Antônio Carlos Brasileiro de Almeida Jobim –compositor, pianista, arreglista y director musical– fue uno de los creadores del movimiento de la bossa nova, a fines de la década de 1950, en Río de Janeiro. Figura fundamental de la música popular brasileña, mereció de Chico Buarque de Holanda, en una canción grabada en 1993 (Paratodos), el epíteto de “maestro soberano”, lo que en verdad revelaba el respeto que Jobim ganó entre los músicos brasileños. Su actividad profesional empezó en los años 40, marcados por la influencia del jazz en Brasil, actuando como pianista en casas nocturnas. En la década siguiente trabajó en una grabadora, como ayudante del compositor, arreglista y pianista Radamés Gnattali. El primer gran éxito como autor se dio en 1954 con el lanzamiento de Teresa da praia, junto al compositor Billy Blanco (1924-2011). Comenzó a ganar reconocimiento como compositor y arreglista, y llegó a ser director artístico de una grabadora.
Un punto culminante en su carrera fue haber compuesto diversas músicas y realizado arreglos para una obra de teatro del poeta Vinicius de Moraes, titulada Orfeu da conceição, que se estrenó en 1956. Más tarde, esta obra se transformaría en el filme Orfeu Negro (1958; lanzada también como Orfeu do Carnaval ), bajo la dirección del francés Marcel Camus, premiado con la Palma de Oro en el Festival de Cannes (Francia) en 1959, y con el Oscar (Estados Unidos) la mejor película extranjera, lo que encumbró aún más al dúo Tom-Vinicius. La época era realmente favorable para ambos, pues en 1958 también se lanzó un LP de la cantante Elizeth Cardoso (1920-1990), titulado Canção do amor demais, con canciones de Jobim y Vinicius, como Chega de saudade, con acompañamiento de guitarra de quien se convertiría en famoso cantante “de bossa nova”, João Gilberto, con su conocido “golpe” (forma de acompañamiento) de guitarra. La grabación es considerada históricamente el punto cumbre de la bossa nova en Brasil. Después, en ese mismo año, João Gilberto grabó la canción, acompañándose de la guitarra, con la interpretación característica que lo legitimó como uno de los precursores del nuevo estilo.
La proyección de la música popular brasileña en el ámbito internacional, a través de la bossa nova, se consagró en los años 60, después de su reconocimiento en los Estados Unidos a comienzos de esa década. Los músicos estadounidenses de renombre, sobre todo los de jazz, se encantaron con la bossa nova y empezaron a grabar músicas de ese repertorio, sobre todo a partir de un espectáculo de brasileños realizado en el Carnegie Hall (Nueva York) en 1962. Allí se consagró Tom Jobim, participante del show, e incluso recibió un premio como arreglista. Se convirtió en un ídolo en los Estados Unidos y sus composiciones han sido grabadas por cantantes como Frank Sinatra en 1967 y Ella Fitzgerald en 1981.
Son decenas las canciones que han recibido notorio reconocimiento, con regrabaciones y ejecuciones constantes, entre las cuales se incluyen: Desafinado (1958), y Samba de uma nota só (1960), con Newton Mendonça; Garota de Ipanema (1962), con Vinicius de Moraes; Retrato em branco e preto (1968), con Chico Buarque; Wave (1969); Águas de março (1972) y otras. Muchas son parte del repertorio básico de enseñanza en escuelas de música. El compositor, sin embargo, no fue sólo autor de sambas bossa nova, en su producción también se incluyen los más diversos géneros, como canciones, valses, frevos y otros. Además de eso, a pesar de que la temática más conocida de su producción sea la lírico-amorosa, Jobim fue también un importante defensor y exaltador de la naturaleza y la ecología, sobre todo en la última etapa de su vida.