Atahualpa Yupanqui

Pergamino (Argentina), 1908 - Nimes (Francia), 1992

Héctor Roberto Chavero fue cantor, compositor, guitarrista y escritor. Un pionero de la valorización y la divulgación de la vida tradicional en el campo de la Argentina, sobre todo de su música. En los nombres artísticos Atahualpa y Yupanqui, adoptados en su juventud, se perciben ya su preocupación y conciencia política, pues son nombres de líderes del Imperio Inca que invocan necesariamente el tema de la invasión y la dominación de las Américas. Él se reconocía como un payador, el cantor popular errante que improvisa siempre acompañado por su instrumento, la guitarra. Pero, además, fue un trovador moderno, que se convirtió en ciudadano del mundo, contando y cantando la realidad de su pueblo.

Cuando tenía cerca de trece años, su familia se mudó al norte de la Argentina, a la provincia de Tucumán, donde absorbió gran parte de la cultura popular que más tarde divulgaría. Muchas de sus canciones hacen referencia a ese lugar (“Adiós Tucumán”, “La tucumanita”, “Luna tucumana” y “Nostalgias tucumanas”). Comenzó a estudiar música dedicándose al violín, pero luego lo cambió por la guitarra. Mucho de lo que aprendió y absorbió proviene de su experiencia, desde muy joven, como errante por el interior, y de las diversas actividades que desempeñó para sobrevivir. Llegó a trabajar proyectando películas en los pueblos, donde después se presentaba como cantor y guitarrista. En 1927 escribió su primer trabajo, “Camino del indio”, que lo lanzó como compositor, y hacia el final de la década de 1930 comenzó a grabar canciones tradicionales y composiciones propias. En esa época, otros cantantes también empezaron a divulgar sus canciones. En la década siguiente publicó libros y obtuvo los primeros reconocimientos populares. En 1945 se afilió al Partido Comunista, en el que permaneció hasta en 1952, cuando adoptó una posición más independiente. Durante el primer gobierno del general Juan Domingo Perón, de 1946 a 1955, Atahualpa tuvo dificultades para hacer presentaciones y participar de programas en radio. Estuvo preso varias veces y no pudo grabar durante varios años. Sin embargo, a partir de 1949 obtuvo el reconocimiento de algunos países europeos, en especial los que estaban bajo el régimen comunista. En 1953 retomó sus grabaciones y espectáculos en la Argentina. Realizó diversas presentaciones en Francia. Allí convivió con muchos artistas e intelectuales y fue invitado por Edith Piaf para actuar a su lado. En 1967 se estableció en París y durante la década de 1980, mientras hacía presentaciones en los “cuatro rincones del mundo”, vivió tanto en la Argentina como en Francia.

Sus composiciones son del género popular tradicional argentino, e incluyen: milongas, zambas, chacareras, vidalas y canciones diversas. Sin embargo, Atahualpa Yupanqui no fue autor de éxitos masivos, pues su música se difundió principalmente en vivo, siguiendo el estilo de los verdaderos trovadores. Cuenta con centenares de canciones, de las cuales se pueden citar: “Los hermanos”, “Chacarera de las piedras”, “Viene clareando”, “El alazán”, “Zamba del grillo”, “La pobrecita”, “El arriero”, “Piedra y camino” y muchas más. Por otro lado, su influencia en las décadas de 1950 y 1960 fue decisiva e importantísima para el surgimiento de movimientos musicales con una fuerte impronta socio-política en la Argentina misma y también en Chile. Esta corriente se conoció como Nueva Trova o Nueva Canción y en las décadas siguientes se diseminó por toda América Latina.

El reconocimiento de Atahualpa Yupanqui como hombre de la cultura, el arte y la música también quedó registrado en las decenas de premios y títulos honoríficos que recibió a lo largo de toda su vida, en instituciones culturales de los más diversos países americanos y europeos.

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por admin publicado 31/08/2016 12:02, Conteúdo atualizado em 03/07/2017 18:54