Influido por la Nouvelle Vague francesa y por el neorrealismo italiano, un grupo de jóvenes se reunió a comienzos de la década de 1960 en Río de Janeiro y desencadenó el movimiento que pasaría a ser conocido como Cinema Novo. Entre sus integrantes había críticos de cine y directores de cortometrajes, como Glauber Rocha, Paulo César Saraceni, Joaquim Pedro de Andrade, Ruy Guerra, Carlos Diegues, Gustavo Dahl y Miguel Borges, a los cuales se sumaron otros directores debutantes como Leon Hirszman, Walter Lima Jr. y David Neves. Asimismo, se incorporaron los productores Luiz Carlos Barreto, Jarbas Barbosa y Zelito Vianna, además se sumó el apoyo de un director experimentado: Nelson Pereira dos Santos. La propuesta del grupo era hacer filmes de autor, de bajo presupuesto, que denunciaran los graves problemas sociales que el país enfrentaba, y realizar largometrajes con ideas nuevas, transitando del filme rural hacia el urbano. Otras de sus influencias fueron el documental y el Cinema-Verdade. Entre los principales filmes se encuentran Vidas secas (Nelson Pereira dos Santos, 1963), Deus e o diabo na terra do sol (Dios y el diablo en la tierra del sol) (Glauber Rocha, 1964), O desafio (El desafío) (Paulo César Saraceni, 1965), Terra em transe (Tierra en transe) (Glauber Rocha, 1967), Macunaíma (Joaquim Pedro de Andrade, 1969) y Os herdeiros (Carlos Diegues, 1970). La repercusión del Cinema Novo fue nacional e internacional, y se transformó en la línea rectora para el futuro del cine en Brasil.