailando tango en las calles de La Boca, en Buenos Aires, Argentina (Shubhika Bharathwaj/CC)

Es difícil precisar la fecha y la “paternidad” del tango, pero la mayoría de los investigadores consideran que nació en Buenos Aires. De todos modos, el tango surgió en la década de 1880, en una sociedad en que los blancos apreciaban las mazurcas, habaneras, polcas y valses, y la minoría afrodescendiente escuchaba y bailaba el candombe, proveniente de Uruguay.

Para comprender los orígenes del tango, es necesario recordar dos importantes procesos que se desarrollaban en la época. Por un lado, con el crecimiento industrial en las grandes ciudades argentinas, el proletariado pasaba a establecer una cultura acorde con su vida cotidiana, lo que se expresaba también en la música. Se fortalecía la industria fonográfica, que en su movimiento expansivo buscaba llegar a un público cada vez más amplio. Al penetrar en la población trabajadora, contribuyó a difundir la música proletaria. Además, se registraba una intensa migración de campesinos hacia las ciudades, como consecuencia de la desaparición de la agricultura tradicional, a la vez que los extranjeros introducían nuevas sonoridades en la música argentina.

En cuanto a las influencias sobre el tango, los especialistas están divididos. Algunos identifican sus raíces en la habanera y otros ritmos afrocaribeños, tesis discutida por varios investigadores. Sea como fuere, en la etapa inicial era interpretado por grupos pequeños, con pocos instrumentos: en general violín, flauta y guitarra (el tan característico bandoneón se introdujo en la década de 1900), lo que explica en parte su fácil difusión.

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O cantor Carlos Gardel, ícone do tango, cerca de 1933 (José María Silva/Archivo General de la Nación)

En un primer momento, los músicos se limitaron a interpretar las canciones y melodías existentes, y sólo después empezaron a crear otras. Junto con el bolero, el tango rápidamente se volvió la principal expresión musical del sector más pobre de la población, que lo bailaba en prostíbulos suburbanos, con una gran dosis de erotismo, lo que venía a chocar con los patrones morales y comportamentales de la época. Cuando el tango comenzó a tener forma de canción, sus letras siguieron ese mismo patrón, por lo que fueron consideradas obscenas. Pero más tarde predominó la dimensión más sufrida del tango-canción, muchas veces con letras que hablaban del abandono y la traición, y que asociaban amor y dolor.

En las primeras décadas del siglo XX, el tango se profesionalizó y superó los límites de la bohemia suburbana; llegó incluso a viajar a Europa, donde encontró un terreno fértil en Francia. Entre idas y venidas, y a pesar de la fuerte reacción contraria que el ritmo encontró en diversos países, generalmente de parte de la cultura dominante, en la década de 1920 ya se empezaban a difundir las escuelas de tango. Género musical y danzante, pasó a ser apreciado por una porción significativa de la población argentina, así como de otros países, y fue reconocido como una importante y rica manifestación cultural.

Entre los grandes nombres del tango, se pueden destacar Carlos Gardel (1890-1935), José Benito Ovidio Bianquet, “El Cachafaz” (1885-1942), Juan Maglio “Pacho” (1880-1934), Pascual Contursi (1888-1932), Osvaldo Fresedo (1897-1984) y Julio de Caro (1899-1980). En la segunda mitad del siglo XX sobresalió la influencia renovadora de Astor Piazzolla.

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por admin Conteúdo atualizado em 21/05/2017 13:48