En las décadas de 1990 y 2000, Brasil vio recrudecer la violencia y la miseria en los centros urbanos. El repertorio del Teatro da Vertigem refleja esa degradación de la vida, la desilusión, la certeza de que el infierno no siempre son los otros.
El grupo, creado en 1992 en São Paulo, aborda temas relacionados con lo sagrado. En sus espectáculos, dirigidos por Antônio Araújo, los humanos deambulan entre la justicia divina y las injusticias terrenas.
O paraíso perdido (1992) partió de una investigación del lenguaje corporal sobre los principios de la mecánica clásica, aplicados al movimiento del actor, y concluyó en la parábola del Angel Caído. El guión de Sérgio de Carvalho, quien más tarde sería el fundador de la Companhia do Latão, surgió de un proceso en colaboración. Por medio de esa práctica se toman en cuenta todas las proposiciones de los creadores involucrados, sin la jerarquía enfática del director o la sumisión incondicional al texto.
Adoptada por el Teatro da Vertigem, la perspectiva de colaboración es semejante a la llamada creación colectiva, que estuvo en boga en Brasil, sobre todo en los años 70. La característica más difundida del grupo es montar obras en espacios no convencionales. Su primera producción ocupó una iglesia, lo que amplió los sentidos del texto y reafirmó una estética visual.
El espectáculo siguiente, O livro de Jó (1995), bucea en el dolor en los tiempos del sida. En la dramaturgia de Luís Alberto de Abreu, el personaje bíblico del título está sometido a todo tipo de pruebas. El público acompaña el periplo por el interior de un hospital desactivado, en medio del éter, el mercurocromo y el peso de la creencia.
En Apocalipse 1,11, que transcurre en un presidio abandonado, la realidad invade la escena en una referencia explícita a la masacre de 111 detenidos en Carandiru, perpetrada en un instituto de detención paulista en 1992, justamente el año que nació el grupo. La obra de Fernando Bonassi sorprende al personaje bíblico Juan en búsqueda de la “ciudad santa”, Nueva Jerusalén, y en medio del camino es testigo del duelo entre la ley de Dios y la ley de los hombres.
El repertorio bautizado como “trilogía bíblica” avanza, sin que el grupo se lo proponga, hacia una tetralogía: su cuarto espectáculo, BR3, también aborda la religiosidad en la discusión de una posible identidad brasileña. El Teatro da Vertigem hizo una expedición por las ciudades de Brasilia y Brasiléia, en Acre, además de presentarse en el distrito paulista de Vila Brasilândia, en la zona norte. El viaje aportó elementos para la obra del escritor Bernardo Carvalho. Ésta es puesta en escena en un trecho del río Tietê, de acuerdo con los ensayos abiertos que se hicieron a fines de 2005. Desde un barco, el público asiste a escenas en las diferentes cubiertas, en el lecho o en las márgenes del río.
En 2007, la compañía realizó nueva puesta en escena de BR3 adaptada a Bahía de Guanabara, cerca del puente Río-Niteroi. También en 2007 estrenó la obra História de amor (últimos capítulos), texto de Jean Luc Lagarce.
Otras puestas: A última palavra é a penúltima (2008), Kastelo (2009), Cidade submersa (2011), Bom Retiro 958 metros (2012).