Perón, Eva

Perón, Eva

Los Toldos, 1919 - Buenos Aires (Argentina), 1952

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Eva Duarte fotografiada por Sivul Wilenski, alrededor de 1939 (Archivo General de la Nación Argentina)

Hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren, María Eva Duarte (Eva Perón) nació en la localidad de Los Toldos, en la provincia de Buenos Aires, en mayo de 1919. Fue la menor de cinco hermanos: Blanca, Elisa, Juan Ramón y Erminda Luján. Sus padres convivían como un matrimonio hacía varios años, pero él estaba legalmente casado en otra localidad y tenía ya tres hijas de esa unión. Al año siguiente de nacer Evita –como Eva fue conocida–, Juan Duarte abandonó a su mujer y a sus cinco hijos, y regresó a su pueblo natal. A los ocho años, Evita ingresó a la única escuela de su pueblo. Pero la familia Duarte se mudó a Junín, un pequeño centro urbano, donde terminó sus estudios primarios. Evita residió allí entre 1930 y comienzos de 1935. Ya de niña se había despertado en ella una enorme pasión por la declamación y el teatro. Le gustaba disfrazarse y decía que de grande sería actriz. Lo cierto es que en 1935 Evita decidió irse de Junín a la gran ciudad: Buenos Aires, donde podría dejar atrás su pasado pobre y trabajar en el mundo del espectáculo. En marzo se integró a la Compañía Argentina de Comedias, y a fines de ese mes debutó en el Teatro Comedia. Ése fue el comienzo de su carrera artística, que se desarrollaría a lo largo de diez años, en teatro y radio.

Pero la vida de Evita daría un giro radical a partir de 1944. Ese año, la capital de la provincia de San Juan, en la región de Cuyo, se vio afectada por un violento terremoto. Aunque el Ejército se hizo cargo de la situación, la Secretaría de Trabajo y Previsión, que dirigía el entonces coronel Juan Domingo Perón, centralizó las acciones para recolectar fondos para los damnificados y para la reconstrucción de la ciudad. Una de las comisiones de ayuda estaba integrada por actores y actrices: Evita formó parte de esa comisión y así conoció a Perón. Ese noviazgo fue una de las razones que irritó a la oposición oligárquica que miraba con recelo el ascenso de Perón al poder: no sólo lo veían como pro-nazi y populista, sino también como novio de una actriz de radioteatro de segunda línea, hija ilegítima de una familia pueblerina y pobre. En octubre de 1945 estalló una crisis política y Perón debió renunciar a los cargos públicos que desempeñaba –vicepresidente de la Nación, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión– y fue encarcelado. Lo cierto es que el 22 de octubre de 1945 María Eva Duarte se casó con Juan Domingo Perón en Junín. El célebre 17 de octubre de 1945, la historia señaló a Perón como su elegido. Evita, a partir de entonces, abrazó la causa del peronismo y de la política.

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Eva y Juan Perón, década de 1950 (Reproducción/Wikimedia Commons)

Desde que Perón asumió la presidencia, en junio de 1946, Evita lo acompañó como primera dama y concentró el área social del gobierno y la relación con los trabajadores. Hacia 1947, las obras de Evita habían adquirido una importancia tal que ya nadie podía pasar por alto. Su imagen –joven, bella, enjoyada y vestida por los mejores modistos– proyectaba el sueño de los humildes: la posibilidad de ascender en la escala social. Pero también concitaba el odio intransigente de los conservadores y grandes propietarios de la Argentina. Una intransigencia que Evita contestaba con discursos encendidos en nombre de sus “descamisados” (trabajadores).

En 1947, Evita hizo una gira por Europa. Se conoció como el “Rainbow Tour” (la “gira del arco iris”). Planeada por Perón, la gira europea tenía un objetivo fundamental: brindar ayuda económica a España, devastada y aislada luego de la Guerra Civil. Evita fue recibida con todos los honores por el dictador Francisco Franco. Luego visitó Italia, donde mantuvo una breve cita con el Papa Pío XII. También pasó por Portugal, Francia y Ginebra. De vuelta en la Argentina, siguió trabajando en el Ministerio de Trabajo. En septiembre de 1947, haciendo suyo el viejo reclamo de las sufragistas socialistas y comunistas argentinas, se aprobó la ley de voto femenino. Con él, la Argentina completó su carácter de república democrática.

A mediados de 1949, Evita se convirtió en la presidenta del Partido Peronista Femenino, y meses después comenzó a funcionar la Fundación Eva Perón –creada formalmente en 1948–, donde quedó centralizado el trabajo de asistencia social que desde hacía años realizaba Evita. Sus objetivos eran prestar ayuda económica, elementos de trabajo y becas de estudio; construir viviendas para familias indigentes; y construir escuelas, hospitales y establecimientos benéficos, entre otros. La reforma de la Constitución Nacional en 1949 incluyó los derechos del trabajador, de la niñez y de la ancianidad, y posibilitó la reelección presidencial. En agosto de 1951, la CGT le pidió a Perón que fuera su vicepresidenta. Miles de argentinos apoyaron esa propuesta. Pero Evita, ya muy enferma, debió renunciar ante las presiones militares y civiles que se oponían. El cáncer de útero que padecía avanzaba. En las elecciones de 1951 votó por primera y única vez en su vida, desde la cama del hospital donde sería operada. Su muerte se produjo el 26 de julio de 1952.

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Eva Perón ofrece un discurso en un acto de empleados del Estado en el Luna Park, en Buenos Aires, en abril de 1951 (bn.gov.ar)

Su cuerpo fue embalsamado por el español Pedro Ara y permaneció durante algunos días en el Ministerio de Trabajo, dentro de un ataúd con tapa de cristal. Más de dos millones de personas desfilaron por allí en menos de dos semanas para darle el último adiós. Fueron los funerales más imponentes de la historia argentina y uno de los más imponentes del siglo XX en Occidente. Luego, su cuerpo pasó a reposar en el edificio de la CGT. Pero en 1955, los militares de la Revolución Libertadora , en su afán por hacer desaparecer el peronismo, secuestraron el cadáver de Evita, que fue vejado y estuvo oculto en distintos lugares, para luego ser enterrado en Milán –con la anuencia del papa Pío XII–, bajo la falsa identidad de Maria Maggi de Magistris . Recién en 1971, los restos mortales de Eva le fueron entregados a Perón en su residencia madrileña de Puerta de Hierro. De regreso a la Argentina en 1974, descansaron en la cripta de la residencia presidencial junto con los de Perón. El golpe militar de 1976 decidió trasladar sus restos al cementerio de La Recoleta. Allí descansó finalmente, bajo una gruesa plancha de acero, a seis metros de profundidad.

Evita es ya uno de los mitos destacados de la historia argentina y mundial. Sobre su vida y su muerte se realizaron numerosos libros y películas.

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por admin Conteúdo atualizado em 20/05/2017 22:34