General del Ejército y miembro del Partido Colorado, Alfredo Stroessner dirigió el golpe de Estado que derrocó al presidente Federico Chávez en 1954, y se convirtió en el dictador de Paraguay durante 35 años. El golpe fue apoyado por el entonces presidente argentino Juan Domingo Perón, de quien Stroessner al comienzo trató de copiar su estilo. En los primeros años enfrentó grandes movilizaciones de resistencia, siempre con severa represión y persecución sistemática a los adversarios, prácticas que se transformarían en las marcas distintivas de su régimen.
En el plano económico, reforzó las relaciones con el capital extranjero, ampliando las concesiones para la explotación del petróleo con empresas de la Argentina y de Brasil. En 1958 se presentó como candidato a la reelección, reprimiendo una fuerte resistencia dentro del propio Partido Colorado. Stroessner disolvió el Congreso, decretó el estado de sitio y deportó a los adversarios. A partir de entonces empezó a gobernar abiertamente como dictador, y fue reelegido en 1963, 1968, 1973, 1978, 1983 y 1988.
A partir de la década de 1970, los opositores pasaron a acusarlo, de manera sistemática, de violación de los derechos humanos. A pesar de lograr un cierto crecimiento económico, producto de las inversiones extranjeras y de la construcción de la central hidroeléctrica de Itaipú, que transformó a Paraguay en el mayor exportador de energía eléctrica del mundo, más de un millón de paraguayos emigraron del país. Bajo fuertes presiones tanto de su propio partido como del exterior, un golpe militar, encabezado por el general Andrés Rodríguez, número 2 del régimen, lo derrocó el 3 de febrero de 1989. A partir de entonces, Stroessner se exilió en Brasil, donde murió.