A pesar de vivir en Francia desde 1968, toda su obra está atravesada por el paisaje de la ciudad donde nació, Santa Fe, Argentina. Ensayista, narrador y poeta, afirmó la libertad del oficio y rechazó cualquier tipo de dogma estético o ideológico. Llevando a la práctica lo que teorizaba, El entenado (1983) parodia la historia de la conquista española de América Latina a través de una prosa que alcanza dimensiones líricas, como la del brasileño Autran Dourado.
Su obra poética está compilada en un libro cuyo título, El arte de narrar (1977), expone la intención de combinar la poesía y la narración.
Con novelas resistentes a la interpretación fácil, como La ocasión (1986), declaró estar al margen de las principales corrientes literarias argentinas y se puso del lado de escritores como el uruguayo Felisberto Hernández y Juan L. Ortiz, de los cuales expresaba que tenían “la voluntad de construir una obra personal, un discurso único”.
En 1991 publicó el ensayo El río sin orillas, con gran repercusión entre la crítica especializada. Otras obras: El limonero real (1974); La pesquisa (1994).