Cruz, Celia

Cruz, Celia

La Habana (Cuba), 1925 - Miami (Estados Unidos), 2003

“La reina de la salsa” nunca estuvo de acuerdo con el término, pues esta forma de hacer música representó la tendencia más tradicional y apegada a la sonoridad cubana, lo que el analista venezolano César Miguel Rondón denominó la corriente de “matancerización”, en referencia a La Sonora Matancera (orquesta principal, en Cuba, de la sonoridad anterior a la salsa, a la cual Celia Cruz perteneció durante aproximadamente quince años, a partir de 1950). Por ese motivo, en el movimiento de la salsa sobresalió principalmente con la Orquesta de Tito Puente, otro tradicionalista salsero (además de un importante innovador del jazz latino), que también rechazó públicamente el término y con quien produjo siete discos.

Desde un principio, Celia tenía proyectos de ser profesora de literatura, pero después de triunfar en un espectáculo de talentos en la televisión, reorientó sus estudios hacia la música. Se matriculó en el Conservatorio de La Habana en teoría, solfeo y piano. Con su atrevimiento desafiador de siempre, años más tarde dijo que no había tenido éxito en el piano porque le gustaba exhibir sus largas uñas. Antes de sus éxitos con La Sonora, se destacó por sus cantos afro-religiosos; y así, con Las Mulatas de Fuego, obtuvo sus primeros éxitos internacionales en México y Venezuela. El trompetista principal de La Sonora, Pedro Knight, fue su director musical y representante artístico, además de su marido durante toda la vida, a pesar de los rumores de sus romances clandestinos con el “Sonero Mayor”, el puertorriqueño Ismael Rivera.

Con una poderosa voz de contralto, su amplio registro operístico maravillaba, lo que, combinado con su extraordinario sentido rítmico, la convirtió en la más destacada intérprete femenina de la música “tropical” de la segunda mitad del siglo XX. También demostró ser una excelente sonera. Además de sus éxitos con Puente, participó de muchos discos de oro de la salsa, entre los cuales se destacan Celia y Johnny y Tremendo Caché, con el flautista dominicano Johnny Pacheco, y Only they could have made this album, con el trombonista neoyorquino descendiente de puertorriqueños Willie Colón. Poco antes de que Celia falleciera, Emilio Estefan produjo su último álbum, La negra tiene tumbao, que combinaba la salsa con el Miami sound, y con el cual Celia Cruz recibió su último Grammy. Tuvo un cortejo fúnebre “de reina”, desde la catedral católica de York hasta las principales avenidas de la “Babel de Hierro” –término con el que muchos latinos designan a Nueva York y Miami–. 

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por admin publicado 01/09/2016 16:30, Conteúdo atualizado em 05/07/2017 19:02