El Ejército de Liberación Nacional (ELN) es la segunda guerrilla en importancia de Colombia. Se creó en 1964, en las montañas del Departamento de Santander, a partir de un pequeño grupo de profesionales, estudiantes y campesinos, muy influenciados por la Revolución Cubana. A este grupo se sumó, poco después, el sacerdote Camilo Torres Restrepo, quien abandonó por esto la dirección del movimiento Frente Unido, en 1965. Torres Restrepo murió en el primer combate en el que participó (1966).
La primera etapa de existencia del ELN se extendió hasta 1973, año en que sufrió un gran revés militar durante la llamada Operación Anorí, que aniquiló a dos importantes columnas guerrilleras. A partir de ese momento, la organización se hundió en una profunda crisis, de la cual sólo emergería –luego de confrontaciones internas, ejecuciones de dirigentes y deserciones– en 1983, cuando asumió una nueva orientación liderada por el sacerdote español Manuel Pérez.
Posteriormente, el grupo guerrillero vivió su apogeo con el control de importantes zonas territoriales, fortaleciéndose de tal manera que llegó a tener, hacia fines del siglo pasado, 5.000 militantes. Se cree que este contingente ha sufrido una importante disminución en los últimos años.
La capacidad bélica del ELN siempre fue menor que la de las FARC, ya que entre sus fuentes de financiamiento no figuran la producción ni la comercialización de sustancias ilícitas. Sus recursos provienen exclusivamente de los secuestros y cobro de dinero de figuras económicamente prominentes. Debido a su ubicación geográfica (Santander, Antioquia, Arauca y Costa Atlántica, principalmente), sus acciones han privilegiado la industria petrolífera, con relación a la cual mantiene una política de reivindicación nacionalista. En los últimos años, emprendió numerosas iniciativas tendientes a encontrar caminos de diálogo con el gobierno, pero todas se frustraron por múltiples causas.