En 1977 el editor de la publicación norteamericana Gay Sunshine, Winston Leyland, llegó a Brasil buscando material para una antología de cuentos latinoamericanos sobre temas homosexuales. El abogado João Antônio Mascarenhas convocó a un grupo de periodistas para entrevistar a Leyland para el diario Pasquim. Allí surgió la idea de publicar un periódico de temática homosexual, para cuya elaboración fue convocado un grupo de intelectuales paulistas y cariocas. En abril de 1978 apareció el número cero de Lampião da Esquina, el primer diario homosexual de Brasil. Entre los responsables y colaboradores se encontraban periodistas como Adão Acosta, Aguinaldo Silva, Antônio Chrysóstomo, Clóvis Marques, Francisco Bittencourt, Gasparino da Matta, João Antônio Mascarenhas, el escritor João Silvério Trevisan y el crítico de cine Jean-Claude Bernardet.
Simultáneamente, ese mismo mes de abril se desarrollaba en São Paulo la Semana del Movimiento de la Convergencia Socialista, organizada por la revista Versus. Con la pretensión de asentar las bases para la fundación de un partido socialista, se discutían múltiples temas, que iban desde la amnistía y una futura Convención Constituyente hasta la prensa alternativa. Un sector de la organización no veía con buenos ojos la inclusión de la temática homosexual en la agenda, pues consideraba que de alguna manera ello apartaría a la clase obrera. Por ese motivo fue descartada la invitación al periódico Lampião. Dicha decisión generó una moción de protesta y un vivo debate sobre el tema. Un grupo más organizado de homosexuales participó de la discusión y finalmente se llegó a un acuerdo sobre el apoyo a las “minorías”, entonces enumeradas como: mujeres, negros, indios y homosexuales. Esa participación en una discusión sobre el planteo de la homosexualidad en el marco de la “lucha mayor” puso la cuestión homosexual en la arena del debate político y motivó al grupo a continuar el debate.
Afirmación
En las reuniones que dieron continuidad a esa intervención, un sector daba prioridad a la necesidad de reflexionar y hablar de sí mismos, de su homosexualidad y de sus experiencias particulares. Sin embargo, otro sector más politizado reivindicaba un enfoque más amplio de la problemática sexual y de la discriminación, una alianza con otras minorías discriminadas y la incorporación de otros integrantes, además de hombres y homosexuales.
A finales de agosto de 1978 el grupo, que ya se había autodenominado Núcleo de Acción por los Derechos Homosexuales (NADH), organizó una reunión ampliada a otros homosexuales, en el Teatro da Praça –en el barrio de Santa Cecília– de São Paulo. Después de este encuentro el grupo adoptó el nombre SOMOS, en homenaje a la publicación del primer grupo político homosexual de América Latina: el FLH de la Argentina, en esa época ya extinguido. Pasó más tarde a llamarse Grupo SOMOS de Afirmación Homosexual.
La primera manifestación política de la cual el grupo participó fue la conmemoración del día de Zumbi (ícono del movimiento negro brasileño), el 20 de noviembre de 1979. La aparición pública con carteles, abrazados hombres con hombres y mujeres con mujeres, sin que se produjesen manifestaciones hostiles, les proporcionó cierta euforia sobre las posibilidades de lucha.
No obstante, desde el inicio se evidenciaron dos posturas divergentes. Una proponía una especie de anarquismo político y existencial (en el sentido deconstrutivo de cualquier instancia disciplinaria que afectara al sujeto) y enfatizaba la necesidad de diferenciar la lucha homosexual y la lucha de clases. La otra correspondía a aquellos gays y lesbianas generalmente con doble militancia (partidaria de izquierda y en el grupo homosexual), de filiación claramente marxista y que aspiraban a enmarcar todas las luchas particulares dentro de la lucha mayor. Las dos tendencias principales marcarían la corta existencia de SOMOS y también su disolución, debido a la ausencia de una relativa configuración hegemónica de alguna de ellas.
Ruptura
Uno de los temas que más encendió la polémica fue la propuesta de participación en los actos del 1. o de Mayo, para apoyar la huelga metalúrgica del ABC (municipios industriales de la región metropolitana de São Paulo), mantenida por las líneas de izquierda y por el subgrupo lésbico-feminista que ya se había formado dentro de la organización (y que se había comprometido a comparecer por el Movimiento Feminista). Derrotada la moción, el grupo disidente decidió participar de la protesta con carteles que decían “Comisión de homosexuales pro 1.o de Mayo”. Sorprendentemente, los gays y las lesbianas que participaron del acto obrero obtuvieron una victoria política al entrar en el estadio de San Bernardo do Campo y ser aplaudidos por los huelguistas. Este hecho, entre otras cuestiones, motivaría la división definitiva de SOMOS.
A pesar de la fractura, las dos alas se unieron nuevamente para auspiciar una campaña contra el comisario Wilson Richetti, que había desencadenado violentas razias policiales en el centro de São Paulo, conocidas como Operación Limpieza. Contra esa política reaccionaron no sólo los homosexuales, sino también los grupos feministas, el Movimiento Negro Unificado, algunos diarios como O Trabalho y Em Tempo, ciertos diputados y algunas personalidades públicas, como la actriz Ruth Escobar y el artista Darcy Penteado. Como forma de protesta decidieron hacer un acto público frente al Teatro Municipal. Un alegre e informal grupo compuesto mayoritariamente por gays y lesbianas desfiló sin mayores inconvenientes por la avenida São João, pasó por la plaza Júlio Mesquita y tras recibir el apoyo de numerosas prostitutas tomó la dirección de la peatonal Arouche, eje del ambiente gay paulista.
En realidad, ese hecho constituyó la primera Marcha del Orgullo del movimiento homosexual en Brasil, afirmando la visibilidad y la definitiva inserción de la temática de los derechos de la diversidad sexual en el campo del discurso público.