Ensayista y poeta, Octavio Paz dejó más de veinte libros publicados en cada uno de esos géneros literarios. Enrique Krauze, con quien compartió durante algún tiempo el liderazgo de la revista Vuelta (1976-1998), lo definió como “un hombre de su siglo”, no sólo porque su vida abarcó casi la entera duración del siglo XX, sino también porque entre sus preocupaciones estuvieron dos polos fundamentales de la reflexión secular sobre las letras, las artes, la cultura: tradición y ruptura. Entre sus libros de ensayos más conocidos se encuentran El laberinto de la soledad (1950), El arco y la lira (1956, edición definitiva en 1959) y Los signos en rotación, que a partir de 1959 integró con el anterior un único volumen. Sus preocupaciones constantes fueron la identidad cultural mexicana, la poesía y la teoría poética. En la poesía, convivió inicialmente con el surrealismo. Publicó ¡No pasarán! (1936), Libertad bajo palabra (1955), Ladera Este (1969), el libro de prosa poética El mono gramático (1974), entre otros. A partir de 1945 integró el servicio diplomático, y representó a su país en Francia, Japón y la India, donde fue embajador desde 1962 hasta 1968. En ese año abandonó la diplomacia mexicana en protesta contra la llamada “ masacre de Tlatelolco”, que se produjo en la capital mexicana cuando la policía disparó sobre una multitud de estudiantes desarmados. Sólo regresó a México tres años más tarde, y comenzó a dar conferencias en universidades de todo el mundo. De esa época es el libro Posdata (1970), en el que reflexiona nuevamente sobre México a partir de los acontecimientos de Tlatelolco. Fundó las revistas Plural (1971-1976) y Vuelta (1976-1998). En 1990 recibió el Premio Nobel de Literatura.
En 2014, en México, diversos eventos conmemoran el centenario del poeta y ensayista. Entre ellos, la exposición Octavio Paz, una pasión bibliográfica, con muestras de las primeras ediciones de sus libros. Y el metro de Shangai, en China, decoró sus vagones con fotografías, poemas y pensamientos del mexicano.