Lynden Oscar Pindling nació el 22 de marzo de 1930 en la ciudad de Nassau, capital de las Bahamas. Su padre era policía, y su madre, hija de pescador. Después de concluir sus estudios elementales y medios en su tierra, en 1948 se dirigió a Londres, donde se graduó en derecho en 1952.
Al año siguiente, Pindling ingresó en el recién fundado Partido Liberal Progresista (PLP). En 1956 fue elegido para ser el líder del partido en la Asamblea. Con la victoria electoral del PLP, en 1967 se convirtió en presidente. Volvió a vencer en 1968, 1972, 1977, 1982 y 1987. Fue el primer negro en conducir el país, sacudido hacía décadas por un clima de división racial, herencia de los gobiernos de la elite blanca. Por su compromiso con la causa de los afrodescedientes pasó a ser conocido como el “Moisés Negro”.
En 1973, con la independencia de las Bahamas, se convirtió en primer ministro, y permaneció a cargo del país hasta 1992. Con 25 años en el poder, Pindling pasó a ser el segundo dirigente con la permanencia más larga en un gobierno en el hemisferio occidental, detrás de Fidel Castro.
Una vez llegado al poder, y poco antes de la independencia, Pindling trató de dejar claro, en un discurso pronunciado en enero de 1967, que su política garantizaría los intereses de los inversionistas extranjeros en las islas y se posicionó –en tiempos de la Guerra Fría– como defensor de las libertades y del “modo de vida del mundo occidental”. Su principal preocupación era transmitir seguridad al capital extranjero. Incluso, llegó a pedir un voto de confianza a los inversores. Al presidente de los Estados Unidos, Lyndon Johnson, le prometió que las islas permanecerían “amigas” y que estaba determinado a mantenerlas como “buenas vecinas y buenas socias”.
Pindling es considerado por muchos el padre de la nación y el artífice de las Bahamas modernas. Se le atribuye a su largo período de gobierno el ascenso social de la población afrodescendiente –antes marginalizada y empobrecida–, a una franja media en la escala social del país. El elevado nivel de vida alcanzado en las islas, en comparación con la mayoría de los vecinos caribeños, también es uno de los puntos que destacan los defensores de Pindling. Sin embargo, su gobierno se vio envuelto en graves denuncias de corrupción y vinculación con el tráfico de drogas, lo que no impidió que iniciara un sexto período consecutivo como primer ministro, tras una nueva victoria del PLP en las elecciones de 1987. En 1992, luego de la derrota de su partido, dio paso al líder de la oposición Hubert Ingraham, un ex aliado político, que abandonó el PLP por el FNM. Los adversarios consideraban que, en el mejor de los casos, el gobierno de Pindling había sido complaciente, cuando no connivente, con la corrupción.
En 1994, con la condena a prisión por tráfico de drogas de una importante personalidad de las épocas de Pindling, el abogado Nigel Bowe, el gobierno del MNL creó una comisión para investigar al ex primer ministro. Pindling se valió entonces de las leyes de confidencialidad bancaria, y las denuncias por enriquecimiento ilícito no pudieron ser comprobadas.
Habiendo dejado el gobierno, continuó como miembro de la Asamblea hasta 1997, momento en que anunció su alejamiento de la vida pública. Tres años más tarde, el 25 de agosto, murió a los setenta años, a causa de un cáncer de próstata contra el que luchó por varios años.