Memoria e historia se juntan en la esencia de la obra de Érico Veríssimo, desde la primera novela, Clarissa (1933). Pero es en la trilogía O tempo e o vento (O continente, O retrato y O arquipélago) (1949-1962) donde se consolidan dichos elementos. Las novelas evidencian en su trazado literario el trayecto histórico del país cuyo foco de interés se centraba en Rio Grande do Sul, y reflejan transformaciones que se afirmaron en la novela latinoamericana surgida al fin de la Segunda Guerra Mundial. El lenguaje claro, de tono documental, presenta en las narraciones de personajes urbanos y rurales las diferencias sociales y políticas de la realidad brasileña.
Comprometido con la libertad, el escritor gaúcho era tachado o bien de comunista, por Caminhos cruzados (Caminos cruzados) (1935), obra en la que mostró el contraste entre riqueza y pobreza, o bien como alienado, al negarse “a transformar una novela en un panfleto político”. Basada en la prosa, su literatura reúne cuentos, historias infantiles, infanto-juveniles y casi teatrales, como las que están reunidas en su ópera prima, Fantoches (1932).
El periodismo, la traducción y la actividad editorial formaron parte significativa de su carrera desde el principio en 1930, cuando ingresó a la Revista do Globo, en Porto Alegre, y convivió con escritores como Mário Quintana y Augusto Meyer. Fue colaborador de las ediciones dominicales de los periódicos gaúchos: Diário de Notícias y Correio do Povo. O Sineiro (The Ringer), de Edgar Wallace, fue su primer trabajo de traducción, seguido de una serie de títulos.
Con su segunda novela, Música ao longe (Música a lo lejos), recibió el Premio Machado de Assis juntamente con Dionélio Machado (Os ratos), Marques Rebelo (Marafa y João Alphonsus (Totônio Pacheco). Otros premios: Jabuti (1966) y Personalidad Literaria del Año (Pen Club, 1972). La intimidad con la cultura en lengua inglesa y la pasión por la literatura brasileña lo llevó a los Estados Unidos, como profesor universitario y conferencista. Fue autor de libros de viajes, entre los cuales se destaca México (1957). Todavía hoy es inspirador y referencia para escritores del sur de Brasil como Moacyr Scliar, Luís Antonio de Assis Brasil, Sérgio Faraco y otros. Otras obras: O prisioneiro (El prisionero) (1967); Incidente em Antares (1971).