Villa-Lobos, Heitor

Villa-Lobos, Heitor

Río de Janeiro (Brasil), 1887 - 1959

Es el compositor brasileño de mayor presencia y reconocimiento en el escenario internacional de música erudita. A pesar de las preocupaciones predominantes por la música de carácter nacional (brasileña) en la mayoría de sus creaciones, a partir de cierta época su obra trascendió el interés meramente local y decenas de sus composiciones se incorporaron en el repertorio internacional de concertistas y orquestas, como se nota en los programas de conciertos y en los centenares de grabaciones de obras suyas que circulan mundialmente.

Villa-Lobos inició sus conocimientos musicales en el ámbito familiar y no realizó estudios prolongados de música con profesores o en academias ni se fue a perfeccionar a otro país, como era común en la época de sus estudios. Muchos de sus conocimientos los adquirió de forma autodidacta. Desde muy joven empezó a tocar violonchelo en diversas orquestas, en teatros, cines, hoteles, bailes y cafés/restaurantes. Allí convivió con músicos populares, incluso con grupos de choro (tipo de conjunto de música popular, predominantemente instrumental, del cual se originó el género identificado como choro o chorinho, alrededor de 1870-1880). En su juventud, también efectuó viajes por diferentes regiones del país, como músico y movido por su interés en las músicas regionales.

El compositor brasileño Heitor Villa-Lobos hace una reverencia al público al terminar un concierto en el Ohel Shem Hall, en Tel Aviv, Israel, en junio de 1952 (National Photo Collection/US)

Muy personalista y de un temperamento creativo exuberante, Villa-Lobos sólo fue a otros países para divulgar sus composiciones. El primer país que visitó fue Francia (1923), que en esa época era una referencia mundial en términos culturales. Sus primeras composiciones se registran desde 1900, pero fue a partir de 1914 y 1915 cuando comenzó a realizar un trabajo más sistemático de divulgación de sus músicas y, en respuesta, fue común que recibiera fuertes críticas por sus osadías estéticas. Obtuvo una gran divulgación de su trabajo como compositor a partir de un importante acontecimiento de renovación artística y literaria ocurrido en São Paulo, en 1922, denominado Semana de Arte Moderno, que ganó mucha repercusión a raíz de las controvertidas propuestas estéticas. Cuando participó de este encuentro, sin embargo, ya era un autor experimentado. Fue el único compositor brasileño invitado a integrar la programación, junto con autores extranjeros, sobre todo franceses, exactamente por su búsqueda de la modernidad.

Polémicas

Además de su actuación como compositor y director, en las décadas de 1930 y 1940 también tuvo un importante papel como líder de una propuesta cívico-educativa basada en la música, identificada como canto órfico, que se había iniciado ya a fines del siglo XIX, especialmente en São Paulo, centrada en principios cívico-patrióticos, de exaltación nacional, por medio del canto. Las actividades, que se transformaron en oficiales, se extendieron a varios estados de Brasil. Muchas de sus propuestas merecieron juicios negativos en el sentido político, por las iniciativas grandilocuentes y de exaltación inspiradas en principios políticos totalitarios. Cabe recordar que, entre 1937 y 1945, los brasileños vivieron bajo la dictadura varguista, denominada Estado Nuevo.

De hecho, toda la vida de este compositor estuvo jalonada por polémicas, que supo utilizar muy bien a su favor, ya que su temperamento autocentrado lo llevó a aproximarse sin escrúpulos a todos lo que lo pudieran ayudar en la consecución de sus propósitos, incluyendo mecenas ricos, músicos y otros compositores consagrados, y políticos, incluso de vertientes autoritarias. No obstante, gran parte de la consagración de sus creaciones se debió realmente a su reconocida vitalidad innovadora y a su intensa labor de divulgación en varios países de Europa y de las Américas. Villa-Lobos convivió con prácticamente todos los músicos y compositores afamados de su época, y en muchos países recibió premios y condecoraciones, incluso títulos de doctor honoris causa en música en las Universidades de Nueva York y de Miami, en los Estados Unidos.

Obra e influencia

Su obra es vastísima, de las más pródigas de la historia de la música occidental, incluye desde simples armonizaciones de músicas folclóricas infantiles para uso recreativo y didáctico (muchas registradas como de su autoría), hasta sinfonías y conciertos monumentales, pasando por óperas, música de cámara para diferentes formaciones instrumentales, música religiosa, himnos, música de películas, ballets, piezas para instrumento solo, voz y coro. Su influencia es notoria en muchos autores eruditos y también en muchos compositores populares de Brasil, como se advierte en los nombres reconocidos de Tom Jobim y Egberto Gismonti.

En ese campo, también es posible destacar el interés que despertaron algunas de sus músicas, y que merecieron grabaciones dirigidas a un público más popular, entre ellas: “O trenzinho caipira”, cuarto movimiento (Tocata  de la pieza Bachianas brasileiras N. º 2 (1930), ejecutada a menudo por instrumentistas y a veces grabada con texto del poeta Ferreira Gullar. En el mismo caso, otra canción se viene destacando por el interés que ha despertado en los últimos años, la “Melodia sentimental”, original para orquesta y soprano, con poema de Dora Vasconcelos. Perteneciente a la suite Floresta do Amazonas (estrenada en 1959), ya fue grabada muchísimas veces por cantantes populares, como Maria Bethânia, Zizi Possi, João Bosco, Djavan, Ney Matogrosso y Teca Calazans.

Contenido Relacionado
Brasil
Diversidad Cultural
Música
por admin Conteúdo atualizado em 21/05/2017 22:36