Primer partido político de la historia de las Bahamas, el Partido Liberal Progresista (PLP) se fundó oficialmente el 23 de noviembre de 1953, con el objetivo principal de retirar el gobierno de las manos de la minoría blanca y de tornarlo más representativo y comprometido con los intereses de la mayoría de la población, compuesta por negros que se encontraban política, social y económicamente marginados. Asimismo, actuó como representante de los movimientos laboristas en el Parlamento.
El territorio siempre había sido gobernado por una pequeña elite blanca, compuesta principalmente por comerciantes, conocidos en la década de 1950 como los “Bay Street Boys”, en referencia a la concentración de los negocios de aquellos hombres. El PLP fue formado por negros descontentos con esa situación, que estaban dispuestos a incluir a las masas en los procesos políticos y en los progresos materiales de la antigua colonia. La identificación del partido con el “orgullo negro” facilitó el camino rumbo al poder, a medida que iban siendo levantadas las leyes discriminatorias y que la voluntad popular comenzaba a ganar expresión, sin los límites constitucionales que la acallaban.
A pesar de que la política y las elecciones de los años 60 estuvieron fuertemente marcadas por la polarización racial, el partido llegó por primera vez al gobierno antes de la independencia (1967), convirtiendo a Lynden O. Pindling en primer ministro. Éste raudamente declaró que llevaría adelante un gobierno para todos y que la población blanca no debía tener miedo de un gobierno del PLP.
Los gobiernos del PLP, principalmente en el primer período (1967-1973 y 1973-1992), todos bajo el liderazgo de Pindling, estuvieron signados por grandes inversiones sociales, nacionalismo moderado y compromiso efectivo de buenas relaciones con los Estados Unidos y con el mundo occidental.
A fines de la década de 1980, en medio de graves denuncias contra el gobierno que lo involucraban con el tráfico de drogas, Pindling llegó a afirmar que los Estados Unidos estaban usando a las Bahamas como pretexto para encubrir su propia incapacidad de controlar el problema de las drogas en su territorio. La década marcó una actuación menos dependiente del gobierno de las Bahamas con relación a los Estados Unidos.
Las denuncias por tráfico de drogas y corrupción hechas por la oposición desgastaron progresivamente la imagen del PLP. En 1992, el partido perdió el gobierno al cual accedió el Movimiento Nacional Libre (FNM), pero retornó al poder diez años más tarde, bajo el liderazgo de Perry G. Christie. En las elecciones generales de 2012, el Partido Liberal obtuvo mayoría sólida en el Parlamento (29 de los 38 escaños) e indicó Christie para primer ministro, en su segundo paso por el cargo.